Capitulo 9

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Historia de Lía y Diland

Lía

Me levanté como siempre para ir al instituto, tenia muchas cosas que hacer hoy, comí, me subí en mi auto y me fui al instituto, debía ir en la tarde a comprar las cosas para ir a una fiesta.

-Hola chicas.

-Hola Lía

La mañana transcurrió normal, las tres queríamos que ya fuera la hora de la fiesta. Al salir de clases llevé a Evi a su casa y quedamos en que la pasaria buscando, a ella y a Brenda, ya que quedamos en ir en un solo auto todas.

Fui al centro comercial a comprar todo, cuando me sentí satisfecha por lo que compre me fui a mi casa, me aliste, y cuando me di cuenta ya era la hora de buscar a las chicas.

Llegamos a la fiesta y todo estaba muy bien arreglado, el lugar prometia, se veía que la íbamos a pasar muy bien, Brenda fue la primera (como siempre) en ligar con un chico, pero es de esperarse Brenda es muy linda.

Me senté con Evi a mi lado, aunque no teniamos chicos decidimos pasarla bien, pero fue entonces cuando lo vi, alto, con buen cuerpo, blanco, ojos azules, sus ojos eran penetrantes, cabellos liso y castaño, sus ojos conectaron con los mios y mordi mi labio porque empezó a temblar.

-Hola linda, ¿como te llamas?

-Me llamo Lía, y tu?

-Diland, quieres bailar?

Acepté, quien no querría bailar con él, le dije a Evi, que ya volvía y ella me mostró una calida sonrisa y asintió, bailé casi toda la noche con él, era de lo mejor hablar con él, su sentido del humor no paraba, no sabia que también iba al instituto así que fue mucho mejor, intercambiamos nuestros números y se ofreció a llevarme, pero Evi paso todo ese rato en la mesa esperando para irnos y no podía dejarla sola.

Comenzamos a encontrarnos mas seguido en el instituto, a acercarnos mas, nos convertimos en un grupo, y nos la llevábamos muy bien, salí un par de veces mas con el hasta que nos hicimos novios, y nos iba bien.

Pasaron varios meses y todo iba bien, ese día en el instituto, Diland se ofreció a llevarnos a casa ya que mi auto estaba descompuesto, el pasaría primero por su casa a buscar unas cosas y después nos llevaría a cada una, me monté en la parte del copiloto y Evi atrás.

-Diland ¿a donde vamos?

-Vamos a mi casa Evi debo buscar unas cosas, y las llevo a ustedes.

Evi entendió y llegamos a su casa, pero alguien nos agredió, golpeo a Diland brutalmente un un hombre con un pasa montañas y un martillo o algo parecido, luego fue por Evi, pero a ella no la golpeo con ese objeto le dio un golpe en la cabeza supongo que para solo dejarla inconsciente, y luego sentí un golpe fuerte en mi cabeza, y no vi nada más.

Me desperté en algo así como una casucha vieja y sucia, la luz que habia era las que entraban por las grietas, a mi lado estaba Evi aún inconsciente, amarrada de pies y manos al igual que yo, un hombre enfrente de mi llamó toda mi atención, seguía teniendo el pasa montañas, y golpeaba brutalmente a Diland, trate de gritar pero mis palabras no salían de mi boca, todo lo que podía hacer era ver y escuchar pero nada mas.

-¿Que creías grandisimo idiota, que te dejaría el camino libre con mi chica? ¿con mi Evangeline? -Lo escupió- pues ¡no! Ella es mía y así sera siempre ¿entiendes?

Diland estaba destruido tenia la boca llena de sangre, su cara estaba deforme de recibir tantos golpes, y estaba amarrado no podía defenderse.

-Yo no tengo nada con Evangeline -Escupió sangre- mi chica es Lía, ella es la mujer que yo amo -Lágrimas comenzaron a salir de sus hermosos ojos, cambio su mirada hacia mi y me dijo -Te amo Lía aunque no sea un buen momento para decirlo te amo como nunca había amado a nadie, no me olvides, no olvides como nos conocimos -escupio sangre- ni todo lo que hicimos, te amo mucho mi amor.

Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos un llanto desgarrador provenía de mi, el del pasa montañas se dio cuenta de que yo vi y escuché todo y clavó un cuchillo en el corazón de mi Diland, grite mas fuerte el dolor me consumía, el tipo se volteo hacia mi y me plantó un golpe luego una cachetada hasta que mi garganta no emitió ningún otro sonido, quede sentada, y el me dijo:

-Así me gusta perra, que estés callada, y mas te vale que sigas así, porque si dices algo de todo esto los próximos serán tu familia, ten miedo de mi.

Después de haber dicho esto se fue. Paso un rato y aunque no podía hablar, los gritos estaban dentro de mi y el dolor manchaba mi alma, sentía a Evangeline hablandome pero la escuchaba lejana, no entendía lo que decía y no podía moverme, no podía ver nada, la escena de la muerte de Diland se repetía una y otra vez en mi mente, hasta que todo se puso negro y no supe que más paso después de eso.

Salvame de ti (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora