Capitulo 10

3.2K 389 22
                                    

- ¿A mi habitación?, ja- reí por desprecio.

Alguien muy ingenioso se las arreglaría para robarnos, e igualmente se molestó en rebuscar detalles de privacidad para engañarnos. Por suerte tengo buen uso de razón y se lo que es estar loco para caer en algo así. Tengo que sacar a ese niño lo antes posible para que mi madre no se de cuenta, de alguna u otra forma pudiese llegar a pensar que habré tenido un hijo con alguno de mis compañeros de clase.

El niño curioseó muy distraído mis viejas muñecas de la infancia, ¿que estará tramando esa mente perversa?. Cogió una de trapo estilo Gorjuss y jugueteó con ella como si no hubiese nada a su alrededor.

- Ok, ok mm... No se como decírtelo de la manera más fácil pero... Sal de mi casa.

El niño levantó la mirada sin expresión alguna y nuevamente bajó la cabeza en dirección a la muñeca.

Me frustré y crucé los brazos.

- ¿No me has entendido acaso?, fuera de mi casa- exclamé con firmeza.

- Pero no tengo a donde ir- respondió casi afectado.

Oh bien, ya empezamos.

- Descuida, irás a un orfanato.-solté sin preocupaciones.

El niño me miró muy extrañado y confundido a la vez. Me acerqué hacia él para quitarle la muñeca, pero ya la había dejado en su sitio y se sentó nuevamente en la cama.

- ¿Que es un orfanato?- preguntó como si nunca en su vida hubiese escuchado esa palabra.

-  Es un lugar donde abandonan a los niños que no tienen padres, ya deberías saberlo tienes....

- siete, pero mi madre esta viva, solo que... ya no me quiere- reconoció con tristeza.

Sigo sin creerle. Tal vez no lo obligaron a robarnos, pero tampoco me fío de lo que dice.

- De acuerdo, pondré las cosas más fáciles para ti- inspiré hondo- si no me dices la verdad yo... - me detuve al escuchar la puerta abrirse con prontitud.

- ¡Isis! Tengo el almuerzo- canturreó mi madre desde la cocina.

Puse los ojos en blanco y me volví hacia donde estaba el niño que había desaparecido.

Miré hacia ambos lados y rebusqué por toda la habitación, en el armario, debajo de la cama, en las cortinas, y por último en la ventana que estaba abierta. La cerré sobresaltada imaginando que tal ves abría saltado, pero no había rastro. Bajé a paso rápido hacia donde estaba mi madre para inspeccionar por si el niño había bajado, pero no había rastro de él por lo que comencé a repetir mentalmente; no estoy loca, no estoy loca, no estoy loca....

- ¡Oye! Traje tus favoritos no me lo agradezcas, ensalada cesar, ración de nuggets y patatas fritas- exclamó mi madre mientras mordisqueaba una hamburguesa.

- Mmm gracias- exclamé no muy convencida.

Tomé las cosas y las coloqué en el comedor disimuladamente. De pronto había perdido el apetito.

- ¿Ocurre algo?- preguntó muy extrañada- Pensé que tal vez querías algo de McDonalds, por cierto traje dos Mcflurrys para nosotras, podrás comer el tullo una vez que te hallas acabado eso.

- Bien - respondí mientras me sentaba de frente a la comida.

Cogí el recipiente en el que se encontraba la ensalada y muy distraída comencé a comerla sin percatarme de saborearla al igual que los nuggets. No podía despejar mi mente de aquél niño, ¿realmente habría cogido ese camino?, ¿Se habría lanzado por la ventana? , no era mucha la distancia que aguardaba una casa de dos pisos pero para un niño era bastante. ¿Realmente su madre lo habría abandonado?, pero en ese caso ¿como habría conseguido entrar a mi habitación?.

Una vez que terminé llevé los platos y las bolsas hacia la cocina, por suerte todo era desechable, así no me tocaría limpiar. Le agradecí a mi madre y corrí a toda velocidad hacia mi habitación por si seguía allí, pero mi habitación se encontraba tal cual como la había dejado anteriormente. Tomé mi celular y me lancé a la cama quedando boca arriba para escribirle a mi hermana, pero antes de hacerlo me distraje con las infinitas notificaciones de WhatsApp por parte de Ana.

 © Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora