Something unexpected (Algo inesperado)

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Sus imponentes y misteriosos ojos grises me observan, es verdaderamente un adonis acostado en la cama. Debo admitirlo, su belleza es sobre humana. Sigo contemplándolo mientras cierra sus ojos. Sin embargo, algo no va bien. Sigo contemplándolo en busca de aquello que no puedo explicar. "¿Qué estás haciendo?" me inquiere bruscamente mi subconsciente asomándose después de tanto tiempo ausente. Mi alarma se activa. ¿Esto es realmente lo que eres? Lanza otra pregunta, esta retumba dentro de mí haciéndome consiente de lo que esta ocurriendo.

Salto de la cama rápidamente, el adonis que ahora es para mí un completo extraño abre sus adormitados ojos. Me busca con la mirada, de pronto siento un poco de vergüenza al darme cuenta que estoy completamente desnuda, ¡Oh por Dios! Exclamo internamente, ¿Qué estoy haciendo? Me pregunto dándome cuenta de mi desnudes.

Corro al baño. Me miro en el gran espejo ovalado del lujoso baño azul.

Observo mi desnuda figura reflejándose en el espejo. ¿Qué estoy haciendo? Vuelvo a preguntarme. Veo mi rostro confundido y hasta podría asegurar que detrás de esa confusión se esconde un poco de tristeza.

No es para menos, habla de nuevo mi subconsciente recordándome que la chica que refleja el espejo esta dolida, molesta, resentida y sobre todo frustrada con la vida. ¿Esto es realmente lo que eres? Vuelve la pregunta a mi cabeza. No es lo que soy me respondo de inmediato, no es lo que soy. Corren las lágrimas por mis pálidas mejillas.

Salgo del baño. Miro de reojo al hombre que esta acostado en la cama, sigue descansando. Seco rápidamente mis lágrimas del rostro. No puedo seguir aquí me digo a mí misma tratando de reaccionar lo más rápido posible. Trato de hacer el menor ruido, no me conviene despertarlo.
Agarro mi braga del suelo junto con mi sujetador, me los coloco mientras me acerco a la cómoda para agarrar mis vaqueros. Me los coloco de una y empiezo a buscar mi blusa azul de botones ¡Rayos! Esta enredada entre las sábanas blancas de la gran cama de mármol, me acerco con cuidado, la jalo cuidadosamente. ¡Listo! No tardo nada colocándomela.

Observo nuevamente al hombre que está durmiendo en la cama, no puedo creer que me acosté todo un verano con alguien que apenas conocí no sé cómo voy a procesar todo esto, tanta pena y dolor me convirtió en alguien que no soy. Sacudo fuertemente la cabeza me desvíe de mi objetivo principal...

Tengo que irme rápido, tomo los converse negros del suelo. Me siento suavemente en la cama. Nunca debí haberme marchado del pueblo pienso mientras amarro los cordones. Me levanto y camino hacia el tocador. Me observo otra vez en el espejo, esta vez con ropa. ¿Que irónico? Me amarro una coleta en el cabello, el cual es un completo desastre.

Veo a través del espejo al hombre que sigue durmiendo. No siento ningún tipo de remordimiento, cuando uno no siente ningún tipo de afecto por alguien la pena de dejarlo no existe.
No logro explicarme porque todo esto llego a este punto, me deje llevar por la oscuridad, así que, deseo salir para ver un poco de luz. Me acerco de nuevo a la cómoda para tomar mi bolso. Con mi bolso ya en la mano camino hasta la puerta, es hora de tratar de acomodar lo que me queda de vida y buscar aquello que existe y que fue el causante de la muerte de mis padres.

Abro la puerta.

-¿Qué haces? -Pregunta una voz ronca.
Pongo los ojos en blanco. ¿No sé qué responder? ¿Qué se supone que hago? Me pregunto irónica dándome cuenta de lo obvio. Marchándome, respondo internamente mientras me giro para enfrentarlo, está de pie al lado de la cama mirándome fijamente.

-Sabes lo que hago. -Contesto fría. -Sabias que esto algún día podía pasar y nada me va a detener. -Añado.

Tomo su silencio como una señal de aceptación, pensé que pondría obstáculo pero no, así me facilita más las cosas y puedo marcharme. Le quito la mirada y salgo de la habitación.

Doy un salto ¿Cómo demonios...? Si hace un momento estaba a unos metros detrás de mí. ¿Cómo es que esta...? No puedo creerlo, lo tengo de frente observándome con esos imponentes y perturbadores ojos grises. Me estoy enloqueciendo y el temor de aquella noche regresa.

-Vanessa -pronuncia suavemente mi nombre. -Se lo que haces y no pienso retenerte, sé que deseas marcharte -me sorprende su inesperada respuesta mientras observo algo extraño en sus ojos. -Solo que no se si vas a regresar a tu casa, así que, para asegurarme que estés bien debo hacet esto y despues dejarte ir. -Su voz se quiebra. -También sé que no soy bueno para ti -sonríe. -Lo se, acostarse con un extraño todo un verano no está nada bien. -Objeta.

Me quedo boquiabierta, no sé qué decirle, ni que se supone que deba hacer ¿Qué trata de conseguir con esto? ¿Por qué llega a esta conclusión ahora? El jamás ha sido una persona que demuestre nobleza y comprensión y esta vez se ve de una manera tan... Humana. No entiendo que pasa no puedo dejar de mirarlo fijamente, sus ojos están tan tristes y su tristeza me toca en lo más profundo de mi corazón. No puedo pensar en nada solo siento esa necesidad de prestarle atención.

-Vete a casa -me ordena. -Regresa con tus familiares y amigos, diles que estuviste lejos meditando todo lo que paso. Si te preguntan dónde, diles que en california, es un buen estado para relajarte. -Ríe y debo admitir que algo encantador. -Ve a la escuela -continua -olvida toda la pena por la muerte de tus padres -se calla. Empieza a observarme tiernamente y pasa su mano suavemente por mi mejilla -se feliz, enamórate de algún chico siente cosas que jamás hallas sentido, busca lo que quieres y disfruta todo lo que puedas. -Sus ojos se llenan de lágrimas. -Olvida todo lo que viviste a mi lado, -corre una lágrima por su rostro -sobre todo... -Me observa triste como si esta fuera la peor decisión de su vida. -Olvídate de .

Dark ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora