Debo reconocer que mis nervios están a flor de piel. Nunca antes me he subido a una moto con el objetivo de manejarla. No es lo mismo que sentarme detrás de Zack, agarrándome a su espalda, mientras él la conduce. Sé que no confían en mí desde que me han vestido como una astronauta: llevo un mono tan resistente que, en caso de caerme, creo que se romperá antes el suelo que yo. También me han ofrecido un casco diferente al que suelo llevar cuando voy en la moto de Zack porque, en caso de tener un accidente, no quiero que se estropee.
Jimmy se encarga de sacar la moto que voy a utilizar de la parte trasera de la furgoneta que conduce Walter. Nunca antes la había visto, así que supondré que no es de ninguno de los tres o, como mínimo, supondré que no le tienen demasiado cariño. Es bastante más pequeña que la de Zack, parece que la han construido pensando en mi diminuto tamaño. Es de color azul celeste, con algunos detalles en un tono un poco más oscuro. El asiento es de un negro impoluto y puro, tanto que resplandece cuando la luz del sol impacta contra él.
—¿Te gusta? —me pregunta Jimmy, sosteniendo la moto—. Se llama Caroline.
—Es muy bonita —sonrío, rodeándola para verla mejor—. ¿Puedo saber por qué se llama así?
—Te aconsejo que no. Es demasiado... vergonzoso.
—Oh, vamos, dímelo.
—Te lo explicaré en caso de que me prometas que no vas a reírte. No te permito ni siquiera una sonrisa disimulada.
—No puedo prometértelo. En caso de terminar riéndome, me sentiré mal.
—Entonces no te lo explico.
—¡Está bien! —me acerco un poco más a su posición—. Te prometo que no voy a reírme.
Jimmy suspira antes de comenzar a hablar.
—Mi primera novia se llamaba Caroline. Me compré esta moto estando con ella y, bueno, me rogó que le pusiese su nombre porque, de ese modo, siempre podría pensar en ella al subirme.
Mi corazón se oprime al escuchar sus palabras. Y yo pensando que era una moto a la que no le tenían ningún aprecio.
—No tiene nada de vergonzoso, Jimmy —coloco una mano encima de su hombro derecho—. ¡Es precioso!
—Me dejó al día siguiente por otro chico —me entran ganas de no volver a decir nada al respecto—. ¡Por el friki de la clase! ¿Te lo puedes creer?
—Lo siento, Jim —hago un poco de fuerza en su hombro, demostrándole que estoy a su lado—. No conozco a esa chica pero, por lo que me cuentas, parece bastante... ignorante. Sí, esa es la palabra. No supo apreciar lo que tenía entre sus manos.
—Era importante para mí y me dejó, sin más.
—A veces necesitamos pasar por momentos complicados para darnos cuenta de qué personas valen la pena y qué personas no —Jimmy me mira a los ojos, asintiendo con la cabeza. Me alegra que piense igual que yo—. ¿Por qué has decidido mantener el nombre de la moto?
—Porque fue muy bonito mientras duró —suspira—. Zack estuvo conmigo en esa época, no me abandonó ni un solo segundo. Después de muchas charlas, me hizo entender que Caroline me había hecho feliz y que, como mínimo, debía mantener vivo ese bonito recuerdo. Me dijo, textualmente: ¿de qué sirve pensar en lo malo, tío? Y, después de pasar una noche entera dándole vueltas, terminé dándome cuenta de que tenía razón. Prefería mantener un bonito recuerdo, aunque las cosas acabasen tan mal.
Sonrío sin poder evitarlo y, a continuación, giro mi cuello para buscar a Zack. Continúa al lado de Walter, revisando alguna cosa de la furgoneta mientras que Jimmy me sacaba la moto. Parecen concentrados y felices, algo que me gusta ver más que nada en el mundo. Sé cómo es la unión entre los tres hermanos y Zack. Nada me gustaría más en el mundo que continuasen juntos durante mucho más tiempo, apoyándose y haciendo frente a las adversidades.
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Stay Away
Teen FictionConocer a Zack Price no entraba en los planes de Brooke. Conocer sus secretos, todavía menos.