Capitulo 29

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Patricia lloraba tanto que pensé  que en algún momento no podría soltar mas lágrimas, Bob la abrazaba como a una muñeca de cristal y se veía que a pesar de todo la amaba como a nadie.

Estábamos en una especie de mini cabaña, o algo así, había un inodoro, un lavamanos, algunas sabanas increíblemente sucias, una almohada, dos platos de aluminio y dos vasos, ¿pensé en que comerán?, ¿sera Samanta quién los alimenta?, ¿por qué no habrá dicho nada de esto a las autoridades?

Y justo en ese momento alguien abrió la puerta, y era Samanta con una bandeja, donde habían dos platos y dos vasos con comida, y mi duda de quien los alimentaba ya estaba resuelta, pero ¿por que no avisaba?

-Buenos días señores Geel, aquí esta su desayuno. -Su voz era impasible, como si esto fuera normal, prosiguió a darle los platos y vasos a los señores y colocarlos en el piso, y se llevo los otros platos que ya habían allí. -Y usted señorita, debe venir conmigo, Brian la espera para desayunar.

Comencé a sudar frío, prefería mil veces quedarme aquí aunque el olor fuera insoportable, la señora Patricia me dio una mirada de aliento, y se despidió con un saludo de mano, y comenzó a comer justo cuando cerré la puerta detrás de mi, y comencé a llorar, y no supe en que momento casi caigo al suelo hasta que Samanta me sujeto.

-No llore señorita. -Y acarició mi cabeza. -Si llora sera mucho peor, al él no le gustan los débiles.

-¿Por qué no has dicho nada Samanta? ¿Por qué no avisas a la policía de esto?

-Porque mi familia esta en juego señorita. -Y bajo la cara. -Tengo hijos, y esos hijos tienen hijos y familia, y Brian me amenazó con que si yo hablaba, me olvidara de mi familia, y no quiero eso, tengo años prácticamente esclavizada aquí, y años atendiendo a esos dos señores que parecen hoy en día indigentes, años cumpliendo los caprichos de Brian, pero es eso o mi familia, y no perderé a mi familia, si en mis manos esta la tranquilidad de ellos entonces eso haré. Callar.

Y su rostro cambio de culpa, a seriedad a medida que iba hablando yo continúe caminando a su lado, y justo cuando llegábamos a una mesa que estaba en el patio cerca de la piscina, con desayuno y todo incluido, dije:

-Usted no hará nada, pero yo si, y si esta en juego mi vida, me importa un comino, mucha gente necesita descansar de esto.

Y nunca en mi vida me sentí tan segura de algo, como de lo que le dije a Samanta, ella solo me miró, me dijo que Brian ya venia a desayunar y se fue.

Me senté en las elegantes sillas, era un desayuno demasiado elegante para mi gusto, yo era más sencilla, y con el miedo que tenía dudaba mucho que fuera a comer algo.

Al cabo de un rato, Brian llegó, se sentó a mi lado como si nada raro estuviera pasando y me sonrió ampliamente.

—Buenos días Evi, ¿cómo dormiste anoche?

—¿Cómo crees que dormí Brian? —Mi irritación era muy notable.

—Pues supongo que bien. —Y soltó un risa. —¿Que tal los imbéciles de mis padres?

—No les digas así. No son basura, de hecho están muy arrepentidos por todo lo que te hicieron.

El solo sonrió.

—¿Y en serio crees que me importa? O ¿crees que ya no los he escuchado pidiéndome perdón? Por Dios Evangeline no seas ilusa, fueron años lo que me hicieron ser lo que hoy soy, de verdad crees que los voy a perdonar porque lloren y se arrepientan, no seas tonta por favor, y come que se enfriara tu comida.

Que se enfriara o no mi comida era lo que menos me importaba, este hombre que esta frente a mi no tenía sentimientos se los quitaron hace mucho.

Salvame de ti (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora