Capitulo 25

2.5K 269 17
                                    

Un flameante olor me despierta en la mañana. Salto de la cama para inspeccionar en la cocina y lo primero que veo es a William cocinando en la sartén medio trozo de mortadela, apenas me ve apaga la cocina y deja que el jamón respire un poco.

- Valla, no sabía que amabas tanto al jamón- comenté mientras tomaba asiento en el comedor.

- Es que... Considerando su jugoso sabor tiene algo irresistible que lo atrae hacia mí- observó la mortadela oscurecida cono si hubiera sido la primera vez que se enamora.

- Vale, vale y... ¿Acaso piensas comerte todo eso? .

- Bueno, pues ¿porque no?.

Lo observé horrorizada. Esto no era amor, simplemente era una exagerada obsesión. Me di la vuelta sin decir más nada para arreglarme y tomar una ducha. Hoy será un día importante, un día en el que dudo que tal vez pueda llegar a olvidar así de fácil. Hoy era el cumpleaños de Dylan Mosquew y mientras tanto yo no pensaba en ir principalmente por tres cosas: primero no tenía ánimos de asistir, segundo no lo conozco pero he oído de él y tercero no tenía un maldito vestido para ponerme. Así que para empezar asistir no estaba en mis planes por lo que podría usar mis tres opciones : ponerme al día con William, hablar durante todo el día con Tessa o leer un libro a excepción de crepúsculo.

Mi celular comenzó a emitir el tono de llamada de Ariana Grande into you, contesté rápidamente sin inspeccionar quién era.

- ¿Diga?

- Estúpida soy yo, ven a la casa de mi tia, tengo que mostrarte algo pero rápido. Me avisas cuando vallas saliendo ¿si?, te quiero adiós...- colgó sin esperar respuesta.

Comprobé la hora y apenas eran las ocho de la mañana, rebusqué en mi armario lo menos crítico para Ana Sofia: Unos jeans súper ajustados que casi nunca usaba, una camisa holgada manga larga que según ella me hacía resaltar más y unos botines de tacón alto. Me observé en el espejo y noté que lucía igual de sencilla como Anastasia Stelle. Miré de nuevo hacia el armario y antes de rebuscar vi una falda con varios tipos de verdes surtidos, como un marco decorado con únicamente salpicaduras de distintos tamaños.

-Esa falda podría ser.. - pensé por un momento y enseguida me la puse.

Me miré en el espejo y satisfecha pude notar que lucía algo profesional o a la moda por así decirlo. Hasta incluso me sentía más cómoda llevándola puesta aprovechando que era algo acolchada. Me peiné por única vez después de tres días e increíblemente mi sedoso cabello no tenía ni un sólo nudo. Una ventaja para las chicas de cabello fino. Puse mala cara al darme cuenta de que tendría que llevármelo suelto tan sólo para complacer a la princesa mimada. Delineé mis pestañas y usé solo un poco de maquillaje natural para destacar mi pálido rostro.

- ¡Isis!, ya está listo el desayuno- llamó William desde la cocina.

- ¡Voy!-Corrí hacia la cocina y velozmente tomé asiento impaciente por la comida.

- ¡El desayuno está servido!- El adorable niño sirvió un pequeño plato de macarrones con queso, colocando a ambos lados los cubiertos y una servilleta.

- Gracias, pero no tienes que ser tan decorativo ¿sabes?, estamos en una casa, no en un restaurante- corregí amablemente.

- Tu sólo come- agregó con el tono sarcástico como si fuera una madre.

Luego de haber probado varios bocados pude sentir que el queso estaba un poco simple.

- ¿Podrías pasarme la sal?.

 © Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora