Capítulo 6: Infiltrada

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Repasamos las fallas del plan, y acordamos la fecha del mismo.
Mañana Los asociados del banco y los segundos dueños de este, se reunirán con Jeff en una cena informal, donde habrá muchas personas importantes, las cuales harán tratos con personas aún más importantes. Mi cometido en esa cena es hacerme pasar por la heredera de los bienes de Marco Cross, difunto y dueño de una cadena de centros comerciales más exitosa del país.
John y Deborah se encargaran de darme un pase para la cena (falsificado) y una identidad nueva, ahora mi nombre será: Jennifer Cross.
Una vez dentro, me haré socia de Benjamín y Lina Korlov, que son los segundos dueños del banco, y para eso tendré que "coquetear" con su hijo: Jeremy Korlov. Así este me facilitara el ingreso a la cadena de bancos, la idea no me agrada, pero John tiene razón, entre más rápido, menos peligro.
Una vez que sea la socia de la cadena de bancos Glass, nos abriré camino para sacarle información a Jeremy acerca de las actividades de Jeff.

Son las diez de la mañana, estoy en la sala con la foto de los Korlov y la de Jeff a un lado, trato de familiarizarme con los Korlov, así me será más fácil reconocerlos en la cena.
-¿Ya estás lista?-me interrumpen Deborah, Eleonor y Ana. No la había visto desde que me salvaron de aquel matadero, pero me alegra verla.
-¿Para qué?-pregunto despistada.
-No irás a la cena en esas fachas, necesitamos ir a comprarte un vestido elegante.-me dice Ana sonriente.
-vale, ¿pero porque no voy sola?-pregunto soltando un suspiro. Nunca me gusto ir de compras, y menos con compañía.
-Porque cuatro mujeres piensan mejor que una. Y el vestido debe ser muy específico ¿sabes?-comenta Eleonor.
-Ajá, entonces vamos... siempre y cuando no sea demasiado llamativo.- Acepto
-Coincido.-desde atrás Adam me mira coqueto.
Pongo los ojos en blanco y me levanto. Anoche Adam me puso un poco de ungüento para que la herida de bala cicatrizara más rápido, y lo agradezco pues ya no siento las mismas pulsaciones dolorosas.
-Volvemos en unas cuantas horas.- le dice Deborah a Adam antes de salir, seguida de Eleonor y Ana, me encamino a la puerta y Adam me llama.
-Que no sea muy corto ¿De acuerdo?-me vuelvo hacia atrás y veo a John posando el brazo en el hombro de Adam, mientras que Ethan se cruza de brazos. Adam sonríe, me aparto un mechón de cabello y respondo.- No llamativo y no corto, ¿Se te ofrece algo más?-digo exasperada.
-No llegues tarde.- me mira irónico y aún con una sonrisa amplia, pongo los ojos en blanco y cierro la puerta de golpe.
Sigo a las chicas que ya han conseguido un taxi, me subo al último, y Eleonor que va adelante le dice al chofer la dirección a la que vamos.
Durante el camino las chicas me preguntan acerca del estilo del vestido, y me dan unas cuantas sugerencias, pero no entiendo la mayoría de lo que dicen, pues mi vocabulario no es tan amplio como para entender estilos y marcas de ropa.

Una vez que llegamos al lugar, o mejor dicho: "Al paraíso femenino" como Ana lo llamo. Las chicas me dan a elegir entre las abundantes tiendas de ropa, Elijo la más grande, porque eso significa que no tendré que seguir a las chicas a diferentes tiendas, para elegir el mejor vestido. De hecho pienso elegir el vestido más sencillo y no tan llamativo, (si es que me dan a elegir, claro).
-¿Qué te parece este?-me pregunta Ana desde el otro extremo de la sala de espera.
El vestido que me muestra es un poco arriba de la rodilla y color coral.
-Es... muy... Coral.-digo encogiéndome de hombros.
-Vale, ¿qué tal este?-prosigue con un vestido largo y totalmente negro con unos detalles plateados. Me gusta al principio, pero luego pienso lo incomoda que me sentiré en la cena. Niego con la cabeza y Ana sigue viendo más vestidos. Yo solo me concentro en una sola cosa: El vestido no debe ser llamativo, pero tampoco tan aburrido. "Eso no tiene Lógica para mí" pienso frustrada.
Sigo caminando alrededor de los pasillos repletos de vestidos. Volteo a mi derecha y veo un vestido negro, un poco corto y que parece puede adaptarse al cuerpo. Sonrío aliviada. Lo tomo y me dirijo a los vestidores.
El vestido me queda perfectamente, resalta mi figura y es cómodo, salgo de los vestidores y veo a las chicas al otro extremo de la sala, agito la mano para llamar su atención, y estas sonríen al verme con ese vestido negro y elegante, aunque está por arriba de la rodilla y es como una segunda piel, me siento... Normal, como cualquier otra persona que va a una cena con personas aún más normales.
-Es... perfecto.-exclama Deborah, después Ana y Eleonor asienten muy convencidas.
-no cabe duda de que tienes buenos gustos.-comenta sonriendo Eleonor.
-Ahora solo faltan los zapatos.- comienza Ana sacando unos tacones negros de cinco centímetros de alto.-espero que sepas caminar con tacones.-dice alzando una ceja.
Me acerco a ellas y les susurro.- Que sea una criminal no significa que deje de ser una chica.- al concluir ellas sueltan una risotada.
Me dispongo a ponerme los tacones, me quedan bien, y puedo caminar con facilidad. Finalmente me miro en el espejo y escucho a Deborah desde atrás.- Ahora necesitamos la última opinión.
-¿La de los tontos que están en nuestra casa?-dice Ana sonriendo y cruzándose de brazos.
-Desgraciadamente sí.- dice riendo Eleonor.
-A Adam le dará un infarto si te ve así.-comenta Ana negando con la cabeza.
-¿Por qué crees que lo elegí?- comento irónica y sonriente.

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