Las lágrimas no dejaban de resbalar por las mejillas de Yosafire, cuya sonrisa estaba temblando.
-¡BUAAAAAAAH! -exclamó abalanzándose sobre Leila para luego darle un fuerte abrazo que casi la tira al suelo- ¡ES TAN TIERNO! ¡WAAAAAAA!
-¡Y-Yosafire! -dijo Leila, sonriendo nerviosamente- ¡Tranquila, no es para tanto!
Macarona se limpió los ojos con la manga de la camisa. Froze sonreía con unas cuantas lágrimas sobre las mejillas, e incluso parecía que Rawberry se había emocionado.
-... Leila -sonó una voz fría al otro lado del campamento.
Todas se volvieron al lugar de donde provenía la voz, y un escalofrío recorrió sus espaldas al ver a Gris de pie, con el rostro ensombrecido y los puños cerrados con fuerza.
Yosafire se separó de Leila, algo asustada. Ésta se puso también en pie, mirando a Gris con una gota de sudor resbalándole por la frente.
Gris empezó a caminar hacia ella. El resto de las chicas se temían lo peor, pero no eran capaces de moverse, pues Gris daba muchísimo miedo de esa forma. ¿Había escuchado la historia que había contado Leila y se habría enfadado con ella? Era lo más seguro...
Gris se paró justo enfrente de su amiga, sin mirarla a la cara. Alzó los dos puños, lista para dar el golpe. Leila cerró los ojos, lista para recibir el golpe.
Gris cogió mucho aire y...
La envolvió en un cálido abrazo.
-... Lo siento, Leila... -sollozó- Siento ser una idiota siempre. Siento que siempre tengas que estar encima mía. Siento que siempre seas buena conmigo y que yo no te lo agradezca nunca. Lo siento...
Leila se quedó inmóvil, con los ojos abiertos de par en par. Nunca, nunca en todos los años en los que había estado con Gris, ella le había abrazado. A lo mejor, le había dado un empujoncito amistoso o le había dedicado una sonrisa, pero era la primera vez que recibía un abrazo suyo.
Sus ojos se inundaron de lágrimas y correspondió el abrazo.
-No te disculpes, boba... -dijo- Eres la mejor amiga que puedo desear.
***
-¡Venga chicas! ¡Arriiiiiba!
-AAAAH... -gruñó Yosafire escondiendo la cara en la almohada- CÁLLATE...
Gris fue, chica por chica, despertándolas. Ellas se levantaban entre gruñidos y quejas.
-Dios, Gris... -bostezó Froze. Sacó su reloj de bolsillo y miró la hora- Son las... ¡siete de la mañana! ¿No crees que es algo temprano?
-Nooope -respondió ésta, sonriendo-. ¡No seáis nenas, tenemos que continuar con el paseo!
Yosafire se tiró de nuevo al suelo y cerró los ojos.
-Pues yo me declaro oficialmente una nena. -Dicho esto, se puso a roncar.
Rawberry y Macarona, en cambio, parecían muy despiertas y lista para comenzar a caminar de nuevo.
-Mientras pueda comer de nuevo esos murciélagos de luz, caminaré hasta el fin del mundo -rió Rawberry.
Macarona también se rió, pero algo nerviosa por la cara que había puesto la peli-rosa.
Leila las miró a todas, con una sonrisa de oreja a oreja dibujando su rostro. No dejaba de pensar que era el mejor equipo que podían pedir.
Gris sacudió a Yosafire para despertarla.
-¡VAMOS, LEVANTA! -gritó- ¡TENEMOS QUE IRNOS YA!
-Hum... -ronroneó Yosafire- Pero es que se está tan a gusto... Sólo cinco minutos más, Grisita...
-¡NO ME LLAMES "GRISITA" Y LEVÁNTATE!
-Joooo... -Yosafire abrió un ojo- Con una condición... me levantaré.
Gris se levantó y se llevó una mano a la frente, sin creerse que estuviera haciendo eso.
-Está bien... -aceptó- Dime, ¿qué quieres?
-¿Recuerdas ese botón que nos dio Etihw por si necesitábamos ayuda?
Leila se rió por lo bajo, viendo a dónde llegaría esa conversación tan estúpida.
-Claro que lo recuerdo... -dijo Gris palpándose el bolsillo donde llevaba el mando con el botón.
-¡Quiero llevarlo yo!
Gris abrió mucho los ojos y miró a Yosafire con las cejas alzadas. ¿Pero esa chica era idiota o qué? Parecía que no era capaz de entender la responsabilidad que suponía tener que liderar un grupo o encargarse de un objeto que podía salvarles la vida si era necesario.
Abrió la boca para decir todo eso, pero justo en ese momento, Yosafire le tendió una mano.
-No te vas a levantar hasta qué te de el botón, ¿verdad? -suspiró Gris.
La peli-verde negó con la cabeza, sonriendo.
Gris se quedó mirándola unos instantes. Entonces gruñó unas cuantas palabrotas, agarró el botón y se lo puso en la mano a Yosafire.
-¡Genial! -Ella se levantó y comenzó a caminar- ¡Gracias Gris! Y ahora, ¡continuemos la aventura!
ESTÁS LEYENDO
Killer Sunlight
أدب الهواةHabía una vez... Existía cierto mundo. Tenía dos grupos, que llevaron destrucción uno a otro, en una horrible guerra que causó miles de pérdidas... Miles de muertes. ¿Por qué se destruían? ¿...Por qué... mataban? La razón ha de estar perdida, olvida...