© Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017

Capitulo 5

Me adentré en el visible bosque sin temor, el clima se encontraba más frío de lo usual agradeciendo que no había sido invierno, me recosté estancada en uno de los pinos sintiendo la brisa que imperaba y el silencio que invadía a excepción de los sonidos de la naturaleza.- Hace tiempo que no venía a este sitio- pude recordar que desde pequeña solía jugar con Tessa hasta que... Se había marchado.

Inspiré hondo con la mirada al suelo.

Me aparté del árbol para seguir el camino hasta que me detuve al notar un pequeño cartel llamativo colgado en uno de los árboles.

                                                 ¡PELIGRO!
N O P A S E S D E A L L I
"Si no quieres morir, piénsatelo bien"

-Interesante... ¿Cuantos más de estos abrían?- murmuré.

Lo esquivé y seguí caminando, por un momento recordé el sueño de la noche pasada; los lobos y la luna, ¿quién lo creería?, y a cambio seguía sin comprender la causa del retrato. Sin duda Logan era el estudiante más fastidiado por haber y refiriéndome a eso no me extrañaría que llamase a cualquiera para hacer uno de sus ingeniosos tratos por el que yo había sido víctima.

Una fértil brisa despejó mi rostro al tiempo que despeinaba mis castaños mechones y bloqueaba mi vista con los trozos de hoja. Rápidamente saqué de mi bolso un gorro de invierno de tono más oscuro que el de mi cabello y me lo coloqué de modo satisfactorio para que no pegase en mis ojos.

El día continuaba siendo abrigado por lo que resplandecía más el bosque, tan solo faltaban minutos para llegar y aún así no me sentía tan desorientada como en aquel sueño, podía recordar algunas de las zonas que conocía de niña por lo tanto me reconfortaba con mi poca seguridad de guía.

Repentinamente el cielo se apagó un poco, la nube cubrió gran parte del sol e inmediatamente el bosque llegó a oscurecerse, como si fuese a caer una tormenta. El clima cambió como el de un refrigerador y la brisa ya no era constante. Comencé a escuchar unos marcados pasos a mi lejanía al igual que el sonido desesperado de los árboles como si fuesen a caer. Entré en pánico de manera disimulada, y nuevamente al escuchar el pisoteo con más cercanía se me erizó la piel a punto de calambre, miré hacia los lados girando en círculos pero no veía nada, no sabía si seguir por lo que me petrifiqué en medio de todo, nuevamente escuché el paso acosador a mis espaldas y cerré los ojos con mucha fuerza para no abrirlos nunca más.

- Por favor para, seas quien seas nunca te he hecho nada- susurré en súplica.

Cerré los puños con fuerzas sintiendo mis helados dedos, inspiré hondo y los solté tratando de buscar la tranquilidad imposible de hallar. Sentí una presencia inseparable por lo que traté de no movilizar ni un músculo, algo helado y húmedo rozó mi mano durante unos segundos como si estuviese olfateandola y apenas se apartó no pude evitar huir por lo que terminé corriendo como una bala en gatillo. Esquivé cada árbol sin saber cuántos kilometros podía llegar a correr.

- ¡Ayuda! - grité con todas mis fuerzas, pero al parecer nadie me escuchó.

Miré hacia atrás de reojo y puse los ojos en blanco por lo que me detuve en seco. No había nada. Los árboles se habían detenido por lo que de nuevo pudo reinar el silencio.

- ¡Señorita! - di un sobresalto al escuchar la voz de un hombre. Este se aproximó corriendo desde el otro lado- ¿Necesita ayuda? ¿Esta bien?.

Miré hacia ambos lados asombrada.- No estoy loca..

- No, no lo estoy, acabo de ser perseguida por una bestia ¿¡que no la vio!?- grité alterada- me rozó la mano y apenas pude escapar.

El hombre me observó confuso con el ceño fruncido. - Claro, de seguro pensará que estoy demente...- pensé.

Miré hacia el frente y estaba justo a la cuadra para llegar a la escuela, observé mi reloj y con suerte disponía de unos seis minutos por lo cuál me apresuré.

- No importa, mmm... de seguro fue una visión o... un sueño, no se preocupe. - me observó incompasible, lo ignoré y sin esperar respuesta salí disparada hacia la escuela.