Capitulo 6

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Había entrado justo al tiempo en el que sonó la campana, todos iban aproximandose hacia salones en el orden de siempre al igual que los profesores, pasé desapercibidamente como si nada me hubiese pasado, por lo tanto apenas entré tomé asiento primero que todos y con la mirada hacia el frente intenté recapacitar lo sucedido. Era un hecho que no estaba loca y mucho menos soñando despierta y sé que algo húmedo y suave había rozado mi mano- elevé la mano hacia mi rostro y la estudié muy decidida- Mi corazón latía a un ritmo acelerado sin poder comprender lo sucedido.

Desde niña Tessa y yo solíamos jugar en ese bosque al escondite y hasta incluso por las noches acampábamos en tiendas hasta el amanecer, durante toda la noche hablamos sobre libros e historias terroríficas que contaban otros youtubers, pero sin duda desde que tengo memoria nunca llegamos a encontrar una bestia como aquella, sólo puedo recordar la vez en que encontramos un venado- nada comparado- pero lamentablemente poco después no sobrevivió ni uno por las épocas cacería nocturna, por lo tanto desde ese entonces se supo que el bosque se encontraba despejado y deshabitado hasta hoy en día. Por lo tanto decidí mantenerme callada y no comentar esto con absolutamente nadie, no hasta tener pruebas, a excepción de Tessa.

Apenas llegó la profesora de literatura intenté concentrarme en la clase, pero sin duda las recapitulaciones esquivaban mi interés en búsqueda de aprendizaje , por lo tanto llegué a la conclusión de que las horas eran infinitas durante el comienzo de la mañana hasta el final. En cuanto sonó la campana toda la escuela huyó hacia el patio para reunirse con sus respectivos amigos e ir en manada hacia sus hogares, por lo tanto yo me encaminé hacia una de las salidas y casualmente se encontraban tres chicas de espaldas haciendo un alboroto entre ellas mismas con risas y cuchicheos.

- ¡Dios! ¿Tienes idea de cuanta gente irá?- exclamó una de las chicas con asombro al tiempo que se tapaba la boca con una mano.

- Lo sé y desde luego tendremos mucho trabajo- comentó una de cabello claro.

- Por supuesto, nosotras vamos a ser el centro de atención como siempre lo hemos sido en todas las fiestas importantes, sin olvidar que para "ellos" la atracción se basa en caderas y pechos, en cambio para nosotras...

Se voltearon con lentitud al unísono clavando sus miradas expectativas en mí, como si hubiesen estado a punto de revelar una información de mucha privacidad ante un intruso. Apenas me observaron de píes a cabeza no pude evitar en ese entonces poner los ojos en blanco. - ¿realmente era ella? ¿Ana Sofía?- la chica del medio llevaba unos tacones de altura exagerada y el cabello suelto como siempre la recordaba. No reflejaba mucho cambio desde la infancia, seguía siendo tan pálida como un frasco de leche y afortunadamente su cabellera no había sido sometida al tinte de californianas, por lo que seguía conservando su brillante tono de negro.

Al parecer Ana también se sorprendió un poco de verme por lo que ambas nos acercamos y de un salto la abracé con todas las fuerzas recordando la última vez que nos vimos antes de que se mudase para Virginia.

Me despegué de ella sin hacerle caso a su mirada reprobatoria, pero sin embargo sonreía.

- Y decir que en la última vez en que nos encontramos tu rostro lucía mas abultado.- Reí a carcajadas de mi propio comentario- Pero ahora mírate, eres...

- El ser más inigualable y hermoso que pudiese conocer un desafortunado- sonrió pícaramente. Estaba claro que yo nunca habría olvidado esa frase poderosa de autoestima.

Hubo un gran silencio entre ambas. Las dos chicas que estaban junto a ella me observaron con humildad, de seguro sin apartar los ojos de mis antiguos converses. Era muy obvio que no nos conocemos pero estaba segura de que no tenía tan mal aspecto.

 © Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora