Renji Abarai
Cuando me desperté, era demasiado tarde, ni siquiera veía luces encendidas por la rendija de la puerta y eso es que seguramente todos se habían marchado a dormir, pero yo no quería quedarme aquí en el club. Me moví como pude aunque me costó varios intentos levantarme por el dolor y caminé apoyándome por la pared hasta la salida, ni siquiera veía bien, creo que el dolor me estaba matando.
Salí del club y abrí la puerta a la sociedad de almas como pude. Ni siquiera entré de pie, caí al suelo en plena calle del Gotei y escuché a alguien pronunciar mi nombre mientras corría hacia mí, pero estaba demasiado ocupado escupiendo sangre en este momento como para darme cuenta de a quién pertenecía la voz.
Alguien tocó mi hombro y me intentaba calmar, me preguntaba qué me había pasado pero tampoco podía hablar aunque si pude ver su emblema, era alguien del noveno escuadrón y por la voz, creo que era Hisagi. Era demasiado tarde para que los escuadrones estuvieran por las calles, pero los tenientes solíamos ir a tomar copas, así que era muy probable que Hisagi acabase de salir del bar y se hubiera cruzado conmigo.
Tuve suerte de que fuera él quien me encontrara, porque Hisagi, Kira y yo éramos muy buenos amigos. Me vio tan mal y estaba tan preocupado por mi estado, que me cargó en brazos con esfuerzo y me comentó que me iba a llevar al médico. No quería ir, no quería que nadie viera mi cuerpo en este momento porque podrían descubrir lo que me había pasado, pero tenía razón en algo Hisagi, necesitaba un médico.
No recordaba mucho más que a Hisagi cargándome y ver las luces de las farolas mientras me llevaba hacia algún lugar, suponía que me llevaba con Yachiru Unohana pero yo sólo esperaba que no contase nada de lo que viera en mi cuerpo, porque sé que ahora mismo estaba destrozado, ni siquiera me había atrevido a mirar las heridas pero aún así las sentía, sentía los cortes en mis piernas, sentía el desgarro en mi interior.
Me estaba durmiendo con la cabeza contra el pecho de Hisagi cuando le escuché pedirme que aguantase un poco, que estábamos llegando. Supuse que por primera vez, le había obligado a Hisagi a utilizar el shunpo por mí, tantas peleas juntos y esta era la primera vez que tenía que cargarme, que tenía que darse prisa buscando un médico, la primera vez que le preocupé.
Me desperté de nuevo en una camilla y había mucha luz, pero lo peor de todo, es que de fondo escuchaba la voz de mi capitán y abrí los ojos de golpe dándome cuenta que estaba en la enfermería del cuarto escuadrón. A mi lado había una mesilla con un reloj y pude ver que eran casi las doce del medio día... ¡Madre mía! Me había saltado el día de trabajo, seguro que por eso estaba aquí Byakuya, estaba buscándome por no haber ido al trabajo.
Vi entrar a mi capitán y se extrañó al verme despierto, pero yo me adelanté antes de que él pudiera empezar a echarme la bronca para disculparme por mi retraso, porque no era mi intención faltar al trabajo, yo mismo le había dicho que lo del club no interferiría en mi trabajo del Seireitei y estaba afectando.
- Renji, cálmate – me dijo Byakuya – no he venido a reñirte, estaba preocupado, no te vi en tu oficina esta mañana y tampoco estabas en tu habitación del escuadrón, no supe nada de ti hasta que Hisagi vino a contarme que estabas en la enfermería del cuarto escuadrón ¿Se puede saber que ha pasado? – me preguntó
Se lo habría dicho, pero no quería que me tuviera asco después de que casi me violasen aquellos hollow, o "espadas" porque ahora empezaba a entender aquello que me contaron una vez del ejército de Aizen, los espada, creo que ahora sabía lo que eran y al menos conocía a dos de ellos.
- Estoy bien Byakuya – le dije
- No lo estás, te han dado una paliza o es lo que me cuentan, pero yo no me lo creo y lo sabes ¿qué ocurrió anoche? – me preguntó
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Último beso (Bleach: Byakuya-Renji)
FanfictionRenji Abarai, fue vendido desde muy pequeño como doncel a un prostíbulo y no puede abandonar su trabajo hasta que no pague su deuda. Los más ricos de la sociedad de almas van al mundo real pagando por sus servicios hasta que llega a oídos de Byakuya...