Dios y Diablo vs Ángel de Luz

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Mientras se armaba todo aquel revuelo, Igls aprovechó para girarse de nuevo a Etihw, realmente enfadada por la intromisión.

    -Por fin podré acabar... -dijo, lista para matar a la diosa de nuevo.

    Pero Etihw tenía otros pensamientos en la cabeza.

    -¡Kcalb! -gritó con todas sus fuerzas.

    El Diablo, que se encontraba intentando separar a Gris del cuerpo de su mejor amiga, se giró a la mujer de pelo azabache. Al instante comprendió la situación y salió corriendo hacia Igls. Se tiró encima de ella, haciendo que el tridente cayera al suelo a varios metros de su dueña y que ésta también lo hiciera, con Kcalb encima.

    -¿¡Qué haces!? -exclamó, intentando deshacerse de las garras del Diablo.

    -¡Proteger lo que más quiero!

    Etihw sonrió levemente antes esa respuesta. ¿Ella era lo que más quería? Pero apartó ese pensamiento de su cabeza y fue a ayudar a Kcalb, intentando a su vez usar sus propios poderes para curar las heridas que Igls le había hecho.

    Corrió haciendo muecas de dolor a cada paso hacia los dos, que peleaban por mantener el control del otro. Se agachó, agarró a Igls por las muñecas para inmovilizarla y le hizo una seña al Diablo para que se levantara. Él obedeció al instante, dejando que la diosa se sentara sobre la rubia sin soltarle de las muñecas.

    -¡Igls! -exclamó- ¡No forcejees!

    -¡¡Aparta!!

    -¡No tiene ningún sentido lo que haces!

    Ella no la escuchó. Logró liberar una de sus manos y le dio un puñetazo en la mandíbula a Etihw, haciéndola gritar y soltar a su prisionera, que velozmente rodoó por el suelo y agarró de nuevo su tridente. Se levantó a la vez que Etihw, y cuando iban a empezar a luchar, Kcalb se puso entre las dos. Miró a la peli-azabache por encima del hombro con el ceño fruncido.

    -Eti, yo me encargo de esto... -dijo- Tú ve donde las chicas. Leila... -No terminó la frase, sino que entornó los ojos en una expresión de tristeza y volvió a mirar a Igls en posición de ataque.

    Etihw asintió con la cabeza muy seria y corrió hacia la posición de las chicas. Gracias a su magia, las heridas de sus hombros habían empezado a curarse, y aunque aún dolían, le resultaba más fácil moverse.

    Al llegar junto a sus amigas, frenó en seco. Aunque todas lloraban, intentaban separar a Gris del cuerpo de Leila. Ella era la única que lloraba y gritaba más que las demás. Abrazaba a su mejor amiga con fuerza, resistiéndose a sus amigas.

    -¡Leila! -lloró Froze, tirando de ella- ¡No es momento! ¡Estamos en batalla, y no puedes hacer nada por ella...!

    -¡No! -gritó con voz ahogada la castaña- ¡No la dejaré sola!

    -¡Gris! -Yosafire se abrió paso entre las demás y separó a Froze de la chica- ¡Déjalo ya!

    -¡NO!

    -¡Gris, está muerta! -escupió las palabras y más lágrimas comenzaron a caer de sus ojos- ¡No puedes hacer nada!

     -¡No...! -Gris se aferró con más fuerza a Leila, llorando aún más. Pero ya no dijo nada, sólo siguió llorando sobre el hombro de Leila.

    Yosafire también la abrazó y lloró junto a Gris. El único ruido que se escuchaba eran los sollozos de Gris y los sonidos de batalla que provenían de atrás.

    Etihw decidió ignorarlos y se acercó a Yosafire. Las chicas, al verla, murmuraron su nombre en señal de sorpresa, pero ella sólo siguió andando. Se arrodilló ante las dos chicas y le acarició al espalda a Gris.

Killer SunlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora