Capítulo 1

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-Anda Guillermo hay que llevarte a revisar eso-

-Que no Jose, que no-

-Pero Guille que se te puede infectar, además mírate, seguro que necesitas puntos-

-Ya no seas tan molesta, no iré, estoy bien-

-Estas bien, pero bien tonto Guillermo, y si no vienes conmigo ahora mismo, te parto la otra ceja para que estés parejo-

-Ya vale, no necesitas ponerte así de agresiva sabes-

Ahora lo explico, Guillermo es un chico problemático, no es que el sea el causante de los problemas, bueno, no la mayoría de las veces, pero en donde había problemas siempre andaba el, Guille era gay, pero eso no significaba que fuese débil, delicado y afeminado, no, era todo lo contrario. Bien no era el mas rudo y fuerte de todos, pero sabia defenderse bien, tanto verbal como físicamente. Se había ganado el respeto de todos en la universidad donde estudiaba, era el típico no te metas conmigo y no me meteré contigo, no todos aguantaban su carácter, y era por eso que solo tenía una amiga, Joselinne, mejor conocida como Jose, era la única que aguantaba y controlaba a Guillermo. Supongo que como ambos parecen estar cortados por la misma tijera, eso los hace llevarse bien.

Esta tarde habían asistido a una fiesta, era de las mejores, pues uno de los chicos populares de la uní era quien la organizaba, y a Guillermo como siempre, le importaba muy poco si era o no invitado, el asistía siempre.

Todo había empezado muy bien, había mucha gente, y el ambiente era bueno, pero todo se echó a perder cuando el ex de Jose apareció, el tipo ese acosaba a la chica, y llegaba a ser muy molesto con Guillermo, se la pasaba insultándole, provocándole, pero nada funcionaba, a Guillermo le valía un pepino lo que el le dijera, pero que no se llegara a meter con su amiga, por que entonces si, ardía Troya.

Bueno, para continuar, había llegado el desagradable de Miguel, y como era de esperarse, directo a Jose, y esta por mas que le decía que se largara y la dejara en paz, pues el solo no se iba, y es entonces que Guillermo estalla -Eh tu pedazo de imbecil, no estás oyendo que te largues de aquí- se paró frente a su amiga y se cruzo de brazos, la furia se hizo presente en Miguel, quien veía a Guillermo con un odio. De la nada uno de sus puños se encontraba en la cara de Guillermo, y esto solamente hizo que lo provocará mas, en un instante Guillermo se encontraba sobre Miguel, repartiéndole golpes como regalos en Navidad, y fue así hasta que alguien llegó y los separó. Y si como era de esperarse, los echaron de la fiesta, pero poco les importaba.

Y es aquí donde volvemos a la parte del inicio, con Jose rogándole para ir a que le revisarán ese golpe.

Ambos caminaron hacia el hospital, bueno, mejor dicho, Jose llevaba casi a rastras a Guillermo al hospital, pues a este le costaba mucho dar un paso, como si no supiese caminar.

-Anda chino, no seas nena, camina ya-

-Quieres cerrar la boca por un momento Jose, me mareas-

-Entonces camina de una vez-

-Tu sabes que odio los hospitales-

-Lo sé chino, pero sólo será un momento, además si quieres te cojo de la mano y ya esta-

-Que molesta eres-

Al llegar al hospital, Jose se aferró del brazo de Guillermo, pues sentía que este saldría corriendo en cualquier momento. Se acercó a una de las enfermeras explicando la situación de su amigo y esta los llevó hacia una habitación, donde les pidió que esperaran a uno de los doctores. Guille y Jose entraron y se sentaron en un pequeño sillón a esperar.
Después de unos minutos la puerta se abrió...

-Disculpen la tardanza, tenía unos asuntos que resolver-

Las caras de los chicos eran digna de una fotografía, se quedaron con la boca abierta al ver a aquel doctor, esos ojos marrón tan brillantes, su cabello castaño perfectamente peinado hacia atrás, ese cuerpo y esa sonrisa tan perfecta, era jodidamente guapo. Jose se sentía con la envidia en esos momentos. Por que decía, que Guillermo seria el único que podría sentir las manos de ese bendito doctor.

-Bueno ven aquí déjame revisar- Guillermo se acercó y se sentó donde se le indicó -mmm al parecer si necesitaras puntos, pero tranquilo que no dolerá- esa sonrisa era jodidamente encantadora, y Guille estaba completamente hipnotizado, no dejaba de verlo, lo seguía a donde se movía, y algo se juro a si mismo, tenía que regresar, y así poder ver de nuevo al sexy doctor.

Heridas de amor "Wigettaxx  Mpreg"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora