Nuevamente me encontraba en el oscuro bosque de mis sueños anteriores, y por si fuera poco también era de noche. El clima estaba igual que siempre, me encontraba en el medio de los dos caminos pero esta vez iba en dirección hacia el bosque de la luz, no al oscuro. Me adentré a la claridad por primera vez sintiéndola un poco más cálida, por poco sentí que había alguien a mis espaldas y cuando me volví para comprobarlo así era. A unos cuantos centímetros estaba un lobo negro vigilandome desde el otro bosque, no se movía de allí si no que tan sólo me observaba fijamente. Me adentré más rápido sin sentir tanto miedo como las otras veces, miraba hacia atrás para comprobar si seguía allí y por suerte no se había movilizado ni un poco. Este de seguro era un límite para ellos, ya me podía sentir más segura. En cuanto miré hacia el frente para visualizar el camino a unos pocos pasos pude ver otro lobo, pero sin duda este era de un blanco más parecido a un plateado. La luz de la luna se reflejaba sobre aquella semejante criatura que se mostraba tan tranquila, pero sin duda no podría saber con exactitud si era letal por lo que me detuve en seco sin saber que otro camino tomar.
El inmenso lobo blanco apenas me observó, se acercó con prontitud hacia donde estaba sin mostrar sus afilados dientes como el otro lobo negro. Este me olfateó desde los pues hasta luego inclinarse de manera presuntuosa como una reverencia, enterró una pata bajo la nieve y luego la desenterró hasta dejar un diminuto hueco. No lograba entender cuál era su punto hasta que enseguida se dio la vuelta, haciendo señas para que lo siguiera en medio del bosque a medida que se alejaba de mí.
Decidí hacerle caso ya que no tenía otra salida.
- ¡Oye espera! - exclamé a medida que lo comenzaba a perder.
Corrí tras él esquivando los árboles como si fueran obstáculos hasta que me detuve a tomar aire justo cuando sentía que se me escapaba. El lobo sorpresivamente se regresó y se inclinó a un lado como había hecho Will.
- Lo siento... No acostumbro a ser tan rápida- dije mientras tomaba bocanadas de aire.
El lobo por extrañeza dio un pequeño chillido para que le prestase atención. Ya comenzaba a comprenderlo.
- ¿Quieres que me suba?- reconocí.
El lobo se inclinó un poco más tratando de llegar a mi altura de cadera, me subí a su espalda cuidadosamente deseando que no fuera una trampa. El lobo se levantó de golpe y corrió velozmente sin previo aviso atravesando los árboles. Hundí mi rostro entre su pelaje sujetándome de los cortos cabellos de su cuello, era muy cálido y bastante abrigador como si fuera un abrigo de peluche. A pesar de que este lobo era más alto sin duda era como montar a un caballo, con la diferencia de que este era un licántropo que apenas saltaba grandes alturas.
Elevé la mirada hacia el frente y por desgracia noté un gran árbol justo a nuestra dirección y mientras apresuraba el paso más nos acercábamos a él.
- ¡Hey! ¡Nos vamos a extrellar!- grité, pero el lobo pareció no haberme escuchado. Seguía aproximandose hacia él por lo que cerré los ojos y oculté mi cabeza.
Dios mío dime que esto no está pasando realmente...
Todo se veía en negro de repente, abrí los ojos de golpe y vi una tenue luz hasta que me di cuenta de que estaba en el hospital. Traté de levantarme de un impulso pero no pude ya que estaba amarrada por varios extremos a una camilla, me encontraba en una habitación más grande y amplia que la anterior, pero sin duda estaba vacía.
La puerta de pronto se abrió y entró un hombre alto de bata blanca, era el doctor Abraham.
- Oh... Isis, veo que por fin despiertas. Has estado inconsciente con nuestro sedante para cirugías largas durante once horas y media, mientras tu estabas explicándome un mal entendido en mi oficina tu madre fue muy sincera al momento de hablar con nuestra recepcionista, que al verla tan frustrada decidió hacer lo mejor que a sentarse a escuchar historias de sangre, oscuridad y... Hombres lobos.
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© Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017
Manusia SerigalaIsis Hathor es una estudiante de 16 años aparentemente común que nunca llegó a imaginarse que pudiese formar parte de un mundo subnormal que pudiera estar involucrado en misterios irrelevantes . Entre muchas ella fue la indicada por la cual su cotid...