Capítulo 8. "-No confío en la gente con facilidad"

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· Will Fleming en multimedia ·

—¡¿Qué?!

He gritado tanto que, por consecuencia, tengo varias personas observándome con detenimiento para ver qué ocurre.

—Quiero esa cita contigo —la sonrisa de lado que aparece en su rostro me pone de los nervios—. No es tan complicado, Parks.

—Puede que la información te haya llegado mal, ya que el premio era una cita con Leah, no conmigo.

—Tranquila, Brooke —interviene Leah—, puedes quedártelo. A mí no me importa.

No puedo enfadarme con ella porque, basándonos en la realidad, el karma me ha devuelto la jugarreta que le he hecho antes. De todos modos, no me privo de lanzarle una mirada asesina para demostrarle que estoy en total desacuerdo con la situación. Ella se limita a sacarme la lengua antes de seguir atendiendo a las personas que se amontonan enfrente de nuestro puesto.

Ojalá pudiese hacer eso. La única alternativa que me queda es alejarme lo más rápido posible de ese lugar, sin dirigirme a ninguno en concreto. Varios niños pequeños, seguramente hermanos de alumnos más mayores, se cruzan en mi camino, obligándome a morderme la lengua para no soltarles ninguna palabra obscena. Lo último que necesito es enfrentarme contra una madre que quiera defender a su hijo por encima de todas las cosas.

—¡Brooke! —escucho el grito de Zack, pero no paro de caminar—. ¡Para!

—¿Qué quieres?

—¿Tan feo soy para que no quieras tener esa cita conmigo?

—¡Me caes mal! —le grito.

—Te salvé la vida, no sé si lo recuerdas.

—Y tú a mí. Por eso mismo creo que es una buena oportunidad para que intentemos llevarnos mejor.

—No confío en la gente con facilidad —digo prácticamente en un susurro.

—Deberías cambiar eso. No todas las personas tienen un corazón sucio, Parks.

—Lo sé, créeme —suspiro—. Me desconciertas. Fuiste tú el que me dijo que olvidase todo lo que ocurrió y que no me acercase a ti ni a tu mundo.

—Lo sé pero, por alguna razón, ni yo mismo consigo creer lo que dije.

Siento cómo se forma un nudo en mi garganta. Soy incapaz de digerir esas palabras porque, en el fondo, yo pienso igual que él. Es totalmente absurdo, pero verdaderamente cierto. Zack me cae mal, consigue sacarme de mis casillas sin ningún tipo de esfuerzo y, para rematar, posee el ego más grande del universo. Pese a todos esos motivos, hay algo en mi cabeza que no me permite dejar de pensar en él. Siempre está presente, directa o indirectamente. Siento la necesidad de saber más sobre su vida, por muy bien que me vendría alejarme de él.

—Tengo que irme —termina diciendo. No he respondido a su anterior comentario porque, sinceramente, no sé qué decir. Ni siquiera sé si debería decir algo—. Supongo que ya nos veremos.

—¿Dónde vas?

—Tengo cosas que hacer, nada importante. Hasta mañana.

Tras decir sus últimas palabras, desaparece entre una multitud de personas. Si se piensa que voy a creerle es que todavía no me ha conocido lo suficiente. Sé que oculta algo de su vida porque él mismo me lo reconoció, ¿pero de qué se trata?

Mi móvil vibra de repente, consiguiendo que reaccione. Me he quedado completamente ajena al mundo real y es Leah quien se encarga de devolverme a él.

Stay AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora