Heridas de amor "Wigettaxx Mpreg"

Capítulo 23

Bueno, pues ya algunos de ustedes respondieron a mis preguntas, y estos son los resultados, hubo un total de 20 votos positivos y 7 votos negativos, los cuales se reparten así:

Hablando de M-preg los votos a favor fueron de 6 y 3 en contra, por lo que a la historia se le agregara el m-preg (un Guille embarazado)

Sobre qué Frank se enamore de Guille, los votos a favor fueron de 5 y 4 en contra, por lo que Franker se terminara enamorando de nuestro Guille.

Y de subir dos capítulos a la semana, ahí todos estuvieron a favor

Y bueno, dicho esto, disfrutad de la lectura ^^

(Samuel)
Me desperté muy temprano, como todos los días, a decir verdad, me había costado mucho dormir, estos últimos días había tenido el insomnio muy presente, y eso agregándole que tenía días de descanso en mi trabajo, no tardaría en volverme loco, de pérdida en el hospital, podía doblar turno, y me mantenía ocupado, pero aquí en casa, era estar de ocioso, dar vueltas en la cama, y por última opción, darme duchas a las p tres de la madrugada. Algo que mantenía mi cabeza ocupada, era él ejercicio, por las mañanas acostumbro irme a correr y por las tardes, cuando tengo tiempo, voy al gym, todo depende de mi turno.

Esta mañana había decidido irme a correr, pero no como siempre, esta vez llevaría compañía, cogí la correa de mi perro y camine hacia el patio de atrás, llamándolo. Enseguida vino a mi, y después de colocarle la correa, ambos salimos por la puerta principal, puse el seguro y tomamos camino. Las calles estaban un poco solas, nada más que alguna persona que salía a caminar o a correr, y alguno que otro carro que llegaba a pasar. Enredé bien la corre a mi muñeca y comencé a trotar, para ir calentando, mi mascota iba a mi ritmo, aún que conociéndolo, yo pensé que iría por delante a tirones, pero no, estaba a mi lado.

Poco a poco fui aumentando la velocidad, hasta llegar a correr, la mañana era hermosa, un poco fría pero, era perfecta. Estuve corriendo como por una hora, hasta llegar a un parque, donde había algunas personas, que al igual que yo, decidieron salir con sus mascotas. Corrí bastante y me sentía un poco cansado, se me antojaba tanto estar acostado, que tuve una pequeña idea, ¿y si me iba a tirar al césped? Tampoco es que fuera a revolcarme en el lodo, era césped, además estaba solo, un pequeño descanso nos vendría bien. Pero de descanso nada, solamente pisar el césped, y mirada profunda comenzó a correr como loco, giraba a mi alrededor, ladraba y brincaba, y de vez en cuando se daba una vuelta en el césped, yo, solamente me limitaba a verlo.

Estuvo unos minutos así, en fin, lo dejaría a su bola, yo lo que quería era tirarme y descansar, pero justo terminaba de pensarlo, cuando sentí que alguien me empujaba, al parecer, otro cachorro igual de loco que el mío, me giré un poco para acariciarlo y... ¿Espartacus?

Eso no podía ser posible, que tendría que estar haciendo Espartacus aquí, él estaba con Guille, además que este perro no tenía nombre en el collar ni nada, y Espartacus si lo tenía, bueno, me limité a acariciarlo, hasta que escuche una voz y sentí como me lo quitaban de encima, para después escuchar una voz, -De verdad lo siento, jamás había actuado así- lo entendía y no me había molestado, son perros, y al ver su raza es comprensible, son así de juguetones, -De verdad lo siento- dijo una vez más, yo me acomode para sacudir mi pans, el cual había quedado marcados por las huellas del cachorro y después respondí a aquel chico, -No hay problema, no pasa nada- y me giré para regalarle una sonrisa y así supiera que de verdad estaba bien, que no había ningún problema, y vaya sorpresa que me llevé.

-¿Guillermo?- un mes, había pasado un mes, y el momento, aquel momento en el que se fue, las palabras que le dije, todo eso daba vueltas en mi cabeza, día tras día, y era el principal motivo por el cual mi insomnio había aumentado. Había roto mi compromiso hace unas dos semanas, y las cosas empeoraron desde entonces, pero eso ya es otra historia... En este momento me sentía emocionado de verle, pero a la vez me sentía extraño, y eso era algo que no sabría explicar, el principal motivo por el que decidí alejarlo de mi, no, más bien, alejarme yo, de el, fue por qué, a mí no me gustan los hombres, y Guillermo comenzaba a hacerme sentir diferente y eso no era posible. Pero admito que verlo aquí, ahora, me llenaba de felicidad.

-Samuel- dijo con su voz un poco baja, sin apartar su vista de mi, esos ojos que me atrapaban, un escalofrío recorrió mi cuerpo, y una inmensas ganas de besarlo se apoderaban de mi, -Me da gusto verte Guillermo- dije acompañado de un suspiro, -A mí no Samuel- dijo demasiado borde. Sé muy bien que todo lo que le dije fue cruel, doloroso, y sé que le hice mucho daño, pero todo eso tenía una razón, y tiene una buena explicación, y... No, a quien engaño, no había razón de tratarlo así, no había razón de hablarle así, de lastimarlo así, me pasé con el, me pasé horrible.

Guillermo se había girado y había comenzado a caminar, mientras yo estaba inmóvil sumergido en mis pensamientos, hasta que reaccioné y lo vi. No podía permitir que se fuera, no está vez, debía hablar con el, debía escucharme, escuchar lo que tengo que decir, camine rápido hacia él y lo tome del brazo, haciendo que se detuviera, -Espera por favor- dije atrayéndolo a mi, el me miró algo sorprendido y agregó -Suéltame-

-Si me escuchas lo haré, te lo prometo-

-No tenemos nada que hablar tú y yo-

Lo sé, sé que está muy molesto conmigo, está en todo su derecho, pero leches, tengo derecho a que me escuche, yo sé que me pasé, que lo lastime mucho, pero quiero que sepa las razones, por lo menos que me escuche un momento.

-Por favor Guille, será solo un momento y prometo no molestarte más-

Me miró por un momento para después responder, -Solo un momento-

-Claro- respondí serio, -Vamos a mi casa-

Guille aceptó a acompañarme a casa, y caminamos de regreso juntos...