Capítulo 16: No abras la puerta.

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La neblina se dispersó un poco, dejando así que vieran lo que había a su alrededor. David y Sergio se preparaban para afrontar su prueba en... Una cueva oscura.

- ¿Dónde se supone que estamos?- preguntó David, mientras miraba a todos lados.

- Ni idea, pero no recuerdo que hubiera una cueva entre los escenarios...- respondió Sergio, pensativo.

Tal vez solo se tratara de una sala anterior al desafío, que para ellos sería el lago de la foto, pero por algún motivo, nada en el lugar cambiaba.

Un camino se mostraba al fondo, por detrás de unas estalagtitas que colgaban del techo de la tétrica cueva.

- Al menos, movámonos- dijo Sergio, mientras comenzaba a caminar hacia la entrada.

David asintió con la cabeza, y extrañado, comenzó a seguir a su compañero. Todo era muy raro en aquel momento, pero decidieron continuar con la prueba.

Tras andar por un camino de piedra, que se componía de un tipo de roca negra y muy gruesa, se adentraron en un pasillo que parecía estar recubierto de finas láminas de color naranja a cada uno de los lados de la cueva, con varias antorchas sujetas a ellas. De pronto, todas se fueron encendiendo simultáneamente, mientras el lugar se iluminaba de principio a fin.

- No son clamores, pero al menos nos reciben con gusto- dijo chistoso David, intentando liberar tensiones. Aquel lugar daba escalofríos, y eso podía verse en ellos.

Al fondo, sin más salida que esa, había una puerta de madera, agrietada y marrón, la cual incitaba a abrirla y salir de aquel lugar. Se fueron acercando lentamente, pero antes de abrirla, decidieron ver qué es lo que harían.

- ¿La abrimos? No me da muy buena espina, la verdad- dijo Sergio, mientras agarraba pero no giraba el viejo pomo. No sabía qué habría tras ella.

David por su lado decidió tomarlo como una broma, para que fuese más llevadero.

- Seguro que al otro lado hay... ¡Un lago! La prueba era en él, ¿no?- intentó animar, mientras sonreía sin miedo.

- Uh, sí, tienes razón- contestó Sergio, haciendo que el pomo cediera poco a poco.

La puerta se abrió, y el sonido que pudieron escuchar fue como el de una gran ráfaga de viento. Cuando estaba abierta, pasaron por ella precavidamente, y mirando hacia todos lados, aunque no lograban divisar nada a su alrededor. Era como si estuvieran flotando en la nada.

- Bah, volvamos, aquí no hay nada- dijo Sergio, mientras se dirigía a la puerta del pasillo nuevamente.

De pronto, la puerta dio un portazo, y con ella el sonoro sonido de una llave al cerrarse, que resonó por todas partes.

- ¿La has cerrado tú?- preguntó David, mirándolo asustado del golpe.

- No he llegado a tocar la puerta- dijo Sergio, mientras serio miraba hacia delante. En aquel lugar comenzó a escucharse una voz. Era grave, y salía de algún sitio, aunque no supieran de donde.

- Vaya vaya...- comenzó diciendo- ¿A quiénes tenemos aquí?

- Hola premo OwO- dijo David inocentemente, mientras sonreía. Pensaba que solo se trataba del comentarista, queriendo darles un susto.

- ¿Es esto una broma?- preguntó Sergio, confuso, mientras no parecía comprender nada.

- No, para nada- respondió la voz- Mejor dicho, os doy las gracias.

El silencio se mantuvo en la sala por unos instantes, mientras esperaban escuchar el motivo.

- Este lugar- dijo él, mientras continuaba- era mi prisión, y vosotros me habéis liberado.

Ambos chicos se mantuvieron callados, hasta que uno de ellos rompió el silencio.

- Pero... ¿Por qué estabas encerrado?- preguntó David, mientras miraba al techo de la oscura sala, sin vislumbrar nada.

Tras un breve suspiro, el hombre cedió la respuesta.

- Fueron ellos, los generales de Smash Bros y sus asquerosos personajes, los que me mantuvieron encerrado aquí hasta el resto de mis días. Gracias a vosotros, ya tengo la puerta abierta, y mi venganza se cobrará pronto.

- ¿Cómo has conseguido traernos hasta aquí? Esto no era parte de la prueba- preguntó Sergio atónito- ¿Y cómo que venganza? ¿Qué piensas hacerles?

La voz comenzó a reír.

- No os preocupéis; a vosotros, mis amigos, no os afectará mi venganza. Sufrirán por lo que me hicieron.

- ¿Y por qué te encerraron aquí?- preguntó David con curiosidad. No le gustaba lo de la venganza, pero tal vez no fuese nada grave.

La voz tardó unos momentos en responder.

- No poseo un videojuego propio, y por ello, decidieron encerrarme para que no defraudara el nombre de Smash. Solo buscaba ser un jugador más, pero ellos no me dieron ese puesto, y encima me encarcelaron aquí- sus palabras transmitían enfado.

- Vaya...

- Y como agradecimiento a vuestra gran labor, me gustaría daros un regalito, que arreglará todos vuestros problemas en esta prueba- tras esto, una pequeña esfera brillante de color azul flotó por el aire hasta ellos, donde esperaba que alguno la cogiera- La necesitaréis para ganar la prueba, y eso os sitúa en primer lugar.

- Eso es hacer trampas- recriminó David, mientras que le daba un manotazo a la esfera, cayendo así al suelo.

Sergio, por su parte, se agachó a recogerla, mientras se la guardaba en el bolsillo.

- Si nadie se entera, nadie sabrá que es trampa. Además, si teníamos que conseguirla por nuestros medios, consiguiéndola así no significa que no la tengamos- justificó Sergio, mientras se echaba las manos a los bolsillos.

- Bien dicho- le dijo la voz- Me ocuparé personalmente de que ganéis la prueba, y si hace falta el torneo. Más bien, a ti, Sergio. Vas a ser el ganador.

El chico sonrió, mientras se mantenía inerte en su posición.

David lo miró de reojo, como si su elección le molestara.

- Y ahora, gana la prueba- continuó, mientras el suelo se abría, haciendo así que cayeran durante una gran altura, por el cielo.

Al cabo de unos instantes, cayeron en un gran lago, lleno hasta arriba de agua. Era precioso, y brillaba con el sol.

Empapados, salieron a la superficie, bajo los rayos del sol.

La esfera azul del bolsillo de Sergio comenzó a brillar, y lo último que vieron fue un gran resplandor.

Al despertar, se encontraban a la sala en la que estaban antes de entrar cada uno a sus respectivas pruebas. El comentarista los recibió a aplausos.

- ¡Enhorabuena! Habéis sido los primeros en conseguir la perla y reuniros los dos para concluir la prueba.

Si la conseguían, pero ambos integrantes del grupo no estaban juntos, no finalizaba el desafío.

- Jajaja, ¡qué guay, somos los primeros!- dijo Sergio riendo, mientras veía como sus nombres salían en el primer puesto en una gran pantalla.

A Sergio esto le hizo mucha gracia, pero a David no tanta. Eso era hacer trampa, y nada más. Enfadado y decepcionado, decidió largarse de allí.

- Me voy- y tras eso, fue a su campo, el escenario en el que estaba establecida su base.

- Vaya... Menudos humores- dijo Sergio, mientras disfrutaba de su victoria, solo.




Que comience el combate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora