Capítulo 25

1.3K 122 44
                                    


Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Capítulo 25

"Mucha locura es el juicio más divino"

(Emily Dickinson)

En ese momento todos callaron, lo único que escuchaba era la voz del Señor Mellark que dejo su amabilidad para gritar el nombre de su hijo. Vi como casi de inmediato Cinna agarro a Peeta, pero como este era muy fuerte necesito ayuda de otra persona que no conocía. Como yo había caído Gale se acercó a levantarme y abrazarme. Asustada no pude evitar aferrarme a ese abrazo viendo como los de seguridad llegaban y un hombre le inyectaba algo a Peeta, provocando que los gritos de él se volvieran en solo balbuceos.

-- ¿Estás bien?- pregunto mi Madre.

-- Sí- contesto. Soltando a Gale, para abrazar a Prim que me mira preocupada.

-- ¿Qué paso?- pregunto Johanna, que se acercó con Madge.

-- No sé- digo evitando mirar al lugar donde esta Peeta.

Finnick nos pasa de largo y observo preocupación en su rostro. Mi Madre me toma el rostro y muy seria dice.

-- Tienes que ponerte hielo en ese golpe.

-- La fiesta se ha vuelto un completo desastre- dice Effie con un tono histérico.

-- Que importa esta estúpida fiesta- reacciono molesta.

-- Ya tranquila- dice mi Mamá- Prim, pide hielo a los meseros y ponlos en una servilleta y váyanse a la casa. Yo las alcanzo después.

-- Sí- acepta mi hermana soltándome.

-- Yo las llevare- dice Gale atrayéndome nuevamente a él.

Estoy por apartarlo cuando veo que se llevan a Peeta totalmente inconsciente, ahí mis piernas pierden la fuerza. Estoy por caer, pero Gale me sujeta con fuerza impidiendo mi caída. Me repito que debo soltarme, pero no tengo las fuerzas para hacerlo, no tengo las fuerzas ni para caminar, así que dejo que él me lleve al coche. Por suerte me siento en la parte trasera del auto donde Prim me pone el hielo en el golpe.

Llegamos a la casa y yo solo pienso en ir y acostarme porque no me siento mareada y aturdida. Estamos entrando cuando Gale me detiene, veo a Johanna mirarme y solo hago un movimiento de cabeza asintiendo que todo estará bien.

-- ¿Vas a estar bien?- pregunta muy serio.

-- Sí- contesto- Ve a descansar gracias por todo.

Antes de que entre, él me acerca y sé que quiere un beso. Me aparto y niego con la cabeza, ya que estoy a punto de llorar de solo pensar que hace unas horas estaba por besar a Peeta.

--Lo siento. Cuando te vi tirada en el piso y verte así. No puedo evitarlo, quisiera que me dejaras consolarte, que me dejaras...- le tapó la boca.

-- Con que sigas siendo mi amigo es más que suficiente. Gracias Gale.

Sin decirle más entro a la casa y me dirijo a mi cuarto. Prim me da una crema para evitar la hinchazón del golpe y aunque ella quiere colocármelo, le pido a ella y a Johanna que se vayan a dormir, ya que quiero estar sola. Me quito el vestido quedándome en un camisón. Me tiro en la cama intentando evitar pensar en lo que paso, pero es difícil hacerlo. Doy vueltas en la cama, pero cuando logro dormir, despierto llorando, despierto preocupada, despierto pensando en Peeta. En el Peeta que conocí de pequeños, el que se enfrentaba a su Madre por defendernos, el que pintaba en la casa de Haymitch, el de ese beso bajo la nieve. El Peeta que intentaba salvar y el que busque en el bosque con desesperación. El Peeta con el que pase estos días, con el que entre en el bosque y él que me golpeo hoy.

Like CrazyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora