Like Crazy

Capítulo 11

Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

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Capítulo 11

"Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado" (William Shakespeare)

Escucharlo decir que van a grabarnos durante la boda, me aterra. Me aterra porque la experiencia de mi secuestro fue noticia en el 12 y durante un tiempo las cámaras me siguieron, hasta que la noticia termino.

-- Aún no hemos decidido nada- dice el Señor Mellark.

-- Pero Alma está de acuerdo conmigo- dice Plutarch.

-- Quizá solo grabar la boda y las impresiones de Violet y mías, pero meter a los chicos.

-- Lo mejor será meter a los chicos, mostrar como ellos están bien, que están sanos y salvos y que tu hijo...bueno él ya está mejor de...- y apunta su cabeza.

Ese gesto me hizo querer estrellar su mano, pero sobre su rostro, porque a pesar de que le tenía miedo a Peeta, muy dentro de mí sabía que eso no era su culpa que una parte de que él no estuviera bien, parte de eso era mi responsabilidad.

--Ya, ya- lo para el Señor Mellark- luego hablamos bien de esto.

De reojo veo a Peeta y veo en su rostro desconcierto y preocupación. Quiero decirle algo, pero recuerdo que la última vez que intente decirle algo él me ataco, por eso sin despedirme de Gale, ni Peeta entro a la casa para encerrarme en mi cuarto.

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Ambos corremos pienso en que la mejor idea es regresar a la casa de Haymitch y marcar a los agentes de la paz. Estamos por llegar cuando veo que el auto sale de improviso. Grito con todas mis fuerzas a mi mentor para que salga a ayudarnos, para llamar su atención, pero no veo ningún movimiento en su casa.

--Debe de estar muy borracho- dijo Peeta.

-- Maldición- suelto al recordar que Peeta le había regalado una botella y ya de por si estaba borracho cuando se la empezó a tomar.

Del auto salen los dos chicos y decido que lo mejor es volver a correr, jalando a Peeta con todas mis fuerzas y decido tomar otro camino. Cerca de ahí esta el bosque y lo conozco bien para escondernos ahí, hasta que se cansen y se marchen.

En el bosque corriendo la desesperación se hace presente porque Peeta es muy ruidoso y torpe corriendo. Durante un momento el miedo que siento hace que piense en soltarlo.

--Katniss, deberíamos separarnos- me propone él- Tu puedes escapar y pedir ayuda, yo intentare...

Sí, quizá sea lo mejor, quizá él pueda esconderse hasta que traiga ayuda, pero la idea de dejarlo solo, de que lo puedan agarrar y de lo que le vayan a hacer, ese miedo, es más grande que mi propio miedo y mis ganas de sobrevivir, así que decido seguir corriendo sin soltarlo de la mano.

-- No pueden huir- escuchamos que nos gritan.

-- Katniss- vuelve a hablarme Peeta. Solo que esta vez se detiene y aunque no sea rápido es bastante fuerte para lograr que yo también me detenga- Esta no es buena idea, yo te estoy estorbando. Escapa, ellos parecen...

-- No- niego- No, debe de haber...- desesperada mire a todas partes hasta que supe cual, era la mejor manera de escapar- Tenemos que subir a este árbol.

Lo suelto para intentar trepar al árbol, pero me detengo al ver su indecisión y la manera en que mueve la cabeza negándose.

-- No puedo, nunca lo he trepado un árbol.