Capitulo 2

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Ya estaba a punto de cumplirse la hora, tan sólo quedaban 20 minutos mientras metía lo necesario en un pequeño bolso; lienzo, pincel, termo, linterna, celular y algunas pinturas. Al fin y al cabo salí con diez minutos de anticipación dando plegarias para que mi madre no se diera cuenta de mi escapada nocturna y por suerte siguió roncando en el escritorio de la biblioteca, estaba de brazos cruzados pisando algunas que otras teclas mientras su cabeza descansaba como si fuera una almohada.

Abrí la puerta con delicadeza y apenas salí solté un suspiro de alivio. - Tan sólo espero que esto valga la pena realmente- pensé.

La noche estaba más helada que de costumbre, dentro de poco los buhos comenzaron a estancarse en los árboles emitiendo su sonido nocturno mientras que las calles estaban ociosamente vacías y afortunamente iluminadas, avancé precavidamente a largos pasos hasta llegar al único bosque de la ciudad "El bosque de la luna". Por suerte me quedaba algo cerca ya que estaba a unas pocas cuadras de mi casa. Antes de entrar repasé mentalmente lo que haría y sobre todo que podría ser algo hermoso para Logan Dimano de este bosque.

De repente sentí un leve escalofrío por mi espalda, como si algo estuviera muy cerca, lentamente volví mi cabeza para comprobar que no era cierto como en las películas y desde luego mi sueño se había hecho realidad. Inspiré hondo y seguí caminando entre los primeros árboles.

- Si a estas horas me encontraba sola en un bosque, me daba la impresión de que desquiciadamente aguardaba de un rencor hacia mi vida- sopesé.

Observé la hora y tan sólo me aguardaban cinco minutos, a pesar de que estas horas todo se encontraba algo deshabitado tenía la ventaja de ir más rápido. A medida que estudiaba el bosque con determinación me iba concentrando en los pocos beneficios que obtendría- Desearía poder entenderme- pensé sarcástica.

Caminaba a paso de perrito perdido esquivando cada uno de los inmensos árboles, todo era más silencioso de lo normal y mucho más frío que el bosque de Crepúsculo, la brisa era tenue y el sonido de mis pasos pisoteando las hojas daba la impresión de que estaba sola. Mientras más me adentraba en el bosque más se oscurecía todo a mi parecer, encendí la linterna sin muchos ánimos de gastar baterías y proseguí apuntando hacia los lados.- Hubiera deseado que fuera la Push o cualquier otra playa sin tener que acudir a un bosque en plena noche- pensé. A medida seguía andando, menos encontraba una pista o rastro de Logan por lo que llegué a pensar que había sido engañada. La idea me decepcionaba lo suficiente por lo que decidí probar no muy convencida. Me detuve en medio de los arboles para proyectar mi voz como si fuera un eco.

- ¡Logan!-Llamé, la voz se repitió dos veces con disminución por todo el bosque. Se supone que esto funcionaba especialmente en las cuevas ya que eran cerradas, no en espacios abiertos.

- ¡¡Logan!!- Volví a probar con mas fuerza por lo cual no hubo respuesta.

- Maldito imbécil....- susurré.

Comencé a escuchar sonidos provenientes de animales algo alborotados, como si proviniesen de lo más lejano. Pude sentir unos pasos aproximarse, estos cada vez se escuchaban más y más cerca, como si viniesen hacia mí. Apunté la linterna con la mano un poco temblorosa hacia la dirección en la que posiblemente se acercaba pero seguía sin haber nada. Los búhos y los murciélagos despertaron a chillidos como si alguien les hubiese tirado algo mientras dormían.

- Lo... ¿Logan?- Repetí como una estúpida, mi voz se había quebrado. Retrocedí desconcertada de lo que captaba e intenté ahogar un grito. Una brisa repentina y fugaz casi rozaba mi espalda como si flash lo hubiera aparecido reciente, me volví velozmente para no apartar la mirada de aquel ser letal.

Un aullido de lobo inundó la paz sacudiendo el bosque, proyecte la luz hacia la dirección del felino justo cuando había hecho un movimiento en la tierra de manera que la levantaba en boronas con forma de polvo, para cuando se había disminuido me petrifiqué con el susto al cuello. Pude notar que me observaba fijamente con unos ojos de fuego y al descubrir a mi perseguidor mi aire se desvaneció; un inmenso lobo negro era la causa de todo. Este me mostró desde lo lejos sus feroces dientes y antes de reaccionar corrió en mi dirección por lo que probé en el instante a hacer lo mismo.

Corrí con todas mis fuerzas esforzándome en lo que podía, intenté no mirar hacia atrás para no caer pero ya lo había hecho con el rabillo del ojo por lo cual mi velocidad se disminuyó a pocos pasos, puse los ojos en blanco al ver que el oscuro lobo estaría a punto de alcanzarme con un simple salto, sobresaltada le arrojé la linterna que aterrizo directamente en medio de sus orejas. Chilló como un cachorro reduciéndose a mis espaldas y por lo tanto seguí corriendo con mas ventaja tratando de pensar en una escapatoria o por lo menos enfrentarlo- ¿Pero como?. Necesitaba salir de ese bosque y lo que conseguía era adentrarme más por un camino que no conocía, tenía que correr en la contraria y pedir ayuda pero para eso necesitaba ingeniarmelas con prontitud.

Un chillido de perro me desconcertó por lo que me detuve hacia la dirección de mi perseguidor en un intento por observar la oscuridad con precisión, se había quedado en el mismo sitio pero esta vez se encontraba inclinado a punto de atacar a otro lobo que apareció justo a sus narices.

 © Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora