Ha pasado menos de una semana de mi cumpleaños. No ha ocurrido nada emocionante ni imprevisible, los días han ido pasando de forma normal y corriente. Todo y ser así, hoy no será un día como esos, ya que al despertarme he visto un mensaje en mi móvil, y todos mis músculos se han tensado al ver que era de Adams.
Por alguna razón mi mente ha viajado hasta el día en que me envió ese mensaje amenazante. Hasta hoy no recordaba que me lo había enviado, se había esfumado de mi cabeza por completo. Todavía no he tenido el valor suficiente como para meterme en la conversación, siento que cuanto más tarde lo haga, más se alargará el momento y, quizá de ese modo, me deje tranquila.
Pero eso no es posible.
Recuerdo perfectamente cuál es su plan: invitarme a comer y, de paso, presentarme a unos amigos. ¿Qué pretende con todo esto? ¿Por qué quiere hacer algo así? ¿Qué es lo que gana? Intento tranquilizarme mientras doy un par de vueltas por la habitación, pensando qué hacer. Lo único que se me ocurre es acudir a Zack, pero es algo que no puedo hacer. Soy plenamente consciente de que, al no decirle nada, estoy engañándole, pero no me queda otra opción. Si le meto en todo esto lo único que conseguiré será empeorar las cosas. No quiero involucrarle aún más.
Después de varios minutos caminando por la habitación como una tonta, decido coger el móvil. Cuanto antes lo haga, antes terminará todo. Dibujo el patrón y sin pensarlo dos veces, me meto en la conversación.
"Buenos días, muñeca.
Espero que no te hayas olvidado de lo que vamos a hacer hoy. Quedaremos en un restaurante, concretamente el Melton's & Ernest, supongo que sabrás cuál es. Te quiero allí a las 14.00, no me hagas esperar, porque lo odio. Y, por supuesto, espero que no vengas con nadie, no me hagas hacer uso de mi poder.
Nos vemos dentro de poco, ponte guapa."
La angustia se apodera de mi cuerpo, pero tengo que ser más fuerte que ella. Sigo sin entender qué pretende hacer, no entiendo por qué quiere quedar conmigo a solas. Si me lo paro a pensar, dudo mucho que tenga algo que pueda beneficiarle, ni siquiera información.
Decido no contestarle, no se lo merece.
Estoy muy asustada. Viniendo de Adams puedo esperarme cualquier cosa. Y lo peor de todo es que le estoy mintiendo a Zack, y no soporto hacerlo. Él es una de las pocas personas a las que se lo cuento todo, ¿cómo no voy a contarle esto? Como todavía no sé de qué va la cosa, prefiero mantener la boca cerrada antes de que Adams se la cierre a él. Así que, por mucho que me cueste y fastidie, no pienso decirle nada a Zack.
Tan solo son las diez de la mañana, así que todavía tengo tiempo de hacer algo productivo antes de las dos, pero no sé qué hacer para quitarme mis problemas de la cabeza. Cuando estoy mal por cualquier motivo suelo encerrarme en mi habitación con canciones deprimentes y entierro mi cabeza en un cojín, pero siento que esta vez ese método no me va a funcionar. Si me quedo en mi habitación terminaré rompiendo algo, como mi cabeza, por ejemplo.
Quizás sea el momento idóneo para pasar un rato a solas con mi hermano. Todo lo malo que había entre nosotros se solucionó el día de mi cumpleaños, así que es un momento perfecto para hacer algo con él. Además, debo reconocer que le he echado de menos, porque Daniel y yo siempre hemos sido como carne y uña, y haber estado separados tanto tiempo no ha sido algo que me haya provocado felicidad.
Salgo de la habitación, aún con el pijama puesto, y me dirijo a la habitación de Daniel. Al abrir la puerta me sorprendo de verla vacía, ya que siempre suele despertarse más tarde de las doce si es fin de semana.
—Los chicos se han ido temprano a jugar a paddle —escucho la voz de mamá a mis espaldas. Cuando me giro veo que lleva un cesto con ropa sucia en las manos.
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Stay Away
Teen FictionConocer a Zack Price no entraba en los planes de Brooke. Conocer sus secretos, todavía menos.