Me miro en el espejo de reojo, esperando que mi amiga no lo note pero esta me golpea el hombro y lo único que soy capaz de ver en él es la silueta de mi cara.
–Te dije que no miraras –me río por lo bajo mientras mi amiga termina de maquillarme.
Estuvo insistiendo toda la tarde de que tenía que estar espectacular para esta noche y se puso tan pesada que al final tuve que aceptar, aun que sigo sin entender el por qué. Sólo es una fiesta, no es como si nunca hubiese ido a una.
Clara pinta mis labios con un color rojo oscuro que me parece excesivamente extravagante para que lo use yo. Una vez que acaba me mira, analizando su trabajo y retoca algunas cosas antes de sonreír satisfecha por su trabajo. Deja las pintura en el tocador y le da la vuelta a mi silla para que pueda mirarme al espejo de una vez por todas y admirar su obra de arte. Mi boca se abre con sorpresa y mis ojos están como platos. La sonrisa de mi amiga se ensancha al ver mi reacción y yo sigo sin poder creerme que mi amiga pudiera maquillarme así de bien.
Mis labios están perfectamente pintados y el color resalta el tono pálido de mi piel. Mis ojos están maquillados solo con delineador negro y máscara de ojos pero los hace parecer más grandes, haciendo resaltar su color gris. El pelo está perfectamente alisado y mi amiga puso mi flequillo a un lado.
No parezco yo.
–¿Te gusta? –pregunta mi amiga con una sonrisa enorme en la cara.
Me vuelvo hacia ella y asiento efusivamente, dándole a entender que me encanta. Ella suelta un chillido y empieza a saltar y aplaudir, haciéndome reír. Agarra mis muñecas y me hace levantarme, conduciéndome hacia la cama que está frente al armario y me sienta en ella. Abre las puertas del ropero y se para un momento a analizar la ropa que tengo. Empieza a apartar perchas y a sacar ropa doblada para echarles un vistazo pero al parecer no encuentra nada.
–¿Cuándo fue la última vez que fuiste de compras? –pregunta y yo me encojo de hombros.
–Antes de empezar las clases.
–¿¡Antes de empezar las clases?! –cierra el armario de un golpe y me obliga a ponerme los zapatos y coger el bolso–. Estás necesitada de ropa –aclara cuando le pregunto a dónde vamos.
Ruedo los ojos. No entiendo qué tipo de obsesión tiene mi amiga con la ropa pero prefiero no discutir con ella.
Salimos de mi casa y nos metemos en su coche. Ella conduce las calles en dirección al centro comercial que queda hacia las afueras. El viaje es corto teniendo en cuenta que yo vivo hacia las afueras de la ciudad y nos lo pasamos cantando las canciones que salen en nuestra estación de radio favorita.
Cuando llegamos mi amiga decide dejar el coche en el parking exterior a pesar de que las nubes grises indiquen que pronto caerá la lluvia. Un viento helado me recorre cuando salgo del vehículo y me hace entender que el otoño ha llegado. Caminamos por el aparcamiento hasta la entrada del centro comercial y tan pronto como ponemos un pie dentro, la temperatura cambia drásticamente a una más alta.
Clara me coge del brazo y me conduce hacia las escaleras mecánicas para subir a la planta de las tiendas de ropa. Me siento rara al estar tan maquillada. Siento la mirada de la gente que pasa por nuestro lado en nosotras y hace que quiera que la tierra me trague.
Odio llamar la atención pero tampoco voy a arruinar el precioso maquillaje. Pasamos por la primera tienda y mi amiga ya me empuja dentro de esta para mirar la ropa. Mientras pasamos por los muebles que tienen la ropa, mi amiga siempre coge algo para que me lo pruebe.
Una vez que recorremos la tienda entera me manda meterme en los probadores y me va pasando conjuntos para que me los pruebe. La mayoría son vestidos demasiado cortos para mi gusto así que los descarto al instante.
ESTÁS LEYENDO
Forbidden Creatures
WerewolfHayley Lowell es una chica de 17 años a la que, al empezar el último año de instituto, le empiezan a suceder cosas extrañas. Las pesadillas no la dejan tranquila, un hombre de característicos ojos rojos no para de perseguirla, alguien empieza a habl...