Capitulo 21 Quiero estar contigo

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-Verás, Samuel...-

-Guillermo...-

...

Jose
-Si papa-...-No, ahora se está duchando-...-Tendremos cuidado, si-...-También yo, hasta mañana- Guillermo, más te vale tener una buena explicación y justificación para esto, por qué te parto la cara, y te dejo aún más cerrados los ojos, maldito chino... ¿Qué hago ahora yo con este perro?, maldito Guillermo, que vendida me ha hecho, y vaya mentira la que me tuve que inventar con mis padres, es que no puedo llegar a casa con este animal, como si nada, mis padres me corren, no les gustan los perros, y que hubiera dicho, es que mi amigo Guille me dejo cuidándolo y se desapareció... Es obvio que no, pero en fin, ya es demasiado tarde y Guillermo no llega, estuve llamándole y solamente sonaba y sonaba, y no voy a ir a buscarlo, no señor.

Llame por última vez y ahora sí hubo respuesta del otro lado de la línea -¡Donde cojones te metes chino!- estaba muy molesta, una por hacerme esperar tanto, diciendo que según no tardaba nada, dos, por qué me tuvo cuidando a este perro, no es que me desagradará pero no es mi responsabilidad, si quiere una mascota debe hacerse cargo y tres, por irse así, sin darme una explicación, yo lo hubiera entendido, hasta le hubiera ayudado -Ya voy a casa- fue su respuesta, se escuchaba algo apagado, como en la mañana, a veces no entendía esos cambios de humor repentinos que tenía, esta mañana andaba como depre, después al llegar y encontrar al perro, se animó y se fue todo contento, y ahora se escuchaba del nuevo mal -¿Está todo bien?- pero no obtuve respuesta, solo se escuchó el sonido de llamada terminada, me deje caer en el sofá, el perro solo me veía como si entendiera mi molestia y confusión en esos momentos, -La que te espera perrito viviendo aquí con Guille-

Guillermo
-Habla ya Guillermo- me dijo con el ceño fruncido. Yo me acerqué a él y me puse a horcajadas sobre de él, -Veras Samuel, ya no tengo por qué hacerte caso, desde el instante en el que salí de aquí, deje de recibir ordenes tuyas- le dije con una sonrisa de lado, el solamente me miraba, sin tener reacción alguna, me acerqué a sus labios y cuando iba a besarlo, su dedo se puso en medio, -Estas equivocado- dijo tomándome de la mano, con tal fuerza que me causo mucho dolor, -Tu eres mío- dijo jalando mi mano, poniéndola en medio de ambos -Por lo tanto debes obedecerme- movió mi mano mostrándome la pulsera que llevaba puesta.

-¿Recuerdas lo que te dije cuando te la di?- claro que recordaba lo que dijo, y esa era la razón por la que no me la quité. Me tomó de la cintura y me tumbó a un lado, lo vi con intensiones de levantarse, pero se lo impedí, yéndome sobre el una vez más, y besándolo antes de que pudiera impedirlo, mi beso fue correspondido, pero poco duro antes de que me apartara de el, -Samuel por favor- dije aferrándome a él, me sentía un adicto al cual le están quitando su vicio, -Dime por qué, a que se debe el cambio- pero el permanecía callado, mirándome. Yo no iba a dejar que las cosas quedarán así, es que yo no quiero alejarme.

-Guillermo las cosas son simples y fáciles de comprender- yo lo miré atento esperando que continuará hablando -Ya no quiero continuar con esto, voy a casarme, solamente quería a alguien para divertirme un rato, y aquel día en el hospital, llegaste como mandado del cielo- mi expresión cambio por completo al escucharlo decir eso, sentí un vacío en el estómago y mi corazón comenzó a latir más lento, -Me aburrí de todo esto, es lo que pasa, así como te encontré a ti, encontraré a alguien más, cuando tenga la necesidad- ahora más que tristeza y dolor, comenzaba a sentir coraje, mucho coraje y molestia. Así de rápido como me acerqué, me levante de su cama, y camine hacia la puerta.

-Espero que todo haya quedado claro- dijo acercándose a mi, yo no soporte más y me giré, así como el quiso dejar algo para que lo recordará, yo también lo haría, y es seguro que cada que se viera al espejo, por lo menos en unos días, me recordaría al ver ese golpe en su cara. No me dijo nada, ni si quiera me lo regresó, ni siquiera trato de esquivarlo, como si supiera que merecido lo tiene. Simplemente comencé a caminar para salir de ahí, ya no había caso de quedarme y seguir escuchando todo eso.

Estaba de camino a casa cuando mi móvil comenzó a sonar, era Jose, olvide que la había dejado en casa cuidando a Espartacus, y como era de esperar, estaba súper molesta, pero ahora yo no tenía ganas de hablar, de responderle nada, ni de escucharla, simplemente le dije que ya iba a casa y termine la llamada. Continúe caminando, ya no sé cómo me siento, si dolido o más cabreado que nunca, ahora mismo. E es imposible pensar, es como si mi mente se hubiera puesto en blanco, y tal vez era lo mejor, nunca me había sentido tan estupido, y yo pensando que de verdad podía pasar algo, pensando que así como yo se sentía bien conmigo y comenzaba a sentir algo, una parte de mi, me decía que esa era la razón por la cual me alejaba, pero ahora todas mis dudas estaban claras, solamente es un idiota más en este mundo, y yo un estupido más que se traga todo...

Hola chicos ^^
Ya sé que tenía bastante sin actualizar, pero aquí estoy os traigo un capítulo más, y quiero aprovechar para deciros una cosita, tengo en mente crear un grupo en WA, no sé qué pensáis vosotros, pero sería una buena manera de estar en contacto.

Podéis mandarme sugerencias, ideas, cosas que os gustaría, bueno, es una idea, si os gusta, podéis mandarme un mensaje, si somos más de tres, crearé el grupo.

Os mando un beso enorme y un mega abrazo, sois geniales, 2,39k de lecturas, como os quiero chicos, gracias.

Lieed💚

Heridas de amor "Wigettaxx  Mpreg"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora