Capítulo 40. "-¡Has llegado!"

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Fiesta de cumpleaños de Brooke: parte 2.

—¡Luke, baja ya! ¡Vamos a llegar tarde a nuestra propia fiesta!

No recibo respuesta por su parte, como casi siempre que le grito algo desde el salón mientras está encerrado en su habitación. Papá se ha ofrecido a llevarnos a los tres al lugar donde se celebra la fiesta, pero si mi hermano sigue retrasándonos de este modo, terminaremos siendo los últimos en llegar. Conozco a mi hermano y sé perfectamente que debe llevar cerca de dos horas preparándose para ser el más impoluto de la fiesta.

—Tranquilízate, Brooke —escucho la voz de mi padre, que aparece desde la puerta de la cocina—. Seguro que está a punto de bajar.

—Papá, somos los cumpleañeros, no podemos llegar tarde. ¿Es que no lo entiendes?

No espero respuesta por su parte. Sé que no debería ponerme así de nerviosa, pero esta celebración está consiguiendo sacar lo peor de mí. No me siento como en otros cumpleaños de mi vida, y eso hace que sienta la necesidad de estar en tensión en todo momento.

Mamá está atando la corbata a Daniel, porque es una de las pocas veces que ha tenido que ponérselo y no tiene ni idea de cómo se hace. No puedo reprimir una risa al ver las muecas que pone mi hermano mientras observa las manos de mi madre, como si hiciesen magia sobre su cuello.

—Mira quién ha llegado —dice mamá, sin ni siquiera alzar la vista para mirarme. Frunzo el ceño—. Conozco tu risa, no es ningún misterio.

Me acerco a ellos, observando con detenimiento a mi hermano. Decir que está increíble es quedarme corta. Guapo, desgarrador, increíblemente atractivo. A este ritmo va a llevarse la atención de todos los invitados. A estas alturas, sigo sin comprender qué hace mal para no tener novia. Daniel nunca ha sido un chico demasiado reservado, se atreve a hablar con cualquier persona. A veces tiene momentos en los que me entran ganas de estrangularle pero, generalmente, es bastante simpático y agradable, al menos con aquellas personas que le caen bien. Además, como acabo de remarcar, es un chico que puede atraer perfectamente a cualquier persona.

Esa duda seguirá plasmada en mi mente hasta que consiga mantener una relación decentemente formal.

—Estás sensacional, Dan —comento dándole otro repaso de cuerpo entero.

—Gracias, hermanita —me sonríe—. Antes no te he dicho nada, pero tú también estás preciosa.

Después de dedicarle una sonrisa exclusivamente a él, escucho los pasos de Luke bajando ruidosamente por la escalera. Al ver que mamá ha terminado de atarle la corbata, agarro a Daniel de la mano para ir hacia la entrada de casa. Nuestro hermano, como he predicho, está perfectamente peinado y vestido. Y también está dándose un repaso de cuerpo entero en el espejo que hay colgado en la pared, encima del mueble donde dejamos las llaves de casa.

—¿Cuántas veces tienes que mirarte en el espejo para darte cuenta de que vas increíblemente bien? —pregunto, acercándome a él.

—¡Guau! —grita, girándose hacia mí—. ¿Qué has hecho con mi hermana? ¿La has amarrado y encerrado en una de las habitaciones?

—Idiota —bromeo, golpeándole el brazo.

—Qué orgullosa me siento al veros juntos y unidos —la voz de mamá hace que me gire. La encuentro abrazada al cuerpo de papá.

—Mamá, por Dios, no llores.

—Deja de ser tan poco sensible, Brooke —me regaña Daniel.

—¿Me ha quedado bien el tupé?

Stay AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora