Capítulo 4: Dos días (Mari)

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Decidió recoger sus cosas, e ir junto con los demás al panel Smash de la salida del templo.
Sus acompañantes le seguían, para volver al puente de Eldin.
Quería alcanzar a Silvi que iba en cabeza, para preguntarle si quería irse con ella a su escenario.
Al llegar al panel, sólo vislumbró a Shulk y Lucina, que volvían a su campo.
-¿Donde está Silvia?- preguntó ella con curiosidad.
Ellos dos se percataron de su presencia, y se giraron.
- Ha ido a darle algo a Chus, según he entendido- le respondió Lucina.
- Sí, y parecía tener algo de prisa, la verdad- le dijo Shulk- Bueno, nos vemos.
Y tras despedirse, ambos volvieron a Altárea.
¿Donde podría estar Silvia?
Cruzó el arco de entrada del templo, y recorrió el puente de madera, hasta llegar a sus puertas. Entró, y comenzó a buscarla.
Miró en la cocina, en las termas, en la sala del altar, pero no había ni rastro de ella.
Llegó hasta un jardín, amplio y bonito. A lo lejos, vislumbró un gran roble, y decidió mirar allí también.
Nada, no estaba por ningún lado.
Había pasado por alto varios caminos del interior del templo, y decidió ponerse en marcha.
De entre unos matorrales, escuchó un siseo. Se movía de izquierda a derecha, y hacía bastante ruido.
-¿Silvia, estás ahí?- preguntó ella.
Se acercó al arbusto, y apartó sus hojas. Ante su asombro, no había nada.
Al darse la vuelta, dio un fuerte brinco. Se había asombrado a manos de Palutena, que estaba detrás de ella.
- Uf, qué susto- dijo Mari aliviada.
La diosa le sonrió.
-¿Cuantas visitas vamos a tener esta noche?
- Perdón por molestar, pero estaba buscando a Silvia. Quería que se viniese conmigo al castillo de Hyrule- le informó Mari a modo de disculpa.
- ¿Silvia? Se ha ido hace unos minutos- le dijo Palutena sonriendo.
- Se me ha escapado. Bueno, volveré con mis tres acompañantes- dijo ella, y se dirigió una vez más al panel Smash. Allí le estaban esperando Zelda, Link y Sheik. Al verle, ellos sonrieron.
Volvieron los tres juntos a su escenario.
Caminaron por la nocturna Hyrule del Twilight Princess, hasta llegar al castillo. En una de sus habitaciones descansaba Mari.
Era una sala mediana, con una ventana, una mesita con un libro en blanco, una cama, y un armario
Fue a descansar ante el día que había pasado.
Encontrar todos los ingredientes de la sopa del yeti, y acompañar a sus amigos a las termas había sido muy agotador, y ya no podía mover un dedo.
Se cambió de ropa, y se puso un bonito pijama que había en su armario.
Era naranja, con grandes líneas azules que lo recorrían.
Se tiró en su cama, y comenzó a dormir.
A la mañana siguiente, el sol la despertó a primera hora de la mañana.
No necesitaba dormir mucho para volver a estar llena de energía.
Fue hasta el libro, y comenzó a escribir un pequeño diario de sus días allí.

"Ayer estuve con Link en la mansión del yeti, en el pico nevado, buscando los ingredientes de la sopa. Cuando fuimos al bar de Telma para dejar una ración de la sopa, vinieron a recogerme mis amigos para que les acompañara. Estuvimos en las termas del templo de Palutena, y tengo que admitir que me divertí mucho. Estar en Smash es todo un sueño.

Se levantó de la silla, y fue al armario. Se puso ropa de calle.
Una chaqueta roja, unos pantalones largos vaqueros, y unos bambos negros.
Cuando salió de su cuarto, escuchó unas bellas notas musicales, provenientes de un arpa.
Bajó las escaleras, y llegó al vestíbulo de entrada. Allí estaba Sheik, acariciando con leves movimientos las cuerdas de su instrumento.
Reconoció la melodía. Era Preludio de Luz.
En un lateral de la sala, una ocarina comenzó a acompañar con suaves notas los bellos movimientos del arpa. Era Link. Interpretaron la pieza unos minutos. Parecía que ofrecían todo su esfuerzo y pasión al tocar, mezclando una cantidad variada de sentimientos.
Al terminar, ella les felicitó aplaudiendo, entusiasmada.
Zelda bajó por las escaleras.
- Mari, es hora de que sepas las reglas del torneo.
- Vale, quiero saberlas- le respondió ella.
Le contó cada detalle, y le resumió en unos segundos todas y cada una de las normas.
- Vaya, es bastante complejo todo- dijo Mari- Mi dominio quiero que sea la magia.
Zelda asintió con una leve sonrisa.
- Te mostraremos el camino- le dijo Sheik.
Link le sonrió cerrando los ojos.
- Sí, y yo aprenderé gustosa- respondió.
Una débil alarma llegó a sus oídos.
Link le agarró de un brazo. Cruzaron los jardines y la muralla, y le llevó con Epona al puente de Eldin, al panel.
Mari escuchó.
Chus había saludado.
¿Qué tal? ^^ - dijo ella.
-¿Quedamos todos para ir a algún sitio?- preguntó Chus.
- En...¿El campo neutro?- preguntó Luis.
- Por mí vale- dijo Mari.
Al acabar la llamada, se despidió de Link, con un fuerte abrazo.
Al separarse de él, pulsó el campo neutro y se reunió con sus amigos.


Que comience el combate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora