Capítulo 3: Teniente

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Renji Abarai

¡Como detestaba a Kuchiki Byakuya! Ahora salía de su oficina con más informes de los que había entrado porque según él... había que revisar algunos que estaban mal además de añadirme nuevos... me tenía como a su esclavo personal y sinceramente... ¡estaba harto de papeles! Yo quería acción, ir a cazar Hollow, hacer algo de provecho y no estar aquí en mi pequeño y lúgubre despachito haciendo el papeleo de mi capitán.

Menos mal que Ikkaku vino con Matsumoto para invitarme al finalizar mi jornada a tomar un trago con todos los demás tenientes, a lo cual acepté sin miramiento alguno. Estando en mi oficina, no paré de pensar en todo lo que ocurrió anoche con mi capitán y sonreí ¿Quién me habría dicho que me acostaría con mi capitán? La verdad es que ahora no podía quitarme eso de la cabeza.

Kuchiki volvió a llamarme desde su oficina y cuando entré, sin siquiera mirarme, me volvió a llenar de más papeles ¡A este ritmo no acabaría nunca! Él no parecía tener en cuenta todo lo de anoche, ni me miraba ni me hablaba, sólo me daba papeles y más papeles. Menos mal que la hora de irme a casa ya estaba cerca.

Recogí los informes que tenía ya hechos y entré de nuevo en la oficina de mi capitán para dejarlos encima de su mesa. Kuchiki prácticamente ni se percató de mi presencia cuando entré. Caminé hasta la mesa de al lado de la suya y dejé los informes para luego volver hacia la puerta.

- ¿Dónde vas Abarai? – me preguntó sin levantar los ojos de sus papeles.

- Ya he terminado por hoy – le dije

- ¿Dónde vas? – me repitió alzando los ojos hacia mí.

- Con Ikkaku y el resto de los tenientes a tomarnos algo y luego a trabajar – le dije sin especificar qué trabajo, porque él ya sabía qué trabajo.

- Pues lamentablemente hoy no podrás ir, aún quedan muchos informes por hacer.

- ¿Va enserio? – le pregunté.

- Sí ¿Crees que yo hablo en broma alguna vez? – me preguntó muy serio y me cabreé.

Me giré enfadado y cogí varios informes para volver a mi mesa. Cerré la puerta tras de mí y caminé a mi despacho. Empecé de nuevo a hacer informes y estaba harto, estaba muy cansado de esto. Escribía y escribía informes y más informes cuando Ikkaku entró por la puerta preguntándome por qué no estaba listo para ir con ellos a tomar algo.

- Tengo demasiado trabajo aún – le dije – lo siento, otro día iré.

- ¿Sigue Kuchiki trabajando? – me preguntó mirando hacia su despacho.

- Sí – le dije – es cómo una máquina de trabajar, no hay forma de que me deje salir a mí.

- Tu capitán es un tirano – me dijo sonriendo - ¿Seguro que no te gustaría cambiar de escuadrón?

- Ya sabes que no, estoy bien con Kuchiki – le dije – falta un poco de acción pero bueno... a este paso me oxidaré entre paredes.

- Bueno, pues nos vemos mañana – se despidió Ikkaku.

- Claro – le dije – tomaros una ronda a mi salud – le sonreí y seguí con los informes.

Miré el reloj, eran las nueve y se supone que a las diez debía estar en el club, pero a este paso no sé si me daría tiempo a llegar y eso sería un grave problema, tenía que ir, porque me jugaba la vida si mi jefe se enteraba de que no iba. Me levanté de la oficina sin que se diera cuenta Kuchiki y salí despacio de allí para ir al club.

Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora