Alzo la cabeza hasta que mis ojos se encuentran con los de Walter. Me mira penetrantemente, como si quisiese acceder a mi mente a través de ellos. No tiene buena cara. Me pregunto si habrá hablado con Zack, o si simplemente habrá visto cómo se ha quedado después de lo que le he dicho. Espero que haga cualquier cosa menos lo que realmente termina haciendo y, por eso, tardo algunos segundos más de lo normal en reaccionar.
Me abraza. Lo hace con fuerza, de manera cariñosa, como si nos conociésemos de toda la vida. Cuando consigo ser consciente de que solo busca proporcionarme cercanía, me aferro a su cuerpo como si fuese la única cosa que puede salvarme en el mundo, como si fuese un bote salvavidas en medio de un océano aterrador. Ahora entiendo por qué Zack le tiene tanto aprecio. Walter te hace sentir en casa, como si no ocurriese nada a nuestro alrededor, como si todo estuviese en su correspondiente lugar.
Sé perfectamente que ahora vamos a tener que hablar, pero estoy tan cómoda entre sus brazos que no puedo evitar quedarme así durante un buen rato más. Él no dice nada, ni siquiera se mueve, solo rodea mi cuerpo con los brazos, proporcionándome mucha calidez. Cuando me doy cuenta de que no puedo quedarme en esa posición toda la vida, me separo de él. Sus pulgares se acercan a mi cara para secarme las lágrimas. Ni siquiera me he dado cuenta de haber llorado.
—Walter...
—No hace falta que digas nada, Brooke —niega con la cabeza—. Lo he visto y escuchado todo. No he querido intervenir porque he pensado que sería peor.
—Espera, ¿has escuchado todo lo que me ha dicho Adams?
—Todo. Debemos hacer algo.
—Es complicado.
—Estoy muy informado de la relación que mantienen Zack y Adams. Lleva tiempo haciéndole la vida imposible. Nunca ha aceptado que Zack sea mejor que él en la pista. Le repatea nadie le ponga en primer lugar.
—Me he asustado —reconozco, agachando la cabeza—. Pasó algo similar hace poco. Zack le ganó y se vio obligado a hacer una revancha con Adams. Le hizo daño, Walter.
—Lo sé. Fuimos a verle al hospital.
—Fue culpa mía. De haber estado ahí, no hubiese sido capaz.
—No quiero escucharte decir eso nunca más —Walter se gira hacia mí—. Saber que Zack aceptó esa revancha para que no te hiciese daño me hace reflexionar sobre muchas cosas.
—Zack es demasiado bueno. Nunca se ha portado mal conmigo.
—Estoy más que de acuerdo contigo en ese —Walter asiente con la cabeza—. Zack es una de las mejores personas que he conocido, por no decir la mejor. Le conozco desde hace muchos años, ¿sabes? Es como un hermano para mí. Mi familia lo considera un miembro más, es muy especial para nosotros.
—Sois lo más parecido a su familia —suspiro—. No puedo verle así. No se lo merece, no se merece nada de lo que le ocurre.
—Eh, Brooke —Walter me sonríe—. Es muy fuerte, no te preocupes por él. Sabe cómo salir de los problemas y, créeme, no han sido pocos.
Estas palabras consiguen sacarme una débil sonrisa.
—Ha sido lo más cruel que he hecho en mucho tiempo.
—Ya basta —Walter me acerca a su cuerpo, obligándome a recostarme sobre él, mientras me acaricia el pelo para tranquilizarme—. Vamos a salir de esta. ¿Me has escuchado bien?
Le asiento con la cabeza, aunque realmente piense que nada de esto tiene solución. No acaba aquí. Voy a tener que seguir haciéndole daño, si no quiero que sea él quién se encargue de hacerlo. No quiero decírselo a Walter. Me da miedo lo que pueda ocurrir. En cierto modo, siento que es algo a lo que debo enfrentarme yo sola.
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Stay Away
Teen FictionConocer a Zack Price no entraba en los planes de Brooke. Conocer sus secretos, todavía menos.