Heridas de amor "Wigettaxx Mpreg"

Capítulo 9

-Guillermo ábreme-

Guille se levantó como bala y fue a abrirle a su amiga lo más rápido que pudo.

-Que bueno que estas aquí Jose- dijo mientras la abrazaba.

-¿Que pasó chino, que hiciste?-

-Tenias razón, tenias toda la razón con respecto a ese doctor-

-Guillermo me estas asustando-

-Ven, voy a contarte-

Guillermo le explicó todo, le dijo lo que acababa de pasar en su habitación, las cosas que le dijo Samuel, y Jose lo miraba y escuchaba con atención, en la mirada de Guille había temor, se había metido en algo grande y ya no tenía salida.

-Ay Guillermo yo te lo dije, pero tu nunca me haces caso-

-Tal vez solo sean palabras Jose y las palabras se las lleva el viento-

-Y si no los son, Guillermo y si te metiste con un loco sádico-

-¡Jose cállate!, no estás ayudando en nada sabes-

-Vale, a lo mejor se enamoró de ti chino, y esa es su manera de demostrarlo-

Los dos se voltearon a ver y soltaron una carcajada, es que a Jose se le ocurría cada cosa, pero siempre terminaba por alegrar o hacer reír a Guille, y por eso es que el la quería tanto.
Después de estar hablando gran parte de la noche Jose le dijo a Guille que debía irse ya, era tarde, pero este le pidió que se quedara a dormir con el.

-Tienes miedo chino-

-¡No!-

-Anda que no me burlaré-

-Vale, tal vez un poco-

-Llamaré a casa para avisar que me quedaré contigo-

Y así fue, Jose llamó a sus padres los cuales le dieron el permiso, y en poco tiempo su padre llegó con algo de ropa, para dormir y el uniforme, le dio un beso en la frente y se marchó. Guille no apartaba la mirada de su amiga, sentía algo de tristeza y envidia, sus padres ni un adiós le decían para despedirse, y si, es verdad que ya no era tan hiriente como antes, el había aprendido a vivir con su rechazo, pero no dejaba de doler.

-¿Que pasa chino?-

-No es nada tonta, vamos adentro-

Estuvieron una hora hablando y tonteando, pero el sueño llegó y Jose cayó como un bebé, Guille en cambio no podía dormir, las palabras de Samuel le retumbaban la cabeza, y entonces un ruido lo sacó de sus pensamientos, la puerta, alguien estaba llamando a la puerta, pero, a estas horas, las dos de la madrugada.
Se levantó y salió de su habitación, caminando un poco desconfiado, se acercó a la puerta y preguntó por quien era, pero no hubo respuesta, entonces decidió hacer algo, que no debió hacer, abrió la puerta.

-Pensé que no abrirías- dijo Samuel empujando la puerta para poder entrar, ¿qué hacía el aquí, y a estas horas?, Guille solo lo miraba con sus ojos bien abiertos -Q... Que... Haces aquí- logró decir algo nervioso, mientras veía como Samuel se acercaba a el, -No te alegras de verme pequeño- dijo con una sonrisa, acariciando la mejilla de Guille, quien se estremecía con el roce de sus manos, sentía como su cuerpo se erizaba con solamente el contacto de su mano, -al parecer si- dijo para después besarlo, pero no como las otras veces, ahora era más cuidadoso, más delicado, como si los labios de Guille fuesen a romperse.

Guille no se resistió, claro que no, le encantaba todo contacto con Samuel, y muy a pesar de su miedo, su cuerpo le pedía a gritos mas de el -Si- dijo entre el beso -¿Si que?- preguntó Samuel -Si me alegro de verte- una sonrisa se dibujo en sus labios, tomó a Guille de la cintura y lo acercó a él, para besar su delicioso cuello.

-E... Espera... No-  Samuel le dedicó una pequeña mirada de molestia -¿No?- dijo soltándolo algo fuerte, empujándolo un poco -Es que no estoy solo- respondió mirando hacia un lado.
-Ah es eso, tus padres ya volvieron-

-No, es una amiga-

-Una amiga eh-

Guillermo logró ver cierto desagrado en la mirada de Samuel, sabia que eso no le había gustado y muy probablemente ya hasta estaba molesto.

-S... Si, es mi amiga Jose, la misma que me llevó contigo la primera vez-

-Oh esa niña, ¿y que hace aquí?-

-Se quedó a dormir-

-Bien-

Ahora fue Guille quien se acercó a él para besarlo, obviamente no se opuso y correspondió a su beso, jamás rechazaría ningún contacto, viniendo de Guille. Samuel recorrió su espalda con sus manos, llegando hasta sus nalgas, y las apretó acercándolo mas a el, haciendo que sus miembros chocarán, provocando que un gemido saliera de la boca de Guille, -mmmm me encanta escucharte-

-Samuel ahora no- la voz de Guillermo ya se escuchaba agitada.

-Tranquilo pequeño, no haré nada, no quiero que tu amiga se despierte-

-¿Por qué viniste a esta hora?-

Samuel lo abrazó haciendo que su cabeza quedara en su pecho -Vine a que me dijeras donde queda tu escuela y a que hora sales, mañana comerás conmigo-

-¿Quieres que comamos juntos?-

-Si, te llevaré a mi casa y cocinaré yo-

Guille le dio dirección y hora, no se lo pensó, es verdad que sentía en cierto modo, miedo, pero también había algo en Samuel que lo atraía, algo que le gustaba, aparte del sexo con el.

-Pasaré por ti mañana-

-Si, esta bien-

-Ah y recuerda- dijo Samuel deteniéndose en la puerta -Te estaré observando, no quiero que nadie mas toque a mi pequeño Guille- y entonces se fue.