Capitulo 31

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Dylan se levantó velozmente sin dejar de sostener las manos de Sofia y de un jalón la acercó más hacia ella, tomó su rostro con ambas manos y lo dirigió hacia sus labios respondiendo a lo de Sofia. Le plantó un apasionado beso y sus labios en un instante llegaron directo a su cuello, sacando unos grandes y afilados dientes nunca antes vistos para clavárselos directo en la nuca.

Sofia no pudo contener un grito al sentir todo el dolor que transmitía desde su cuello. El muchacho se mantuvo de esa forma hasta que poco a poco fue perdiendo el conocimiento, la soltó y velozmente termino en el suelo inconsciente. Apenas se separó de ella bajé la cabeza suplicando para que no me rastreara pero sin duda ya se había marchado luego de haber presentido algo lejos. Corrí hacia Sofia que yacía en el suelo tirada de manera inconsciente sin dar señales de respiro.

- ¡Sofia!- la agité por los hombros- ¡Despierta, tenemos que irnos! .

Pero no reaccionó a lo que le dije por lo que intenté llevarla pero era imposible, a pesar de que era bastante delgada no tenía la fuerza suficiente así que abandoné el lugar dirigiéndome hacia el balcón que daba a todo el salón, pero sin duda habían varios vampiros que ya habían mordido a sus parejas, dejándolas de igual forma tiradas en el suelo. De repente las ventanas que habían a los alrededores explotaron, siendo atravesadas por criaturas peludas de gran tamaño. Lobos.

Los lobos contraatacaron a los vampiros que no lo tenían previsto del todo. Habían cientos de lobos que entraban específicamente para atacar, no devoraban a los invitados ni les prestaban la más mínima atención. Abrí el libro una vez que pensé en el contenido y pude ver una foto que reflejaba perfectamente la apariencia de un lobo, era totalmente idéntico a los que observaba.

Entonces el libro no mentía...

Un gruñido sonó a mis espaldas lo cual hizo que me corriese un escalofríos. Me giré lentamente hasta ver que a pocos pasos había un inmenso lobo de color negro como todos, pero sin duda este era más alto y se mostraba igual de feroz como cualquiera. Retrocedí lentamente con el libro bajo el brazo hasta sentir la barrera que me impedía retroceder. Si hoy iba a morir por lo menos pude descubrir algo ilógico, y era que Dylan Mosquew había sido un vampiro durante todo este tiempo al igual que otros, cuando el único motivo por el que tenían tanto deseo hacia una chica era beber su sangre...

- ¡Mamá! ¡Mami! Estoy aquí- gritó una voz que rápidamente pude reconocer. Me di la vuelta velozmente para localizar a Will, que se encontraba justo en la entrada de el salón.

- ¡Will! - grité con todas mis fuerzas, algunos lobos se detuvieron a vernos pero siguieron atacando a mordidas a los pocos que los rodeaban. El niño me miró estando a la vez perdido y confuso, sus ojos brillaban de un resplandeciente amarillo intermitente como los de la criatura de la noche anterior. Cerró los ojos con fuerzas y nuevamente los abrió reflejando ese antiguo azul que era el que siempre veía en él.

- ¿Isis?- preguntó como si acabara de darse un golpe en la cabeza- ¿Que haces...

- ¡Aguarda! ¡Voy a ir por ti!- exclamé. Me di la vuelta hacia el lobo que tenía al frente, todavía se mantenía de pie en mi dirección y sin pensarlo corrí hacia él alzando el pesado libro. Apenas lo había alcanzado le golpeé en el cráneo con todas mis fuerzas que hizo que emitiera un chillido y salí corriendo hacia donde estaba la salida, aprovechando que sólo consiguió inclinarse del dolor.

Cuando finalmente había llegado a la puerta tomé la mano de Will que yacía mirando hacia su alrededor inmóvil como una estatua; uno de los lobos que era el más pequeño a la estatura de un cachorro se acercaba a Will tímidamente con la cabeza casi al suelo. Will tiró de mi mano y se acercó hasta la pequeña criatura con prisa, envolviéndola entre sus brazos como si fuera su mascota.

- ¡Mena! ¡Te he extrañado mucho!- exclamó. La loba se separó de él para darles varias lamidas en el rostro mientras el reía de placer.

¿Y quién es Mena?

- Will...- llamé sin poder creer lo que veía. El miró por ultima vez a la cachorra para decirle algo antes de marcharse.

- Te veré pronto linda, lo prometo- se despidió y corrió hacia donde estaba.

 © Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora