Capítulo 4. -Peligrosa situación

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—No es lo que estoy diciendo señor Baxter, hemos encontrado a su hija en la escena de un crimen, y también en propiedad privada a mitad de la noche.

—Mire, mi hija no tiene nada que ver con lo que sea que sucedió allí, estoy seguro de que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.

—El punto es ese señor, estaba allí, lo que la pone a ella y al joven García directamente como sospechosos.

Y allí estaba yo, Nikkie Baxter. En una estación de policía, con marcas en mis muñecas, a punto de sufrir un brote psicótico. Y en ese momento exacto todo lo que estaba en mi cabeza era una simple pregunta, ¿Cómo rayos había llegado aquí?

. . .

—Dios mío, ¿Es esa la señora Nichols?—Los ojos de Frank no se alejaban ni un momento del monitor.

Yo, no podía responder, no sabía que decir. Efectivamente esa era la señora Nichols, pero el tipo con máscara que la tenía atada, era el mismo que llevaba acosándome semanas.

—Tenemos que hacer algo, tenemos que llamar a la policía.

—No...

—¿Qué quieres decir con eso? No sé si estés consciente de esto pero el secuestro es un crimen.

Frank se quedó parado frente a mí, mirándome sin parpadear. Allí entendí que tenía que contarle la verdad sobre lo que estaba pasando, la auténtica verdad.

Le enseñé los mensajes en mi teléfono y le conté lo que había estado sucediendo con PRETTYFACE.

—¿Exactamente por qué no has llamado a la policía?

—Amenazó a mi familia Frank, yo...no puedo dejar que los hiera.

—Así que estás dejando que te hiera a ti—cuando lo pensé bien, era exactamente eso lo que estaba pasando.

Me quedé callada, no sabía que decir.

—Pues ya no, lo siento mucho Nikkie, pero llamaré a la policía.

Ahí estaba el momento en el que me ponía de rodillas, pero no lo hice.

Frank marcó el número mientras yo me quedaba sin aire. Cerré mis ojos por un segundo, cuando los abrí de nuevo Frank estaba fijándose más de cerca en el monitor.

—Frank, ¿Qué sucede?

Colgó el teléfono, y se giró a verme.

—Nikkie sé en donde están, los dos sabemos en donde están.

. . .

—Usted no va a volver a tocar a mi hija.

—Señor Baxter por favor, cálmese.

Gritos, gritos y más gritos, era todo lo que podía escuchar en este preciso momento. Gritos entre mi padre y el detective Miller, no recordaba bien su nombre.

Pero no podía quedarme aquí ahora mismo, tenía que seguir recordando, necesitaba seguir recordando.

. . .

—¿De qué estas hablando Frank?

—Fíjate en las paredes.

—Están algo viejas.

—Exacto, paredes viejas, y mira las escaleras Nikkie—en ese instante ya sabía en donde se encontraban.

—Es un sótano.

—El sótano del instituto.

—Yo conduzco—no tenía la necesidad de pensarlo dos veces, si había una mínima posibilidad de salvar la vida de la señora Nichols, tenía que tomarla.

PRETTY FACE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora