Mi cabeza no paraba de vibrar una y otra vez. Estaba pidiéndome descanso, llevábamos más de tres horas buscando información acerca de Nikkie Baxter. Lo máximo que habíamos conseguido Xander y yo fue una página que al parecer si era un blog o al menos lo debió ser, porque ahora mismo estaba fuera de la red. No servía. Me fijé en la hora por undécima vez en la noche y pude notar que ya eran más de las doce de la madrugada, debíamos dormir los dos si queríamos continuar con esta dichosa búsqueda.
—Tenemos que descansar—dije precipitadamente—, mañana podemos continuar con esto. Ya es muy tarde.
—De acuerdo, te puedes quedar en la habitación de invitados. Es la que está justo al lado del baño—por más que quisiera no incomodarlos ni a él ni a su padre pasando la noche en su casa, tampoco tenía otro lugar a donde ir.
—Gracias Alexander...por todo—dichas esas palabras salí disparada a la habitación. Me sentí rara al llamarle por su nombre de pila y no por su apodo al que ya me estaba acostumbrando.
Cuando llegué al cuarto de invitados cerré la puerta detrás de mi y le puse seguro, no me gustaría para nada encontrar a alguien observándome mientras dormía. Ya tenía suficiente con el pánico que experimenté en el transcurso del día. Me miré en el espejo nuevamente y no pude evitar sentirme en descontento conmigo misma, ¿Cómo era posible no recordar? Parecía haber dejado una puerta abierta. Una puerta por la que todos esos recuerdos se habían escapado sin mirar atrás, y ahora me habían dejado vacía. Luego de recostar mi cabeza en la almohada, me dejé llevar. Mis párpados iban bajando con lentitud dejándome noqueada.
Me encontraba en un lugar que no había visto jamás. Era una casa grande, con muchas puertas y muebles elegantes. En uno de los muebles estaba sentado alguien, se hallaba de espaldas a mi, pero su figura me hacía darme cuenta muy fácilmente de que se trataba de una mujer.
Me acerqué a ella, con el miedo carcomiendo mis entrañas. Al llegar a su ubicación, la pude ver. Era una chica que parecía ser bastante joven, de ojos oscuros y cabello negro, tenía grandes ojeras que la hacían ver desalineada. En definitiva estaba muy cansada.
—¿Quién eres?—le dije en un tono tan silencioso que dudé que me hubiese escuchado—¿Estás bien?
—Deberías preguntarte eso a ti misma—me aterrorizó escuchar su voz, pues no era la voz de una mujer. Muchísimo menos la de una jovencita como aquella, parecía la voz de un hombre. Profunda y gruesa—. ¿Sabes cuánto tiempo he esperado para verte de esta manera? ¡Han sido años! Pero sin duda alguna han valido la pena, tan solo mírate, descompuesta, sin memorias; eres un estorbo en el planeta. La única cosa que me hace falta es encontrarte nuevamente, encontrarte y acabar contigo de una maldita vez.
Sus palabras eran aterrorizantes. Me encontraba temblando, solo podía verla allí tan seria y con una mirada llena de odio y maldad. Luego de unos segundos mis ojos no podían creer lo que estaban mirando. La chica que estaba frente a mi, ahora no era una chica. Estaba tornándose otra cosa totalmente distinta. Su aspecto estaba cambiando. Sus brazos se volvían más voluminosos y su cara se distorsionaba con el pasar de los minutos, tanto así que no logré mirar nada más.
Hasta que la vi.
Aquello no era un rostro. Parecía otra cosa, algún tipo de máscara. Era de dos colores, blanco y negro. Ambos lados llevaban pequeñas gotas cayendo desde unos pequeños agujeros que conducían hasta unos ojos tan fríos...podía sentir con desesperación la cantidad de odio puro que se esparcía con fuerza desde aquellos ojos azules.
Me lancé al suelo al ver como esa cosa se abalanzaba encima de mi.
—¡¿En dónde demonios estás?! ¡¿En dónde?!—cerré los ojos con fuerza dejando que el miedo se escurriera por todo mi cuerpo—¡Mírame! ¡Mírame!
ESTÁS LEYENDO
PRETTY FACE ©
Misterio / SuspensoLa fama, todos la desean. Nikkie la consiguió, pero jamás pensó en todos los secretos y mentiras que se esconden a sus espaldas. Detrás de la pantalla hay una sola realidad, y un seguidor infernal está al acecho. No se permite plagio. Magnífica por...