Final (P1)

228 23 4
                                    

[Narra Guillermo]

Desperté sintiéndome extraño, mis ojos me pesaban, me ardían y mi cabeza dolía como nunca, me removí en la cama busca do a mi pareja, pero no estaba, me encontraba solo, me senté en mi cama y fue cuando todo vino de golpe a mi cabeza.

...

Frank por favor espera—, tomé su brazo tratando de detenerlo pero de la misma manera el se soltó, me miro con sus ojos inundados y después se marchó.

Me dolía verle así, era justamente esto lo que quería evitar, lastimarlo. No sabía que hacer, no quería perderlo, no quería que se fuera, eramos una familia, las cosas estaban tan bien, me siento tan estúpido...

...

Eramos... No, aun podemos serlo—, me levanté de mi cama y busqué mi ropa, me puse lo primero que saqué, un pants gris y una sudadera del mismo color. No podía dejar a los niños solos así que decidí llamar a mi amiga Jose. Ella no tardó mucho en llegar a casa.

Gracias por venir Jose—, le di un fuerte abrazo en cuanto la vi.

Estas seguro de esto?

Jamás había estado más seguro de algo—, le deje algunas instrucciones y salí de casa lo más rápido que pude, no podía dejar que las cosas acabarán así, después de todo lo que pasó, la persona que más me apoyo y demostró su amor fue Frank, y yo lo amo, no quiero perderlo.

Durante el camino me puse a pensar en todas las cosas que habían pasado, desde que conocí a Frank, como solamente una distracción, hasta el día en que comenzamos a tener algo serio, como las cosas cambiaron tan de repente. El momento en el que decidimos hacer una vida juntos, sus atenciones, sus cuidados, su cariño, su tiempo, su amor. Ese momento en el que fui un tonto y acepte a Samuel de nuevo en mi vida, comenzando una enorme mentira.

Si tan solo hubiese sido sincero con el desde el principio, decirle como eran las cosas, pero que quería continuar a su lado, por que lo necesito, lo necesito mas de lo que yo creía y fui tan tonto, fui tan tonto por no reconocerlo, por que como dice el dicho, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y ahora que veo como se aleja de mi, es cuando de verdad valoro todo, todo lo que el ha hecho por mi.

No quiero que se vaya, no quiero mi vida sin el, por que sin el estaría vacía.

Llegué lo mas rápido que pude a su casa pero por mas que llamé a la puerta, nadie atendía. Mi desesperación iba en aumento, llamé a su móvil demasiadas veces y no atendía, tal vez al ver que era yo, simplemente prefería dejarlo sonar. Le dejé algunos mensajes de voz, aun que sabía que sería inútil, probablemente no los escucharía.

No me iba a rendir, llamé una vez mas y de nuevo sonaba y sonaba, hasta que me mandó al correo de voz, así que decidí dejarle un último mensaje...

"Frank, lo siento tanto cariño, de verdad lo siento tanto, fui un tonto al ocultarte la verdad, al no decirte nunca lo mucho que te necesito, perdóname el haber sido tan indiferente la mayoría del tiempo, por no decirte cada día que te amo y que estoy feliz de tenerte a mi lado, eres una persona increíble, eras un gran chico, mi chico y yo... yo no quiero perderte, por favor Frank no te alejes de mi, déjame demostrarte cuanto te amo"

 Guardé mi móvil y estaba por marcharme a casa, cuando escuché la puerta abrirse, me giré rápidamente y pude ver una figura asomarse por esta.

MI emoción y esperanza se fueron cuando vi que, quien salía, era su madre y no Frank.

Señora-, me acerque con una media sonrisa a saludarla, ella me recibió muy bien, por lo que pude deducir que Frank no le había contado nada de lo sucedido, aún. Pero eso era lo de menos en este momento, me hubiese dado igual que me recibiera a palos, mientras que me dejase ver a Frank.

Guille-, me saludó con una enorme sonrisa y un abrazo, invitándome a pasar, invitación que yo acepté por supuesto e invitación que poco después me arrepentiría de haber aceptado.

Estuvo preguntándome por los niños, hablándome de tips y dándome consejos, no me atrevía a callarla o decirle que no tenia tiempo, por cortesía y por que ella siempre me trató muy bien, desde que Frank y yo decidimos comenzar una relación.

El reloj avanzó y avanzó, al igual que mi desesperación, hasta que por fin la plática se detuvo y fue entonces que pude hacer la pregunta, -¿está Frank aquí?

Oh querido, venías buscando a Frank, discúlpame si te entretuve mucho.

No hay problema, no se preocupe-, hablaba mientras miraba de reojo el reloj.

Frank no está en casa, salió hace dos horas hacia el aeropuerto, pensé que lo sabias, el me dijo que si-, en es preciso instante mi corazón se rompió en mil pedazos, más, y sentí una presión horrible en el pecho, no quería preocuparla ni hacerla sentir mal, así que no me quedó otra opción, más que fingir.

Oh si, si lo se, solo... creí que lo alcanzaría antes de que se fuera-, reprimia con todas mis fuerzas mis lágrimas, no quería romperme ahora, no quería derrumbar me aquí, frente a ella.

Pero tal vez aún lo alcances antes de que se vaya-, pude sentir en ese momento una pequeña gota de esperanza, no podía perder el tiempo entonces, tenía que irme ya, -su vuelo sale en unos cuarenta minutos.

Le agradecí y me fui corriendo hasta tomar un taxi, le pedí llegar al aeropuerto lo antes posible, no me importaba el costo.

Después de un rato conduciendo, por fin llegamos, le pagué al taxista y baje casi a tropezones, entré corriendo y una vez entre toda la gente, no hice más que comenzar a gritar, gritaba su nombre, lo más fuerte que podía, pero no había respuesta.

Fui tan tonto de no preguntar a donde iba, y como preguntar por su vuelo si ni si quiera sabia cual era, solo me quedaba moverme entre toda esa gente y seguir llamándole, con la esperanza de escuchar su voz indicándome donde esta.

Me rendí, deje de buscar en el mismo instante en el que vi por aquel enorme cristal, como despegaba un avión, y a juzgar por el tiempo, pude asegurar que fue el suyo.

No hubo más remedio que volver a casa, rendido, mal, desanimado, cansado de todo esto.


Heridas de amor "Wigettaxx  Mpreg"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora