Capitulo 3

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Derek

Un golpe... Otro golpe..

Ya estaba cansado de pegarle a la pared, mis nudillos sangraban, lágrimas brotaban de mi, mi locura estaba apoderándose de mi nuevamente.

—Evangeline te necesito, te quiero, quiero que seas mía pero no quiero hacerte daño con mi locura, no lo mereces. —Y corrían mas y más lágrimas. —¡Salvame evi! ¡Salvame!.





*****




Siempre la veía caminar por los pasillos, entrar a sus clases, bromear con sus amigos, salir y entrar en su casa, pero especialmente la veía con Tomás el idiota que me quiere quitar a mi chica, a mi evangeline, a la que le entregué mi alma entera, ella es mía.

No quería acercarme a ella sabía que le iba a hacer mucho daño, pero ya no soportaba ver al idiota de Tomás cerca de mi chica, los días pasaban y yo me iba sumiendo mas en ella, en mi Ángel, en mi Evangeline. Recordaba esa noche en que la vi en la fiesta, estaba despampanante, hermosa, su cabello liso y castaño, sus ojos verdes, llenos de inocencia, de ternura, era perfecta y era mía.




Evangeline

—Oigan chicas solo somos amigos le tengo mucho aprecio, pero no para llegar a ser algo más.

—Por dios Evi, estas mal si crees que vamos a creerte eso, a los dos se les ve que se quieren, ¿por que no le das una oportunidad? Se conocen bastante.

Me quede pensando en lo que Brenda me decía, y en cierta forma tenía razón, Lía apoyaba las locuras de Brenda, pero yo no me sentia lista para algo mas de una amistad.

Seguía con mi amistad con Tomás, seguía yendo al psicólogo sin conseguir nada, seguía haciendo lo mismo de siempre, pero Derek no apareció más, ni siquiera su auto, poco a poco fui olvidándome de él, Tomás abarcaba todos mis pensamientos, me hacia sentir única, ¿sera que estaba sintiendo algo más?

—Oye enana, te ves hermosa cuando sonríes, ¿lo sabias? Y aun mas cuando te sonrojas. —Mis mejillas ardían de lo rojas que estaban, y quien no lo estaría, con esas palabras y esos ojos grises y esos labios, oh, sus labios... —Gracias feo, igual ya lo sabia. —Los dos nos reímos por mi "modestia", Tomás era especial.



*****

Decidí irme sola a casa ese día, tenia ganas de caminar y Tomás no pudo ir al instituto porque estaba enfermo, coloqué de nuevo mis audífonos y me desconecte del mundo. Un auto negro venia siguiendome, pero no le preste atención tal vez era pura coincidencia,  hasta que bajo el vidrio a lado de mi y supe de quien se trataba.

—Hola Evangeline, tiempo sin saber de ti, ¿como has estado? —Sus palabras sonaban naturales pero su mirada me decía otra cosa que no comprendía.

—Hola Derek, e estado bien, ya te hacia fuera de la ciudad o algo, estabas perdido.

—Si tenia asuntos pendientes, sube, demos una vuelta.

Subí al auto, y luego no me dirigió más la palabra hasta que llegamos a una enorme casa, muy bonita, con un gran jardín con fuentes y demás, todo era muy lujoso, me pidió que bajara del auto y asenti.

Crucé la puerta de la casa, y en serio era hermosa era como 3 de mi casa juntas, el me condujo hacia otro jardín detrás de la casa, pasamos las puertas de vidrio corredizas y ahí estaba el jardín con la piscina, era de esperarse ¿no?

—Evi lo siento, siento lo que voy a hacer pero ya no aguanto...

Me besó, me besó de la manera mas posesiva y necesitada que nadie jamas había utilizado conmigo, al principio quede en shock pero luego no pude evitar responder a su beso, el sabor era a menta, la intensidad comenzaba a darme calor, me abrazó como para que jamás pudiera soltarme, y eso me hacía estremecer, así duramos un buen rato hasta que los dos necesitábamos respirar.

—¿Que fue eso Derek?

—De verdad lo siento Evi pero lo necesitaba, necesitaba tus labios.

—¡Eres un idiota! , me dejaste plantada, te desapareciste por meses, me hiciste creer que no te interesaba, para llegar un día cualquiera traerme a tu casa y besarme locamente, ¿eres enfermo o que te pasa?

—Me alejé porque no quería hacerte daño, porque no quería verte sufrir, eres un ángel que no merece sufrir por mi, pero no lo soportaba, no soportaba verte de lejos ni mucho menos verte con Tomás —Unió su frente con la mía —Solo perdoname Evi, solo perdoname... —Y lo último fue mas un murmullo para el mismo que algo para mí.

Salí corriendo de su casa, estaba demasiado confundida, todo lo que acababa de pasar se repetía una y otra vez en mi mente, recordé a Tomás no eramos nada pero de alguna manera sentía que lo estaba traicionando al aceptar el beso de Derek, Derek, sus palabras hacían eco en mi mente, "me alejé porque no quería hacerte daño", " no mereces sufrir por mi", era ilógico, él no me había hecho nada malo, no entendia de que manera me haría sufrir, me senté cerca de un árbol grande, todo estaba tan calmado que me daba la calma que necesitaba, pensé en demasiadas cosas y me quede dormida sin querer.

Salvame de ti (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora