Capítulo 37

905 100 28
                                    


Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Capítulo 37

"La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma"

(Goethe)

PoV Peeta

-- Vino otra vez tu novia a buscarte- dice una de las enfermeras.

-- Dile que no la quiero ver- digo

Me volteo a la ventana y hago todo el esfuerzo para no ir corriendo a verla. Ya tengo varias semanas en la clínica y aunque no me gusta estar aquí, esta vez acepto quedarme, para poder recuperarme y así regresar con Katniss y vivir a su lado lo que nos resta de vida. A veces pensaba que era tonto que no fuera a verla, pero sabía que en cuanto la viera cambiaria de idea y me marcharía con ella, dejando a un lado mi tratamiento.

-- ¿Ya se fue?- pregunto a mi enfermera cuando regresa.

-- Sí. Te mando decir que no te puedes esconder toda la vida.

Suspiro triste. No le había mandado decir nada a Katniss, porque la conocía y sabía que ella no entendería y seguiría diciendo que juntos podíamos superar mis problemas, sin embargo me había dado cuenta que aunque había logrado mucho. Aunque tenía ataques fugaces logre controlarlos antes de que ella llegara. No quería solo controlarlo, quería ya no tenerlo y odiaba admitir que necesitaba seguir trabajando con el doctor Aurelius, el cual me había dicho que ese día que la encontré con Katniss fue importante que yo me fuera contra mi verdadero enemigo.

-- ¿Puedo ir al jardín?

-- Sí.

Desde que Annie y Delly ya no estaban aquí me aburría mucho. Extrañaba a mis amigos que fueron los que evitaron que me deprimiera en este lugar. Ahora lo que impedía esa depresión era imaginarme al lado de Katniss en un futuro. Muchas veces recordaba lo que sentía al despertar junto a ella, convivir con ella, besarla y haciendo el amor. Moría por tocar su piel, ver sus ojos grises y escuchar su voz susurrando en mi oído mi nombre.

Estoy acostado en mi cama viendo las paredes blancas de este cuarto. Pienso en los colores que había en los días que viví con Katniss. Me doy la vuelta para encontrarme con ese par de ojos grises y la felicidad empieza a surgir en mi interior.

-- Te extraño-dice.

-- También te extraño- digo- No sabes cuánto- me acerco a ella para besarla.

-- Entonces regresa a mí- dice en mis labios.

-- No, aun no. Dame tiempo para que cuando regrese sea para siempre.

Su rostro se pone triste y desaparece frente a mí. Despierto sintiéndome triste y desanimado. Estoy sentado frente a la ventana del cuarto de entretenimiento esperando a que la enfermera me diga que vino Katniss, aunque no sé para que quiero que me diga, si de todas maneras me voy a negar a verla, quizá sí sé que viene me de ánimos el día de hoy, ya que me hacen falta, sin embargo no viene y no lo hace en lo que resta de la semana.

--Te dije que fueras a verla. ¿Qué esperabas?- me regaña mi enfermera- Tiene un mes viniendo y tú te niegas a recibirla. Era obvio que se iba a enfadar.

Su comentario me preocupa y me deja pensando si Katniss ya se enfadó de esperarme y decidió seguir sin mí. Pienso que si Katniss viene hoy le mandare una nota con una de las enfermeras. Pasa el día y ella no se presenta a la visita diaria. Al día siguiente desanimado no me quiero levantar hasta que me dicen que tengo visita y me levanto rápido aceptando verla.

Like CrazyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora