Renji Abarai
Me desperté con todo el cuerpo dolorido y no sé si podía moverme mucho aún pero al menos agradecía haber dormido en una mullida cama con Byakuya a mi lado abrazándome. Me gustaba la escena de tener a Byakuya conmigo, aunque también me entristecía, sabía perfectamente que él jamás estaría conmigo, su familia no lo permitiría y conocía a mi capitán demasiado bien, prometió que no volvería a defraudarles, que no volvería a humillar su apellido con alguien del Rukongai, que seguiría las normas a raja tabla, así que no había porque darle vueltas a este asunto.
Me deshice de su abrazo al verle profundamente dormido y es que ahora tenía un grave problema con él, no podía dejar que me tocase, no después de recordar todo lo que me habían hecho aquellos seres. Sentía a Byakuya demasiado noble para mí como para tocar a una zorra a la que se follaron los hollow como quisieron, era un desprestigio para él, le debería dar asco y no quería tener que contárselo, prefería que no se enterase de esto y me daba cuenta, de que cada vez tenía más y más secretos con mi capitán, no sé cómo iba a salir de esta.
Busqué mi ropa y me vestí para salir de esta casa, quería irme de aquí, necesitaba irme. Abrí la puerta despacio girándome una última vez para ver a Byakuya durmiendo como un tronco y es que parecía muy cansado, supongo que la reunión de anoche le había afectado. Cuando caminaba por el pasillo hacia la salida intentando no hacer mucho ruido, me crucé con el abuelo de mi capitán y me miró extrañado.
- ¿Vuelves a salir de puntillas de esta casa como hacías antes? - me preguntó en tono serio y sé que era un insulto.
- Lo siento, ya me marchaba.
- Recuerda lo que hablamos, no vuelvas por esta casa, Byakuya no es como su padre. Aléjate de mi nieto, dedícate a ser sólo su teniente o también tendré que pedir tu renuncia del cargo y eso no sería bueno para la reputación que te has ganado ni para la calidad de vida que llevas ahora, no creo que quieras quedarte en la calle.
- No me acercaré a él más que lo estrictamente de trabajo - le dije a punto de llorar aunque me contuve.
- Eso espero, lárgate, no eres bien recibido en esta casa.
Salí de allí en cuanto pude y es que no quería volver a esta maldita casa, no soportaba a la familia de mi capitán, no soportaba sus normas, sus normas estrictas, sus desplantes, su orgullo y su soberbia. Seguían tratándome como el perro del Rukongai y no había lugar para mí en esta casa. Aún recordaba alguna vez que entraba por esta casa mi pasado, todo para ganar algo de comida para mí y los chicos del orfanato. Supongo que hice cosas no muy agradables en esta casa, pero algo tenía que llevar para comer en aquellos tiempos y no pensaba decirle a mi capitán que yo ya había visitado su mansión unas cuantas veces, siempre que necesitábamos comida y eso... era bastante a menudo.
Pasé por el Gotei primero a comprar unas cuantas bolsas de alimentos y luego salí para ir al Rukongai, cuando podía iba allí a llevarles algo de comida al orfanato que tanto tiempo me acogió cuando no tenía donde ir, cuando me cuidaban y me curaban las heridas después de mis jornadas en el club, supongo que seguía agradecido por ese orfanato que sin apenas recursos, seguía manteniendo a niños sin hogar y sin familias como yo lo estuve una vez.
Cuando llegué me salió una gran sonrisa al ver a los niños correr hacia mí directos a intentar quitarme las bolsas. Tenían que tener mucha hambre, era algo normal en este barrio. Le pasé las bolsas a la encargada del orfanato quien se alegró de verme y luego preguntó por mi estado. No le hizo falta preguntar nada de lo que me había pasado, se imaginaba que seguía trabajando en ese club y aunque a ella no le gustaba nada, sabía que no tenía más remedio que seguir en él.
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Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)
FanfictionRenji Abarai, fue vendido desde muy pequeño como doncel a un prostíbulo y no puede abandonar su trabajo hasta que no pague su deuda. Los más ricos de la sociedad de almas van al mundo real pagando por sus servicios hasta que llega a oídos de Byakuya...