Forbidden Creatures

Capítulo 10

Mis ojos se sienten cansados cuando termino mi segunda clase del día. Los últimos dos días me mantuve casi toda la noche despierta, estudiando, y ahora me siento como si pudiera hacer mi examen dormida.

Salgo de la clase y me encuentro con mi amiga quien me sonríe divertida y me agarra del brazo.

-Amiga, te ves espantosa hoy -dice con una sonrisa burlona y yo río falsamente.

-Apenas dormí ayer -admito y Clara niega con la cabeza, su sonrisa no desaparece.

-¿Cuándo vas a intentar dejar de ser la mejor de la clase? Eso de pasarse la noche estudiando para sacar un diez te está pasando factura.

Esta vez si que río y ella lo hace conmigo. La acompaño a su taquilla y luego nos sentamos en un banco en el patio, como en los viejos tiempos, antes de que todas estas cosas raras empezaran a pasar.

Acabamos hablando de cosas triviales, nunca tocando el tema de mis problemas ni de su secreto. Ella se ríe de cómo su profesor de química se equivocó de botella al hacer una reacción porque unos alumnos le habían cambiado las etiquetas y yo me uno a ella. Está bien que por una vez no piense en nada de lo que me acontece últimamente.

Estos últimos dos días han sido una tortura para mí. El pensamiento de que Dylan y sus amigos sean criaturas... malvadas hace que escalofríos recorran todo mi cuerpo de arriba abajo. Pero sigo sin poder créemelo, se siente tan imposible pero aún así no puedo quitármelo de la cabeza.

La voz en mi cabeza apenas se calla un minuto, siempre tiene que decir algo y me está sacando de quicio poco a poco. Me siento como si de verdad me estuviera volviendo loca. Pero lo peor no es que no se calle, es que todo lo que dice taladra mi cerebro y hace que empiece a dudar todo lo que me rodea. ¿Y si estoy soñando? Puede que esto solo sea un mal sueño del cual no soy capaz de despertar y hace que pase malos ratos pero sé que sería demasiada suerte que fuera eso.

Retuerzo mis manos cuando mi amiga empieza a hablar sobre Adam. Puedo ver su rostro en mi cabeza, esos ojos chocolate tan amables y aquella sonrisa divertida que casi nunca se esconde. Muerdo el interior de mi mejilla y me digo a mí misma que la voz en mi cabeza sólo quiere jugar conmigo y que no debo permitir que gane. Adam no es peligroso, no puede ser uno de ellos.

Y luego pienso en todo lo que estoy diciendo. La voz en mi cabeza. ¿De verdad hay una voz en mi cabeza? En estos momentos estoy empezando a dudar que sea de verdad, ¿y si me lo estoy imaginando? Puede que no haya voz, a lo mejor soy yo misma, afectada por todas esas locuras que me ocurren. Pero si soy yo, ¿por qué no creerme a mí misma?

Mi cabeza empieza a doler y el timbre suena, haciéndome levantar la mirada y el recuerdo de la alucinación de anteayer pasa ante mis ojos y muerdo mi labio inferior, si solo pudiera volver a ella y averiguar qué es lo que había en la taquilla, pero es imposible. Ya lo había intentado, antes de quedarme dormida pensaba en aquella escena, esperando que en mis sueños volviera a viajar hasta allí, pero no lo conseguí.

Nos levantamos del asiento y mi amiga y yo nos separamos dentro del edificio, yo dirigiéndome a mi clase de francés donde, eventualmente voy a tener mi temido examen pero gracias a mi tiempo invertido estudiando la asignatura me siento bastante segura.

Me siento donde siempre, al lado de la ventana y saco un bolígrafo. Miro a mi alrededor antes de que la profesora reparta los exámenes y me encuentro con que Dylan y Amanda están hablando en susurros. A pesar de no poder escucharlos por encima del ruido de la clase puedo apostar a que están teniendo una discusión. Amanda gesticula con cada frase pero Dylan no la mira o, al menos, no directamente. La chica no se rinde y, con el ceño fruncido lo señala y le dice algo que, por cómo los hombros del chico se tensan, le debe enfadar. Él se vuelve por fin hacia Amanda y le suelta algo que deja estupefacta a la chica pero pronto se recompone y le responde algo antes de volver su atención a otro sitio. Dylan suspira pero no intenta arreglar las cosas.