Capitulo 20

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- ¡Isis! - llamó Ana Sofia alzando la voz.

Corrí hacia los probadores sin entender el porque de su llamado. Medio abrió la cortina y me tendió el vestido rojo junto con el azul.

- Me llevaré el rojo pero quiero probarme los otros para decidirme bien ¿te parece? - preguntó mientras cogía los dos vestidos con sumo cuidado a pesar de que eran pesados.

- Mjm - asentí. Era muy obvio que con uno no se conformaba, desde luego el dos y el tres eran sus números favoritos.

Salí de los probadores para meter el vestido en una cesta pero enseguida apareció la rubia y me quitó ambos vestidos mientras lo colocaba en un gancho para colgar.

- Eh... Ella dice que llevará el rojo- comenté.

Me miró de reojo como si ya lo supiera.

- Desde luego lo presentía, casi todas las chicas de ese tipo suelen llevar lo más extravagante y llamativo sólo con el echo de ser costosos. Colgó el vestido azul de nuevo en su sitio y se llevó el rojo para la caja manteniéndolo en una gran cesta.

No pude evitar poner los ojos en blanco al ver que llevaba el vestido negro en sus manos. ¿Hace cuanto lo había bajado?. Se dirigió hacia donde estaba y me lo tendió amablemente.

- Me gustaría que se lo pruebe, es que nunca nadie se ha molestado en probarlo y no sé con exactitud que talla será- exclamó depositándolo en mis manos extendidas.

Bueno, desde luego ¿que tendría de malo probarlo?.

- ¡Isis!- Llamó Ana Sofia nuevamente.

Le entregué el vestido nuevamente en sus manos tímidamente.

- Disculpe pero enseguida regreso ¿Si?- la chica asintió levemente.

Me volví hacia donde estaba Ana mirándose nuevamente en el espejo. Esta vez no se veía tan emocionada como la vez anterior, se veía más aburrida.

Llevaba un vestido que tenía gran parecido con el amarillo de Bella con la diferencia de que este era fucsia. Me gustaba de igual forma que el azul pero este era más oscuro y tenía menos encajes, desde mi punto de vista era más simple, como el de una quinceañera.

- No me gusta como te luce- comenté sin ganas.

- Exacto, es muy fuerte, el rojo desde luego es mi color porque soy una reina- me guiñó un ojo y sonrió como si estuviera haciendo un comercial para promocionar galletas. Apenas entró a los probadores arrugué la nariz y negué hacia ambos lados varias veces, realmente no era lo que quería decir, sus estados de diva eran irracionales. Realmente me costaba entender a la gente así.

Me devolví hacia donde se encontraba la chica con el vestido a la mano, lo tomé y me guió hacia un probador bastante amplio para probarlo.

Apenas me lo puse me miré en el espejo durante unos pocos segundo, realmente me encantaba, el vestido resaltaba en la  luz como si fuese verde marino o azul oscuro, el negro podía notarse más estando en una sombra o con poca iluminación. Realmente nunca había logrado entender mi gran amor hacia la elegancia gótica, siempre me hacía sentir como una reina fuera de su trono, los colores vivos siempre eran escogidos por muchos debido a la atracción del buen clima, pero siempre mi atracción había estado del lado gótico y hippie. Escoger algo distinto me hacía sentir diferente, distinta y eso me gustaba mucho, nunca fui una más del montón y por ese motivo alcancé a ser solitaria.

- Le queda hermoso- exclamó mientras daba vueltas inspeccionando la cola del vestido- nunca nadie antes se había detenido a mirar tanto ese vestido, la mayoría escoge los otros por ser colores llamativos y de suerte, pero ese le queda...

 © Las bestias inmortales (Tomo I) / #Wattys2016/ #PlumaReal2017/ #UHAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora