Un rostro lleno de rasgos que no lograba identificar. Sentía que toda mi vida completa había sido erradicada, borrada, eliminada. Que nunca existió esta persona que ahora mismo se reflejaba en el espejo, pero por alguna razón yo sabía que sí era real. Y también sabía que no podía confiar en nadie, mi razonamiento estaba intacto y sabía que debía seguir mis instintos primero que nada. Retroceder no era válido en este momento, no al menos que retroceder significase otra cosa totalmente diferente.
—Aquí están los analgésicos—era ahora o nunca.
—Gracias, pero..no los necesito.
Y en ese preciso segundo, una parte de mi ser sintió que estaba incorrecto hacerlo pero no podía detenerme. Hice lo que tenía que hacer.
Con la gran pieza de porcelana que encontré en la cómoda golpeé con mi limitada cualidad muscular el cráneo de Richard, observando como caía al suelo inconsciente. Era mi momento de escapar, así que corrí, impulsando mis piernas con mucha velocidad. Tal vez no era la más rápida pero me encontraba corriendo con mucha velocidad.
Todo el espacio a las afueras de la cabaña era verde, literalmente. Árboles y matorrales, arbustos y flores abundaban en cualquier lugar al que dirigía mi mirada, estaba en un bosque de gran frondosidad. El ambiente no me hacía para nada fácil saber en qué dirección correr, a donde dirigirme. Pero aún así continúe corriendo sin detenerme. Sin saber a donde rayos me dirigía, solo estaba corriendo sin saber a donde ir y con muchísima confusión penetrando cada centímetro de mi cerebro.
Tan rápido iba corriendo que tropecé torpemente, cayendo al suelo. Me fijé de nuevo en el espacio a mi alrededor y ahora estaba en una calle, parecía una carretera. Una enorme camioneta estaba exactamente delante de mí. Escuché la puerta del conductor abrirse, y observé a alguien bajar.
—¿Estás bien?—un chico de unos dieciséis años con los ojos verdes y el cabello alborotado se encontraba observándome impaciente.
Dudé por varios segundos en hablarle, pero mi lengua y mi capacidad cognitiva cedieron.
—Yo..no lo sé, pero necesito ayuda.
—¿Por qué estás vestida así? ¿Qué te sucedió?—miré mi atuendo y noté que llevaba puesto un conjunto tipo pijama. Solo era un short corto y una camiseta de tirantes.
—No sé...yo...no recuerdo nada. Un sujeto me tenía cautiva y no sé ninguna maldita cosa.
—Wow, al parecer si recuerdas como decir malas palabras. Mira, estoy con mi hermano menor ahora mismo pero puedes venir con nosotros.
Giré la mirada hacia la camioneta, y en la parte trasera estaba un pequeño niño con cabellos rubios doradizos, se encontraba dormido. No quería entrar en la camioneta pero no tenía otro lugar a donde ir. Al menos no uno que recordase.
El chico abrió la puerta de copiloto para mi y seguidamente subió a la camioneta. Mis manos estaban temblando horriblemente.
—¿Tienes frío?
—No. Estoy bien, gracias.
—¿Cómo te llamas?
—No lo sé—estuve tentada a decir "Abby", pero no estaba segura de que ese fuese realmente mi nombre.
—¿No lo sabes?
—No. No recuerdo nada.
—Dijiste que alguien te tenía cautiva.
—Así es, un chico que decía llamarse Richard.
—¿Richard?
—¿Lo conoces?
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PRETTY FACE ©
Mistério / SuspenseLa fama, todos la desean. Nikkie la consiguió, pero jamás pensó en todos los secretos y mentiras que se esconden a sus espaldas. Detrás de la pantalla hay una sola realidad, y un seguidor infernal está al acecho. No se permite plagio. Magnífica por...