Heridas de amor "Wigettaxx Mpreg"

Capitulo 34

[Narra Frank]

El tiempo pasaba muy rápido, cada vez faltaba menos para que los bebés nacieran, entre Guille, Jose y yo, habíamos acondicionado una de las habitaciones para ellos, claro que aun faltaba amueblarla, había que traer las cunas, comprar algún sofá para cuando tenga que quedarme a cuidar de ellos, quería también comprar algunos peluches que adornaran la habitación. Jose había hecho un excelente trabajo con la pintura, la mitad de la habitación era completamente azul, un azul claro con una cenefa de un tono un poco mas oscuro, al igual que la otra mitad, pero con tonos rosas, estaba ya alfombrada, con una alfombra de un color blanco, sin duda se veía hermoso.

Aproveché el día de hoy para ir por las cunas, no le había querido decir nada a Guillermo, pero desde hacia un mes atrás, había apartado unas cunas muy chulas y había quedado de hoy ir a por ellas. No me gusta mucho la idea de que Guillermo saliese, pero me tranilizaba un poco que su amiga lo acompañara. Las órdenes del doctor fueron un descanso total, pero también nos dijeron que, el que caminara de vez en cuando le haría muy bien tanto a él como a los bebés y hoy Guille se entercó en salir.

Y bien, después de darme un baño, dejar más o menos la habitación lista, salí de casa directo a la tienda donde había dejado las cunas apartadas, me llevé mi tiempo ahí, pues había bastante gente, pero una vez me atendieron, salí rápido del lugar, quería darle la sorpresa a Guile, que llegará y el cuarto estuviese casi acabado.

Llegué a casa lo más apurado, tirando algunas cosas a mi paso, ya después me encargaría de eso, lo que importaba ahora era otra cosa, dejé todas las partes en el suelo de la habitación, no sería difícil saber cuál pieza es de cuál cuna pues una era rosa y la otra azul, las piezas pequeñas como tornillos y tal, venían en pequeñas bolsas las cuales coloqué en el mueble de la ropa. Me llevó mi tiempo separar las pieza, pero una vez separadas, venía lo bueno, comenzar a armarlas. Empecé por la cuna de la niña, estuve como una hora intentando, hasta que por fin quedó lista, se veía hermosa. Con cuidado la jalé hasta el lugar donde estaría, y una vez acomodada, me puse con la cuna del niño, esta vez demoré menos, ya traía la práctica de la otra, hice el mismo procedimiento, jalé con cuidado hasta su lugar y listo, estaban las dos ya listas.

Después de un rato, mi móvil comenzó a sonar, atendí y escuché la voz algo alterada de Jose -A ver Jose para, ¿que es lo que sucede?-

[Narra Samuel]

Esta estaba siendo una de las intervenciones mas difíciles de toda mi vida, jamas había estado mas nervioso, las manos incluso me temblaban, sentía demasiada presión y temía de que algo saliese mal por eso. Hice todo el procedimiento con sumo cuidado y al ver por fin a uno de os bebés en manos de una de mis enfermeras, esa presión bajó un poco, aun que no me sentía aun aliviado pues faltaba uno de los pequeños -es una niña- escuché hablar a una de las enfermeras, mis ojos se iluminaron y una sonrisa se dibujó automáticamente en mis labios, una niña, era una niña, mi princesa, la maquina comenzó a hacer ruido y sentí la mano de una de las enfermeras en mi brazo -doctor debe continuar- me habia quedado tan inmerso en mis pensamientos que por un segundo olvide que me encontraba en medio de una operacion.

Continué con el procedimiento, lo más cuidadoso posible, jamás imaginé llegar a sentirme así, llegar a sentir esta emoción tan grande, no sólo tuve la oportunidad de ver nacer a mis hijos, si no que fui yo quien los trajo a este mundo.

Todo había salido perfecto, después de unas horas yo mismo me encargue de llevar a Guillermo a su habitación y me quedé ahí hasta que despertó -hola Guille- me acerqué a él para poder revisarlo -como te sientes chiqui- el me miró y por unos segundos nuestras miradas se mantuvieron, me sentía tan feliz, me sentía tan lleno, tan completo que no lo podía esconder -déjame revisar esa herida-

-Donde están mis bebés- su voz salía algo débil, aún tenía un poco de los efectos de la anestesia, los cuales pasarían por completo en unos minutos tal vez -cuando la anestesia pase por completo te traerán a los bebés- terminé de revisarlo y me senté a su lado -Guillermo, quiero decirte algo- tomé su mano y continué hablando -los bebés, yo... se que son míos y se que desde un principio lo sabias- sus ojos se abrieron como platos y estaba por decir algo cuando la puerta se abrió, dejando ver a Frank en la habitación.

-Guille cariño- me levanté, Frank se acercó y me miró de mala manera, se de sobra que me odia y el sentimiento es mutuo -bueno yo me retiro, en un rato más, cuando Guillermo este mejor, les traerán a los bebés- y sin más salí de la habitación.

Antes de nada, quería ser yo quien pasará tiempo con mis hijos, cosa que hice, al salir me dirigí a los cuneros, las enfermeras no estaban, era cambio de turno y las otras estaban por llegar, así que debía aprovechar el poco tiempo que estaría ahí, con ellos.