Capítulo 18. -La fiera Baxter

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Una luz radiante me hizo abrir los ojos. Estaba recostada sobre una cama demasiado grande, me levanté y vi ventanas selladas. Noté el piso, el cual estaba brillante, como si acabase de ser pulido.

No recordaba nada después del gran golpe que me di contra la pared.

Solo podía estar segura de que estaba en la guarida de PRETTYFACE, y que este era su plan desde un principio. Traerme a donde sea que siempre estuvo, y jugar conmigo; con su juguete preferido.

No me encontraba asustada, lo único en lo que podía pensar era en los demás. En Katherine, en Rynn, no podía dejar de pensar en si les había hecho daño o a Frank.

La piel se me puso de gallina cuando escuché la puerta de la habitación en la que me encontraba abrirse.

No necesitaba volver a ver esa espantosa máscara de nuevo, así que me lancé sobre la cama y pretendí estar dormida.

Se acababa de sentar en el borde de la cama, justo a mi lado. Mi corazón estaba literalmente pulverizándose.

Comencé a respirar lentamente cuando él empezó a acariciar mi cabello, esto me daba tanto miedo.

—Nik...—esa voz...esa voz, no, no podía ser cierto. Ahora recordaba todo.

—Esto pudo haber sido muy diferente, no sabes las ganas que tuve de acabar con todo esto en el preciso momento en el que tus labios tocaron los míos.

Dios mío...quería llorar, necesitaba llorar.

—Pero esto se desbordó, necesitaba acabar este juego, necesitabas dejar de sentirte asustada por mi culpa. Nunca quise asesinar a nadie, solo fueron intentos de llamar tu atención, intentos de hacerme notar por ti Nikkie. La chica más linda que mis ojos hubiesen visto jamás.

Siempre lo tuve frente a mí. Dios mío, ayúdame. Necesitaba salir de aquí con vida, ni siquiera sabía si estaba embarazada. Oh no, el embarazo, el bebé...Liam.

—Espero que puedas perdonarme, después de todo solo fueron unas cuantas personas. Los números no fueron altos.

Psicópata, maldito loco. Existían muchísimas palabras que decirle pero no quería alterarme frente a él.

Se levantó de la cama y cerró la puerta detrás suyo.

Abrí los ojos al instante.

Unas cuantas lágrimas se escaparon de mis ojos, no pude controlarlas.

Siempre había sido Liam, el chico con el que me acosté. El que me hizo sentir viva luego de cosas que él mismo había hecho.

Tenía que salir de aquí, tenía que lograr que Liam fuese puesto tras mil rejas.

Giré mi cabeza por todas las esquinas de la habitación, buscando algo con que abrir la puerta.

Ya conocía la mente macabra de Liam, solo que no sabía que era la de el.

Me metí debajo de la cama, estirando mis brazos logré tocar algo filoso, lo tomé y observé que se trataba de una tijera.

Una tijera no me ayudaría a abrir la puerta, al menos yo no sabía abrir una puerta con algo como eso.

Pero si me podría ayudar con otra cosa.

Miré la tijera unos segundos y después comencé a gritar lo más alto y fuerte que podía, aparentando estar asustada.

Mi garganta ya estaba doliendo así que paré de gritar y me puse en cuclillas frente a la puerta, era ahora o nunca.

La puerta se abría lentamente, ¿Estás lista Nikkie?

PRETTY FACE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora