Capítulo 34. "-¿Te gustaría utilizar uno de nuestros juguetes a tu antojo?"

3.5K 179 16
                                    

El primer día como novia de Zack es extraño y placentero, a partes iguales. Jamás imaginé que llegaría a decir que formo parte de su vida de ese modo. Pese a eso, no estoy para nada incómoda, sino todo lo contrario. Me siento afortunada de poder estar con él, sabiendo lo maravillosa persona que es. Evidentemente, una bola de miedos se ha hecho un lugar en mi pecho, preocupándome de vez en cuando y provocando que me cuestione un montón de cosas.

¿Será todo igual que antes? ¿Podré reprimir mis impulsos más asesinos cuando alguien quiera hacerle daño? ¿Qué voy a hacer al ver la cara de decepción de Daniel cada día al levantarme? Muevo mi cabeza de lado a lado para evadir todas esas incógnitas de mi mente. No tengo ninguna respuesta y, de momento, no voy a tenerlas. Prefiero disfrutar de lo que tengo, al menos por ahora.

Cierro mi taquilla, sujetando el libro de Literatura bajo el brazo derecho. No he visto a Zack durante el resto de día, más que nada porque ha estado ocupado asistiendo a las clases. Me ha pedido que nos fugásemos a algún lugar para celebrar lo que había ocurrido, pero mi parte más racional ha terminado diciéndole que esperásemos a salir del instituto para hacer lo que quisiésemos.

Sonrío tontamente mientras me dirijo al aula. Tampoco sé dónde se han metido Leah y Will, he perdido su rastro en el momento en que he salido del comedor. La gente me mira y, después, susurran cosas entre sí. Está claro que no puedo quejarme después de haber hecho lo que he hecho, pero podrían ser un poco más disimulados. Lo que más me sorprende es que algunos decidan saludarme cuando antes ni siquiera me miraban al pasar por su lado. Sé de sobras que Zack no es una persona que pase desapercibida por lo que, si él está en el punto de mira, yo también paso a estarlo. No es una idea demasiado agradable, pero es una consecuencia de estar con él que estoy dispuesta a aceptar.

Llego a mi clase de Literatura, pero antes de poder poner un solo pie dentro, alguien me agarra por detrás, haciéndome retroceder unos cuantos pasos. Debo hacer un esfuerzo por mantener el equilibrio, así que me sujeto en la otra persona, utilizándolo como punto de apoyo. Antes de poder siquiera ver quién es, pega su pecho a mi espalda, sujetándome por la cintura, y me arrastra hasta quedar cerca de las taquillas. Cuando empiezo a ser más consciente de lo que ocurre, me doy cuenta de quién es. Demasiado familiar, aunque ahora me recuerde más a un extraño.

Me zafo de su agarre antes de dedicarle una mirada asesina. ¿En qué momento comprenderá que no puede agarrarme contra mi voluntad cada vez que quiere? Puedo llegar a entender que esté molesto porque, de estar en su situación, también lo estaría, pero eso es pasarse. No puede arremeter contra mi espacio vital cada vez que le da la gana, por mucha confianza que tengamos. Además, si Zack llega a verle, no sé qué hubiese ocurrido.

—Ni se te ocurra volver a hacer eso —musito entre dientes, intentando aguantar toda la ira que llevo acumulada desde hace días.

—Oh, es cierto —una sonrisa de medio lado se planta en su rostro—, ahora tienes novio y puede enfadarse, ¿verdad?

—No, Brad —niego con la cabeza—. No se trata de tener novio o no, se trata de que no puedes agarrarme de ese modo cada vez que te dé la gana. Si quieres hablar conmigo, me lo dices. No tengo ningún problema.

—¿Puedes decirme por qué has hecho eso? —pregunta, obviando mi anterior comentario, como si no tuviese importancia. Estoy segura de que volverá a hacerlo.

—¿Perdona?

—¿Por qué has hecho semejante idiotez? ¿Por qué has dicho todas esas cosas? No son más que palabrerías. No puedes sentir nada por él.

Me río sin gracia. ¿De verdad está diciéndome algo así?

—Me parece increíble que te creas con el derecho de decidir qué debo sentir y con quién debo sentirlo. ¿Acaso piensas antes de abrir la boca?

Stay AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora