Capitulo 18

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- Mmm ¿Te refieres a Paulina y a Francia cierto?- Preguntó batiendo su brillante cabellera hacia mi dirección.

- Bueno, realmente nunca supe sus nombres pero una de ellas era de cabello castaño claro y la otra era medio morena de cabello más oscuro que el tuyo- analicé.

- Sí, relativamente son ellas dos- respondió con algo de impaciencia- Paulina se perdió con Francia y Cesar por este día, pero me acaban de confirmar que mañana estarán listas a primera hora.- contestó Sofia mientras revisaba las condiciones de cada una de sus coloridas uñas.

¿A primera hora?

- ¿ A que te refieres con que estarán listas a primera hora?- pregunté con curiosidad.

Me observó como si fuese la típica chica que no supiera de nada en este mundo. Hizo una expresión grotesca con los ojos que decía "¿acaso te lo tengo que decir todo?".

- Me refiero a que yo las pasaré buscando en mi pequeña limusina una hora antes -respondió tratando de ser lo más gentil posible. Una de las cosas más drásticas de Sofia eran sus cambios temperamentales que eran para nada complacientes, si realmente demostrabas ser algo ella tendría que comprobarlo porque de alguna forma acabarías con su poca paciencia. A veces me preguntaba como era que sus amigas lograban soportarla de esa forma, tomando en cuenta el hecho de que la conocían desde el momento en el que llegó a Virginia.

- Y tu ¿en que coche piensas irte?- preguntó con interés.

- Aún no lo sé porque sigo sin estar convencida del todo- respondí sin interés.

- ¿Sólo te detiene el hecho de que no tengas un vestido para asistir?- preguntó manteniendo el ceño fruncido.

- No sólo eso Ana, también los accesorios y los zapatos, dudo que me dejen entrar si llegase a ir con unos Converse, una pulsera tejida y un vestido casual- reprendí- No soy como tu que tienes en tu armario una colección de vestidos y zapatos de todas las marcas por haber y querer. No muchos pueden llegar a tener esa clase de presupuesto pero si llegar a comer con suerte. Tal vez el hecho de ser una princesa o plebeya me haga pensar de manera humilde en lo necesario para vivir y no en lo casual para salir como pensaría una princesa teniendo con suerte todo a su alrededor.

Ana me miró sintiendo algo de culpa por lo que se mantuvo callada. Que sintiese lástima ella o cualquiera me enfermaba lo suficiente para creer que soy dependiente, una de las cosas que odiaba, fui capaz de recordar la última vez que dependí del presupuesto de mi madre que fue cuando tenía aproximadamente trece años, todo lo que gastaba para mí tenía que salir de mis ahorros mientras que mi madre luchaba con los gastos. Desde ese momento he sido consiente de la realidad cuando Sofia ni siquiera se molestaba en mover un músculo para mantener algo en pie, solo trataba de establecerse perfectamente ella misma pagandose lo de menos importancia.

- Señorita ya hemos llegado al centro comercial "Mall of America"- comentó el chofer.

- Oh perfecto, ya me comenzaba a marear de tanta carretera - exclamó Sofia.

- Pero si apenas tardamos una hora y media porque no había tráfico- añadí.

- Si pero recuerda que yo soy de Virginia y estoy de visita en los mejores centros comerciales de Sant Louis en búsqueda del vestido perfecto, así que a partir de aquí se cerraran las preguntas ¿si?.- me observó con reproche para asegurarse de que no preguntase más.

Asentí sorprendida de lo mucho que podía aguantarme esa chica.

El chofer se bajó primero para abrirle a Sofia y ayudarla a bajar mientras yo lo hacía de manera voluntaria, caminamos hacia el centro comercial hasta que Sofia se detuvo a contemplarlo de pies a cabeza. Era inmenso y lucía elegante al tener una estrella gigante como la de StartMaker, en la entrada habían unas letras en grande que decían "Mall of America".

- ¿Dime alguna vez en tu vida has venido para este centro comercial?- preguntó Ana mientras observaba a la gente salir con grandes bolsas de marcas.

- Eh...

- La verdad - añadió estrictamente.

- No.

Suspiró con decepción.

-Bien, tenía que preguntártelo para advertirte que muchos suelen "emocionarse" la primera vez que entran.

La miré extrañada cuando acudió a las comillas.

- Ok , ¿Mas o menos a que te refieres Sofia?.

Me miró hacia un lado como si supiera lo que vendría a continuación.

- ¿Te gustan las montañas rusas no es así? - preguntó con el fin de determinar algo.

- Pues por supuesto, me he montado en varias...

- Bien- me cortó- Solo entremos y cuando veas algo que realmente te llame la atención pues controlate, ¿Bien?.- agregó seriamente.

Solté una carcajada muy conmovida de su actitud.

- ¿Acaso me conoces? por que yo no. - solté entre risas .

- ¿Que?- preguntó alarmada.

- Nada- aseguré seriamente adelantándome- ¿Vienes o que?- pregunté desde la puerta.

Ana se dirigió con elegancia sin poder evitar lucir su amplio y costoso bolso de cuero exclusivo de Nine West que colgaba desde su brazo como un maniquí. Muchos la observaban de reojo como si fuera una súper modelo o al menos eran conscientes de que imitaba a una en muchos sentidos, la pobre intentaba imitar a una kardashian o a Cara Delevigne con tanto maquillaje en el rostro y por consiguiente no se estaba esforzando lo suficiente. Burlarme de otros no estaba en mi sangre pero desde mi punto de vista consideraba que la belleza natural es lo que te hace rejuvenecer y llamar más la atención si era lo que se pretende al usar una base y varias capas de polvo con diferentes tonos.

A medida que pasábamos las tiendas de menos necesidad pude notar que una chica menor de quince se había detenido junto a una señora desde una zapatería sólo para contemplar el vestido blanco de doble pieza que llevaba Ana Sofia, era un vestido extremadamente elegante y práctico para salir, a excepción de que era de falda corta y acampanada y la parte de arriba era escotada y muy descubierta para una persona de poco busto.

Muchas niñas adolescentes susurraban entre sí apenas veían a Sofia pasar por delante de mis narices.

- Esa chica si sabe lo que es moda, me gustaría vestirme así cuando cumpla mis quince años - exasperó una pelirroja observando los tacones empinados de la chica.

Al parecer Sofia no se percataba de los halagos, solo seguía caminando con elegancia hacia su objetivo, probablemente la costumbre es lo que hace imparable hacia los demás, como si estuvieran contemplando a la mismísima Megan Fox. Algunos que otros chicos no podían evitar desviar su atención al ver sus piernas descubiertas pasar, traté de no sentir envidia así que me apresuré al paso de Sofia que miraba hacia ambos lados buscando una tienda.

- Ana... - la llamé pero me chistó. Corrí para estar de su lado pero sin embargo no me tomó en cuenta.

Subimos por un elevador eléctrico hasta llegar al centro de las tiendas de marcas, Sofia observaba muy distraída a los maniquíes a medida que avanzábamos, hasta que se fijó en un maquí que llevaba un hermoso vestido de coctel rojo brillante.

- Me gustó- exclamó muy decidida. Tomó de mi ante brazo y me condujo muy convencida hacia la tienda.

 © Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora