Capítulo 3

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Corro en medio de charcos y lodo, he tratado de despistar a los hombres de Jeff, pero ha sido inútil pues tuvieron la gran idea de separarse, y buscarme individualmente.
Al cabo de diez minutos más, me topo con una coladera en medio de una calle, está cerrada con candado y le disparo una vez para que el candado se rompa, una vez hecho esto, alzo con todas las fuerzas que me quedan el enorme bloque de cemento. Dentro hay un gran agujero y decido saltar al vacío sin titubear.
Para mi buena suerte no es muy hondo el agujero, así que eso me da tiempo de acomodar de nuevo el gran bloque de cemento y tapar el agujero.
-Dios, aquí apesta.-susurro, y enciendo mi linterna.
Solo veo lodo, humedad y una luz fluorescente saliendo de un túnel. Camino hacia el túnel para meterme en él, para mi sorpresa ese es el único túnel que no tiene humedad ni lodo, lo que demuestra que pasan personas constantemente por aquí.
Sigo gateando por el túnel, y al final visualizo una red de metal, casi como las que hay en los hoteles para la ventilación, al llegar hasta ella la empujo hacia afuera para que se caiga y me abra paso. Una vez que lo logro bajo del túnel y toco el piso de nuevo, pero este piso tampoco es lodoso, el cuarto es pequeño, y solo hay dos puertas, una enfrente y otra a la izquierda, decido tomar la de la izquierda.
Al cruzarla me topo con los hombres de Jeff de espaldas, buscándome... maldigo antes de cerrar la puerta silenciosamente y salir corriendo a la puerta de enfrente.
Al cruzarla veo a demasiada gente junta, al ritmo de una música que es creada por un DJ. Todos bailan, beben y se divierten, como si estar debajo de la ciudad en una discoteca fuera legal. Me meto entre la gente, hasta llegar muy lejos de la puerta por la que he entrado, la música es inspiradora en cierto punto, aunque no lo es en mi situación. De repente me mareo, y no puedo ver por dónde puedo escapar... es lo que me provoca ver tanta gente concentrada en un mismo lugar, una vez más un ataque de pánico amenaza con salir de mi interior. Respiro hondo, justo como me enseño Ben desde mi primer ataque de pánico. Inhalar, exhalar y pensar que no existe nadie más en el mundo...
-No pasa nada Jess.-me digo a mí misma.
Una vez que me tranquilizo escucho dos disparos al aire, me vuelvo al ruido y veo a los hombres de Jeff una vez más, la gente se dispersa y comienza a salir por la puerta por la que entre, mientras que algunos salen por las ventanas y otros por una puerta más al fondo. Me quedo atrás, desgraciadamente no puedo salir, pues las rutas de evacuación están atascadas. Uno de los hombres de Jeff me ve y se acerca corriendo, mientras me apunta con su pistola. Yo tomo la mía y le disparo antes de que él lo haga, al hacerlo llamo la atención de todos y me comienzan a disparar, una bala me rasga la pierna, pero puedo seguir en pie. Tomo una tapa de metal de un basurero y la uso como escudo contra las balas, disparo ciegamente en ocasiones, pero aun así le doy al blanco. Todo va bien hasta que siento una pistola detrás de mi cabeza, una vez más he fallado...
-Dame el arma.-Me ordena a gritos uno de los hombres frente a mí.
Bajo el arma al piso y la pateo con el pie en su dirección. La gente se ha dispersado hasta desaparecer, solo quedamos ellos y yo de nuevo.
-Híncate y pon las manos en la nuca.- Esta vez me lo dice el hombre detrás de mí.
Lo hago despacio, y siento como el arma se presiona cada vez más contra mi cabeza.
-Di tu nombre.- Me dice un hombre desde la puerta. Todos me apuntan a la defensiva, como si fuera un animal salvaje.
-No.-Me limito a contestar.
-Si no cooperas no nos eres útil.-Me insiste el hombre y se acerca más a mí.- te lo diré una vez más. ¿Cuál es tu nombre?-Concluye.
No contesto, y me limito a mirarlo con coraje. El hombre asiente con la cabeza y agrega una última petición.
-Mátenla.- Al decirlo siento un vacío en el estómago, y el hombre detrás de mí presiona la pistola contra mi cabeza a un más. Cierro los ojos y pienso en Ben, pienso en que no he hecho justicia por su muerte y por la de mis padres, pienso en lo que él me diría si estuviera aquí... <Piensa>

Oigo ruidos fuera de lo normal, y decido abrir los ojos, veo a un grupo de personas entrando por las ventanas, y disparándoles a los hombres de Jeff, llevan pasamontañas y armas parecidas a las que usábamos mi equipo y yo. Los intrusos disparan y luchan con todo, lo que me da tiempo de apartar la pistola de mi cabeza, y apuntarle a mí asesino, le disparo en la cabeza justo como él lo iba a hacer conmigo. A mi derecha veo a un hombre con dos armas grandes, el cual me dispara en las costillas, siento un dolor incontrolable, pero no me rindo y le disparo en el pecho, me acerco a él como puedo y tomo sus dos armas grandes.
Les apunto a los intrusos, ellos dejan de luchar victoriosos y me ven con ambas manos ocupadas por dos armas, uno de ellos alza las manos y deja caer la pistola sin cuidado, después se quita la máscara, y puedo ver su rostro... me quedo sin aliento, pues caigo en la cuenta de que Adam, el chico de la cafetería frente al banco Glass, el chico que noto mi nerviosismo ante todo, el chico al que le dije que parecía un actor sin carisma, me acaba de salvar la vida.
Uno a uno sus compañeros se van quitando el pasamontañas, bajando las armas. No reconozco sus caras, pero veo a dos mujeres y tres hombres contando a Adam... si es que se llama Adam.


Bank GlassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora