En el pasado...

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La guerra de ángeles contra demonios había acabado por fin. Yo era aún una joven, de más o menos vuestra edad, que lo había perdido todo. Durante la guerra, mi hogar fue destruido y mis padres habían caído luchando por Kcalb, nuestro apreciado jefe. Aunque por fin el mundo se había reconstruido, mi corazón aún seguía roto. Durante unas semanas viví en un orfanato, pero no puede aguantar más y me escapé de noche. Estuve viviendo en la calle durante casi un año, alimentándome de lo que algunas buenas personas me daban y durmiendo en cualquier sitio refugiado del frío invierno y de los calurosos veranos. Poco a poco, empecé a recuperarme de todo lo que me había sucedido. Prometí intentar sonreír a todo el mundo para que se dieran cuenta de que ya no había que preocuparse más por mí. Podía sobrevivir por mis propios medios.

    Una tarde de primavera, fui a visitar el Jardín de Flores. Sin darme cuenta, terminé por dormirme sobre la hierba. Y aunque estaba tranquila, tuve una horrible pesadilla: sobre la guerra de hacía poco más de un año. Me despertaron unos gritos de "¡eh!". Abrí los ojos y me incorporé. Estaba empapada en sudor y con lágrimas en los ojos. Y ante mí se encontraba una demonio algo más alta que yo, de pelo castaño, ojos verdes penetrantes y alas y cuernos rojos.

    —"¿Se puede saber qué te pasaba? ¡No dejabas de gritar en sueños!" —fue lo primero que me dijo.

    —"Yo... sólo tuve una pesadilla, nada más" —respondí, mirando a la desconocida con algo de curiosidad.

    —"¿Seguro qué estás bien?" —insistió.

    Asentí, lo que la calmó. Se levantó, seguida por mí.

    —"¿Cómo te llamas"? —pregunté tras un incómodo silencio.

    Ella me miró con los ojos entornados. Se rascó la barbilla y negó con la cabeza.

    —"No te conozco lo suficiente como para decírtelo. No aún".

    —"¿Q-qué quieres decir?" —dije sin entender lo que la chica decía.

    Ella de nuevo me miró y esbozó una pequeña sonrisa. Me tendió una mano y dijo:

    —"Por ahora no puedo decirte mi nombre. No sé nada sobre ti, no nos conocemos de nada. Mis padres siempre decían que nunca les dijera nada sobre mía a desconocidos, ¿sabes? Por eso... ¡durante un tiempo, llámame Gris, como nuestro mundo!".

    Primero miré su mano extendida, y luego a ella. Sonreí y agarré la mano con entusiasmo.

    —"¡Encantada Gris! —exclamé— ¡Soy Leila!".

    Bueno, ¿qué os puedo decir? "Gris" le dio un vuelco a mi vida. Sus padres, al igual que los míos, habían muerto en la guerra junto con su hermana mayor. Pero ella había aguantado todo eso, ella sola.

    —"Prometí volverme más fuerte, ¿sabes? —me dijo un día— Ayudaría a más gente para que nadie tuviera que sufrir lo que yo sufrí al perder a las personas que más quiero. ¡Quiero que todo el mundo sea feliz!"

    Yo también quería eso. Pasaron los años, y nos hicimos adultas. Y un día, decidimos salir de este mundo e ir a otros, luchar por los que sufrían o parar guerras sin sentido. Intentar... hacer que todo el mundo se sintiera bien. Por suerte, Kcalb era un gran amigo de Gris. Yo también me terminé encariñando con él e incluso un poco con la señorita Etihw. Por eso, nos concedieron nuestro tan preciado deseo. Salimos del Jardín y ayudamos a... ¡a muchísima gente! Y Gris se volvió muy fuerte, haciendo honor a su familia como ella decía. Unos años más tarde me confesó su verdadero nombre, confirmándome que era su amiga. Eso me hizo muy, muy feliz. Las dos nos teníamos la una a la otra, y eso era suficiente. Y bueno, hace unos días, Kcalb nos llamó para pedir ayuda (la verdad, cuando él llamó Gris se puso muy, muy nerviosa. Aunque no sé porqué...), y... ¡ahora estamos aquí, supongo! A eso... me refería con que Gris no es tan mala... ¿Qué creéis ahora?



Y  bueno, aquí está el capítulo por fin. Siento haberme tardado tanto, pero es que estuve en casa de una amiga y no tenía tiempo para nada xP. ¡Espero que os haya gustado! 

Chao~

Killer SunlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora