Acabemos con esto.

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Nica llegó a una nueva sala, en la cual todo lo que la rodeaba era oscuridad. 

- ¡Suitneb, da la cara!- gritó ella, mientras apuntaba con su lanza al frente, decidida a todo. 

Las luces comenzaron a encenderse, cegándola por unos instantes. 

Pudo ver a sus amigos apoyados en la pared, en el extremo opuesto del lugar. Estaban dormidos, sin moverse. 

Era una sala muy parecida a la anterior, solo que esta tenía el techo al descubierto, permitiendo ver los negros nubarrones. 

- Veo que al fin has llegado a mí- dijo Suitneb, mientras con las manos en la espalda, andaba al centro de la sala. 

- Así es, te haré pagar por todo lo que le has hecho a mis amigos- respondió Nica, enfadada. 

- ¿Te refieres a Bentius? Ese inútil no estaba a la altura de ser mi hermano- dijo sonriendo- Sacrificarse por una humana...  Vergonzoso. 

- ¡Cállate! No tienes derecho a criticar a los demás, ¡cuando eres tú el que debería desaparecer sin dejar rastro!

- Ilusa... Yo soy el que lo controla todo- dijo riendo él- Ni siquiera tú eres capaz de salvarlos a todos. 

- Te demostraré lo contrario- dijo ella, empuñando la Falchion. 

- A ver de qué eres capaz. 

Este le lanzó una pequeña espada, como cuando se conocieron, y ella la cogió al vuelo. 

- Le pertenecía a mi hermano- dijo Suitneb- No le sirvió de mucho. 

Nica la miró detenidamente. Era morada, con varios trazos de color rojo, que hacía varias aureolas en torno a la hoja. 

- Me vengaré... - dijo ella, haciendo desaparecer la Falchion, y agarrando la que perteneció a Bentius. Era ligera, y fácil de agarrar. Sin duda, era un arma espléndida. 

- Vamos allá. 

Tras decir eso, varias esferas de oscuridad volaron hacia ella. De pronto, sintió que la espada no le respondía a su manera, y se movía sola en sus manos, desviando las bolas oscuras. 

Vaya, es increíble pensó ella, mirando la espada. Era como si tuviera vida. 

Se abalanzó contra él, y asestando un rápido corte, Suitneb apenas pudo escapar de él. 

- Eres muy rápida- dijo él, mirándola. 

- Bentius me ayuda- respondió Nica, sonriendo. Aun cuando no estaba con ella, Bentius la apoyaba. 

Suitneb fue hacia ella velozmente, pero con un rápido salto hacia atrás, impidió que la agarrara, contraatacando. 

Él desapareció por un momento, transportándose a otro punto de la sala. 

- ¡Eso es trampa!- dijo ella, alzando su espada. 

- No hay reglas en este juego- dijo él, relamiéndose la sangre que le salía de la mejilla, por un pequeño corte. Después de todo, había conseguido alcanzarlo. 

La espada comenzó a aumentar su poder. 

Nica saltó con la espada en mano, y cayendo al suelo, intentó llevarse por delante al villano, sin éxito. 

Cuando fue a reincorporarse, algo la agarró del cuello. 

- ¿Te crees mejor que yo? 

Ella, recordó el momento en el que lo vio por primera vez. La agarró del cuello, como ese mismo momento, pero esta vez no caería. 

Que comience el combate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora