Capitulo 13

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Enseguida me detuve al rozar el lápiz sobre la hoja.

- William, eh.... Me refiero al lugar donde naciste.

- En una cabaña dentro del bosque de la luna- respondió muy seguro de sí mismo.

Lo miré perpleja.

Si llamaba a la policía lo más probable sería que el niño terminase en un orfanato, asistiendo por fechas determinadas a un Psicólogo infantil por tener una demencia e imaginación súper desarrollada. Pero en dado caso si no accedía a ayudarlo por mi cuenta, terminaría por sentirme mal conmigo misma. La policía lo más probable que pudiese llegar a ser, sería internarme en un manicomio con el cuento de que apareció en mi habitación y desapareció de la nada apenas me di la vuelta.

Suspiré de manera profunda al darme cuenta de que no tendría otra escapatoria y agregué la información ficticia.

- Muy bien, eh... ¿Recuerdas el nombre de tus padres?

Miró al techo revolviendo sus recuerdos.

- Mmm no exactamente, recuerdo que mi padre prefería que lo llamase Donald, era su personaje favorito de Mickey Mouse.

-Oh bien- exclamé no muy convencida. Su familia podría llegar a tener problemas.

- Bueno William... - coloqué la libreta a un lado de la mesa- Espero que me estés...

Fui interrumpida por el timbre.

- Espérame aquí- me acerque hacia la puerta y me giré hacia el apuntando con el dedo- No te muevas niño.

El asintió inmóvil desde la encimera mientras jugaba con sus dedos.

Abrí la puerta y vi al repartidor de pizza empapado de agua, como si llevase tiempo ahí parado. Me entregó la pizza y una botella de refresco a parte.

- Gracias- le tendí diez dólares y cerré la puerta.

Dejé la pizza sobre el comedor junto al refresco, mi estómago comenzó a rugir y sin ganas de esperar abrí la caja sin poder evitar hipnotizarme por el olor, pero primero me volví hacia donde estaba sentado el niño que intentaba ignorar la pizza.

- ¿Tiene hambre?- le pregunté.

El asintió muy silencioso con el rostro apenado y sonrojado, toda una ternura.

Cogí dos platos del estante y le tendí uno en sus manos junto a un vaso en señal de que se sirviera. Los tomó y se sentó muy paciente sirviendose dos trozos nada más, lo cual yo hice lo mismo.

Mientras masticaba y digería no podía evitar observarlo, me parecía muy extraño la manera en que disimulaba su hambre, de seguro llevaría semanas sin probar un bocado y lo primero que hace es comer decentemente, como si estuviera bien alimentado. Tenía demasiadas preguntas que formulaba mi curiosidad, pero la que más rondaba era sobre cómo había desaparecido de esa forma, pensar en cada una de las opciones más ficticias me aterraba en sí. Tal vez fuese un acto de brujería, o lo más probable, que hubiese saltado por la ventana.

Una vez que acabó su plato inspiró profundamente como si estuviese satisfecho.

- Gracias Isis.

Lo miré perpleja, nunca nadie me había dado las gracias por brindarle un trozo de pizza, y mucho menos un niño.

- Eh... Bueno como sea, ahora necesito que me sigas respondiendo con sinceridad William.

- Y eso es lo que estoy haciendo Isis.

Enmudecí por unos segundos. ¿Los niños suelen mentir? ¿No?.

- William, esta tarde apenas llegó mi madre... ¡desapareciste de la nada!- exclamé.

El frunció el ceño muy confuso.

- Por supuesto que no desaparecí, me oculté detrás de tu puerta y luego debajo de tu cama.

Puse los ojos en blanco. ¿Porque no revisé antes de armar un alboroto?. Que susto.

- Pero... Eh... Y ¿desde hace cuanto llevabas ahí?, No me digas que escuchaste...

- No llegué a escuchar mucho, salí antes de que se fuese tu madre, no te diste cuenta porque estabas pensando sobre que vestido usar para la fiesta ya que no tienes...

- Shhhh, ya para, esta bien ¿si?- estaba atónita, un pequeño desconocido sabía una pequeña parte de mi vida. Ohhh esto es malo.

La puerta sorpresivamente comenzó a emitir varios golpecitos.

- ¡Isis!- exclamó mi madre.

Puntualicé con el dedo las escaleras para que desapareciera por ahí y enseguida corrió hacia ellas.

- ¡Voy!- exclamé dándole algo de tiempo para que se marchara.

Cogí su plato vacío y lo monté sobre el mío para disimular su presencia.

 © Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora