Capítulo 3

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Vaya que se molestó la princesita, ni que hubiera sido para tanto, pero joder, si que duele, pero ya estoy aquí, ahora a que me atiendan. Me acerque con una enfermera que pasaba por enfrente mío, y al ver la condición en la que me encontraba rápidamente me llevó a una de las habitaciones y me dijo que uno de los doctores vendría a atenderme. Espere por unos minutos hasta que vi que la puerta se abría.
Y ahí estaba el, si es que la suerte estaba de mi lado, tantos doctores y me vuelve a atender el mismo.

-Vamos a ver chiquillo, ¿qué es lo que te paso?

-Estaba en una fiesta y...-

-Vaya que manera de divertiste chiquillo-

-Guillermo-

-Bueno Guillermo, acuéstate aquí que quiero revisarte-

Uf, pues vamos allá. Me dirigí hacia donde me dijo y tumbé, en cuanto lo hice el se acerco y levantó mi camisa, comenzó a tocar todo mi abdomen, deteniendo de en la parte superior, haciendo algo de presión -¿duele?- me pregunto y yo negué; la verdad mas que dolor, sentía placer; bajo sus manos un poco mas -¿duele?- volví a negar, sus manos bajaron hasta la parte más baja de mi abdomen, y cuando hizo presión, un quejido salió de mi, esta vez si dolió, pero también se sentía bien, -vamos a revisar que todo ande bien- y comenzó a tocar con sus dedos toda la zona, dando pequeños masajes, pero a la vez presionando, joder que se sentía tan bien.

-Todo parece estar bien, ahora déjame revisar esa nariz, anda siéntate-

Me senté y el se acerco demasiado a mi, comenzaba a ponerme nervioso y muy caliente.

-Déjame ver- dijo acercándose mas, -¿Cual es tu nombre?- pregunte sin mas, no quería salir de aquí sin saber cuan era el nombre de este doctor tan guapo. El me miro extrañado y después de un pequeño silencio, me respondió.
-Samuel- si hasta su nombre era perfecto, y yo ya no soportaba las ganas de lanzarme sobre el y besarlo. No me importaba nada, ni que pensara que estoy loco, por que, pensándolo bien, tal vez lo este, un poco.

Después de revisar a Guillermo, Samuel se acercó al escritorio para recetarle algo para el dolor, Guille se levantó y sin que Samuel se diera cuenta, se acercó a la puerta y le puso seguro. ¿Que estaba tramando?, se devolvió lentamente y se quedó parado mirando a Samuel, -aquí tienes Guillermo- dijo entregándole la receta -vas y ahí cerca de la entrada a mano izquierda, te la cambiarán- Guillermo estiro su mano para coger la receta, pero lo que cogió fue otra cosa.

Guillermo tomó la man de Samuel y lo jaló haca el, haciendo que sus cuerpos quedaran casi pegados, sin pensarlo si quiera, le plantó un tremendo beso... a ver, hagamos un pequeño paréntesis aquí, y les pregunto, [¿quién podría resistirse a un beso de Guillerm?, bueno yo no podría, y es obvio que el sexy doctor tampoco...], el beso duró muy poco pues Samuel rápidamente se separó, -¿que es lo que estas haciendo chiquillo?- Guillermo se acercó peligrosamente a el, relamiendose, -a ver, vamos a dejar las cosas en claro ahora- dijo mientras se mordía el labio inferior -tu me atraes, y desde la otra vez que estuve aqui, tengo unas ganas enormes de comerte- Samuel se quedó con una cara de sorpresa, sabia perfectamente lo que pasaría si ese chico continuaba provocandolo.

Guillermo cruzo sus brazos y se acerco al oído de Samuel, -¿no se te antoja?- Samuel sintió como un escalofrío le recorría todo el cuerpo, no iba a negarlo, ese chiquillo es demasiado guapo y muy atractivo y ese beso lo dejó con ganas de mas -tomaré tu silencio como un si- dijo depositando un suave beso en su cuello, cosa que hizo a Samuel estremecer, su cuerpo comenzó a arder y unas ganas de estar sobre Guillermo lo comenzaron a invadir, pero debía contenerse, para empezar, estaban en el hospital, si alguien los pillaba sería un enorme problema, pero por otro lado las ganas lo invadían.

Guillermo se acercó nuevamente y comenzó a besarlo, un beso que fue correspondido por Samuel, ese pequeño beso se volvió un poco mas desesperado, salvaje, cosa que a Guillermo le encantaba, pero después de un momento Samuel se separó, empujándolo, -no- fue lo único que dijo -tranquilo guapo, puse el seguro a la puerta- en un abrir y cerrar de ojos, Guillermo ya se encontraba sobre el escritorio con los labios de Samuel en su cuello, y sus manos en su cintura.

Lo había logrado, había logrado seducir a su doctor, ahora a disfrutar lo que venia...

Heridas de amor "Wigettaxx  Mpreg"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora