Capítulo 14

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Cuando Guille despertó, se quedo estático, sus ojos se movían hacia todos lados. Claramente esa no era su habitación, y por lógica, esa no era su casa...

-¡Joder!- dijo mientras se levantaba, -donde coño esta mi movil- empezó a revolver la cama, busco en los cajones y nada, -se lo llevó-, se quedo parado y no pudo evitar voltear a la puerta, era imposible no hacerlo pies una llamativa bolsa amarilla colgaba de ahí.

-¿Que es esto?- Guille tomo la bolsa, se sentó en la cama y comenzó a leer la pequeña nota.

"Vaya que duermes demasiado, no quise despertarte, por ahora te lo dejare pasar, me surgió un problemita en el hospital, vuelvo en la tarde, ponte lo que hay en la bolsa, cuando vuelva tu y yo iremos de compras"

-Vaaaaaaaale- abrió la bolsa y saco unos pantalones negros, una camisa roja de su marca favorita, -¿pero este tío me tuvo investigando? O como?- dejo la ropa en la cama y continuo buscando su movil, aun que claro sin éxito alguno.

Después de un rato de buscar, optó por ducharse, ya que le quedaba, pero solamente al entrar, miro en el espejo una nota pegada.

"Después de ducharte baja a la cocina, quiero que desayunes algo"

-Bien- dijo sonriendo, las notas le parecían algo lindo pero a la vez tonto.

Después de ducharse y de ponerse la ropa que Samuel le había ordenado, bajo a la cocina, justo como decía la nota, pues una de las reglas de Samuel, era obedecerlo en todo -me pregunto que desayunaré- la casa se encontraba completamente sola, la puerta de la cocina era de vidrio completa, de esas puertas corredizas, como unas enormes ventanas.

Guillermo desvió su mirada hacia ahí, sentía como si lo observarán, y que sorpresa se encontró, si estaba siendo observado, por esos hermosos cachorros, -vaya, me pregunto si su amo se molestaría si los dejo entrar- dijo tocando el cristal.

-Bueno, mejor no arriesgarme- camino a la nevera y... Vaya sorpresa, otra nota, -Como que te gusta dejar notas eh Samuel- la tomo y la leyó...

"Chiqui, en el microondas esta tu desayuno, caliéntalo y come... Ah y si, puedes meter a los perros, así no te sentirás solo"

-Pero qué leches... Este tío es adivino ahora- Guille se quedo parado por un momento y comenzó a reír, -tal vez me pueda acostumbrar- prendió el microondas, saco un vaso, se sirvió jugo y dejó entrar a los perros, por lo menos tenía compañía, y muy buena compañía.

Así paso la mañana, desayunó y después de ver un poco de televisión, decidió irse al patio, ese enorme patio trasero, donde paso un buen rato jugueteando y correteando con los cachorros, ahí se le fueron las horas.

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-¡Guillermo!-

Se escucho una voz desde la sala, una voz inconfundible... Era el, estaba de vuelta, y Guillermo sabia que no debía hacerlo esperar, así que este se levantó lo más rápido que pudo y corrió hacia Samuel.

-Guillermo... ¿Pero qué leches?, ¿Por qué estás así?, creí dejar dicho que te quería vestido y listo-

-Yo... Es que... Estaba aburrido y... Salí con los perros un rato-

-¿Donde esta la ropa que te deje?-

-Esta arriba, obvio no iba a ensuciarla y me puse esto-

-Anda y ve... Alístate rápido, que nos vamos ya-

Guillermo subió corriendo las escaleras, entro a "su ahora habitación" y se cambio de ropa lo más rápido que pudo, se arreglo un poco el cabello y bajó corriendo igual.

-¿Samuel?- dijo mirando hacia todos lados de la casa, -¿Samuel?- volvió a hablar pero nada.

-¿Nos vamos?-

Samuel se encontraba recostado en el marco de la puerta, observando a Guillermo.

-Te ves muy guapo-

-Gr... Gracias, ¿a donde iremos?-

-A comprarte algo de ropa, y unas cosas que necesito-

-¿Ropa?, no hace falta, en casa tengo mi ropa, podemos ir por ella-

-Guillermo...-

-De verdad no hace falta-

-¡Guillermo!, regla 14 Guillermo...-

-Yo- dijo agachando la mirada

-Guillermo acabas de romper otra regla, la numero 15...-

-Sa... Samuel-

-Regla número 14, jamás digas "pero", regla número 15 siempre mírame a los ojos cuando te hablo... Te deje pasar lo de esta mañana, pero esto no te lo paso-

-Pero Samuel...-

-Guillermo a caso quieres que me enoje-

-No, lo siento-

-Vámonos, compremos tu ropa, mis cosas y volvamos, que debo pensar en un buen castigo para ti-

Primer castigo para Guillermo, solo por no poder contenerse, aun le faltaba mucho que aprender, pero ya se ira acostumbrando, no es muy difícil, solo hay que obedecer, y todos felices y contentos, no?

Después de hacer las compras, los dos volvieron a casa, si por que ahora esa era la casa de Guille también, Samuel mando a Guillermo a que acomodara toda su ropa en su habitación, mientras el se quedo en una llamada al hospital, igual debía pensar en cuál sería el castigo, tampoco quería pasarse mucho, por ahora, pero de alguna manera debía enseñarle a que las cosas se hacían como el decía.

-Ya acomode toda la ropa- dijo Guille mientras bajaba las escaleras.

-Genial, por que ya tengo un castigo para ti-

-¿Cu... Cual?- dijo sin apartar su vista de el.

-Muy bien Guille ya estas aprendiendo, pues mira, lo pensé mucho y tu castigo será...

Heridas de amor "Wigettaxx  Mpreg"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora