Heart's

£ La rosa de los Rose £

Narra Shadow

Blake, así se llamaba el erizo que se había unido a mí. Nos encontrabamos caminando por el bosque sin rumbo alguno. Admiraba el collar que colgaba de mi cuello notando que habia unas leves espirales que se movían en su interior... ¿Qué tiene que ver todo esto con Rose?

-No se por que los quieres ayudar si tu los odiabas a muerte.- susurró el erizo.

-Puede que si...- dije ladeando la cabeza. -Pero desde que me la tope a ella, ese pensamiento a cambiado.- solte el collar.

El silencio nos embriago siendo solo interrumpido por nuestras pisadas en la nieve. Tenía tantos dudas que no sabía si este erizo podía contestarlas. Comenzamos a escuchar pisadas de caballos en la lejanía.

-Caballeros.- susurre a lo que Blake asintió con la cabeza.

Ambos teníamos nuestras manos en nuestras pistolas, la mía en mi muslo mientras la de él estaba en su cadera.
Vi como sus ojos se movían en ningún punto fijo mientras mis orejas buscaban algún ruido ya que las pisadas habían cesado.

Se escucho un disparo y una bala roso en mi antebrazo rompiendo la tela del abrigo y raspando mi piel un poco profunda. Gruñi. Blake disparo a una silueta negra detrás de un árbol mientras yo maldecía por el dolor y el ardor. Hilos de sangre manchaban la tela negra y hacían un leve cosquilleo por todo mi brazo hasta tocar la nieve desde mis uñas. Gotas de sangre pintaban la blanquedad de la nieve.

-¿Estas bien?- me preguntó Blake al llegar a mi lado.

-Estaré bien.- gruñi mientras sacaba un paño y rodeaba mi antebrazo con el. -Vamos.-

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Habíamos llegado a una casa de los familiares de Blake.

Toco el timbre para luego bajar un escalón y estar a mi altura.

-Tal vez lo duden por...- se me quedo mirando. -Sin ofender.- se apresuro a decir.

Resople.

-Veremos.- susurre.

En eso se comienzan a escuchar una cerradura abrirse a lo que Blake se apresura en subir nuevamente el escalón para toparse con los ojos azules de una anciana.

-¿Blake?- tartamudeo para luego enfocar su mirada en mí.

Llevaba las manos en los bolsillos mirándola fijamente a lo que ella estuvo a punto de cerrar la puerta si no llega a ser por el pie de Blake. Maldeci mientras tiraba mi cabeza hacia atrás.

-No lo hagas, abuela.- dijo. -Él no nos hará nada si ustedes no le hacen algo.-

Ella se me quedo mirando al igual que yo para luego suspirar y abrir la puerta. Entre de lo mas normal junto a un hilo de sangre manchar la madera. Estaba perdiendo sangre por un solo rasguño en el brazo, pero era profundo.

-¡Mierda!- grito la señora al mirar al suelo y ver las gotas rojas de sangre. -Esta herido.-

Clavo sus ojos tan parecidos a los de Blake en mí alarmada mientras escuchaba los pasos de alguien alejarse. Deduje que eran los de Blake.

-No se preocupe.- le dije a lo que ella nego con la cabeza.

Blake no tardo en llegar con unas vendas, gazas y el maldito alcohol. ¿Porqué todo el mundo tiene alcohol en la casa? Lo odio a muerte.

Blake me empujo hacia el sofá a lo que le gruñi por la brusquedad.

-Dejame eso a mí.- dijo la señora para sentarse junto a mí.