Silvi fue transportada a un campo aleatorio, huyendo de los acompañantes, que se habían tornado contra ellos.
No sabía qué ocurría, y menos qué hacer, pero quedarse quieta esperando su desaparición no era una opción.
Se encontraba en Las Islas del Paraíso, lugar donde ella y Taty habían pasado una animada tarde, cuando estaba peleada con Chus, en su día.
¿A dónde ir? ¿Esconderse, o mejor salir de allí y ayudar en lo que pudiese? Si salía, lo más seguro es que la mataran, pero no podía permitir que muriera alguno de sus amigos en esa batalla.
De pronto, cerca de la orilla, apareció un acompañante, decidido a acabar con ella.
Eran Samus, con su traje, y Pit, el ángel.
- No intentes escapar- dijo Samus, con una voz hueca.
- No hay escapatoria, él puede veros allá donde vayáis- dijo Pit, hipnotizado.
Dio un paso atrás, intentando huir, pero vio que el panel había desaparecido.
- ¿Dos contra uno? Eso es hacer trampas- dijo ella, mordiéndose el labio inferior.
- ¡Silvia!- gritó alguien por allí cerca.
- ¡Mari, estás aquí!
Su amiga, Mari, había acabado en el mismo lugar que ella, y aproximándose a ella, la saludó con una mano.
- Luchad o morid- dijo Pit, apuntándolas con su arco, al igual que Samus, que apuntaba con su cañón.
- No queda otra- dijo Mari, extrayendo un libro de hechizos de alguna parte.
- Vamos- Silvi se ajustó sus guantes de combate, mientras se ataba una cinta a la frente, y sus zapatos desaparecían.
La una con el dominio de magia, y la otra con el dominio lucha, se preparaban para un combate de vida o muerte.
- Morid.
- ¡Eso habrá que verlo!- dijo Silvi, esquivando una flecha, mientras Mari hacía lo mismo.
- No hay otro camino, debemos acabar con ellos- dijo Mari, abriendo su tomo mágico.
Lo siento, chicos pensó Silvi.
Tras eso, se lanzó contra ellos, asestándole un puñetazo a Pit, o al menos intentándolo, pues este la esquivó, con una rápida vuelta, colocándose a sus espaldas.
- ¡Fuego!- conjuró Mari, mientras alzaba una mano.
Pit contraatacó, intentando rasgar a Silvi con una de las cuchillas de su arco, pero ella lo agarró de la muñeca, y con una ágil voltereta, le asestó una fuerte patada en el pecho, tirándolo hacia atrás.
No lo mataría si no lo atacaba con sus puños, pero solo intentaba despertarlo, por si había alguna oportunidad.
Mari esquivó un misil, y lanzando un nuevo hechizo, se aproximaba a su contrincante.
Pit se levantó, y lanzando una flecha hacia ella, se reincorporó.
Mari la desvió, y dando una vuelta sobre sí misma, lanzó un rayo, en dirección a Samus.
- ¡Pit, despierta!- gritó Silvi, dándole otra patada a la pierna, haciendo que este se arrodillara.
Tras eso, se agachó, y mirándolo a los ojos, le sonrió.
- ¡Aaaaah!- gritó este, atacándola con ambas cuchillas.
- ¡Sueño!- gritó Mari, mientras tocaba rápidamente a Samus con una mano.
Su contrincante cayó al suelo, desplomándose sobre la suave arena.
- ¡Pit, soy yo, Silvia!
- ¡No, cállate!- dijo este, llevándose las manos a la cabeza.
- ¡Libérate, y vuelve con nosotros!
- Yo... No, no puedo...
Esquivó otro de sus ataques, e interceptándolo, lo retuvo con el brazo, inmovilizándolo.
- ¡Despierta, debes hacerlo!
- ¡No puedes...! ¡Silvi, ayúdame!- gritó el ángel, luchando contra aquello que lo controlaba.
- Está hecho, amigo.
Dio una vuelta atrás, y alzando ambas manos, sostuvo la llave espada en ambas manos.
Su habilidad de videojuego era la de Kingdom Hearts, siendo capaz de empuñar la llave espada.Realizó varios mandobles al aire con ella, y levantándola, apuntando hacia el cielo, recargó un rayo de luz.
- ¡Para!- gritó este, dispuesto a atacarla, cuando alguien lo agarró del brazo.
- Nunca te estarás quieto, ¿eh?
Pit Sombrío lo inmovilizó, esperando a que Silvi recargara del todo lo que hacía.
- ¡Dame fuerzas!- tras eso, se abalanzó contra Pit, e introduciendo el extremo de la llave espada, la giró, en un haz de luz, desapareciendo la espada en varios pequeños destellos.
Este intentó resistirse, pero su opuesto lo sujetaba, hasta que la oscuridad salió de él.
Cayó al suelo, con las manos apoyadas en él, mientras respiraba con dificultad.
- Bien hecho- dijo Mari. sonriendo.
- No ha sido nada fácil- dijo Silvi, mientras jadeaba.
- Pit, ¿estás bien?- preguntó Pit Sombrío.
- Sí... ¡genial, muchas gracias!- tras eso, abrazó a los tres, riendo.
Los cuatro rieron, incluyendo al oscuro ángel, mientras se abrazaban, en un corro.
Pit miró hacia arriba, y asustado, los empujó, con un fuerte movimiento, que los echó hacia atrás.
Un gran rayo azul cayó sobre él, haciendo que cayera al suelo, boca arriba.
- ¡Pit!- gritó Silvi, yendo hacia él.
Estaba tosiendo, y su ropa, al igual que su piel, estaban un poco quemadas. El impacto había sido muy fuerte.
- Vamos Pit, no nos dejes- dijo el otro ángel, intentando levantarlo.
- No, tenéis que huir- dijo dificultosamente Pit- Debéis... Proteger a... Chus- varias lágrimas recorrieron sus mejillas.
- Esto no tiene por qué acabar así- dijo Mari, intentando curarlo, pero por alguna razón, su magia no hacía efecto en él.
- Salvadlo...
Tras eso, su mano cayó inerte, y sin más, desapareció.
- ¡No, Pit!- gritó Silvi.
Sin vía de escape al alcance, pues el panel había desaparecido, no les quedaba otra que esperar a que otro rayo los alcanzara.
Varios de ellos cayeron, cerca de ellos, hasta que una pequeña luz se aproximó a ellos.
- Seguidme- dijo la luz, haciendo que desaparecieran.
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Que comience el combate.
FantasyUna tarde, ocho amigos se reúnen para divertirse junto a la WiiU. Deciden jugar a Super Smash Bros, y ocurre algo increíble. Los marcadores estarán igualados. Por una serie de cosas, acaban participando en un torneo Smash, que les creará varias emoc...